[Trevin Wax escribió sobre cómo a él le gustaría ver que se desarrollase un debate sobre la Homosexualidad por los medios de comunicación. Lo que sigue es una «entrevista» ficticia de un Animador a un Pastor, en la cual el Animador presenta varios puntos comunes en el debate de la homosexualidad y las respuestas que da el Pastor ante las mismas.]
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Animador: Eres un Pastor de una iglesia Cristiana y dices que crees en la Biblia, por lo cual se supone que ames a todas las personas.
Pastor: Así es.
Animador: Pero me parece que tú y los demás cristianos toman una postura que no es amorosa cuando se habla de personas homosexuales. ¿Crees que los homosexuales deben ser bienvenidos a su iglesias?
Pastor: ¡Claro que sí! Creemos que el Evangelio es un mensaje relevante a toda persona del planeta y queremos que todos escuchen estas buenas noticias y encuentren salvación en Jesucristo. Por lo tanto, le abrimos nuestras puertas y nuestros brazos a personas de cualquier trasfondo, raza, etnicidad, y cultura. La iglesia es un lugar para todo tipo de pecador y con todo tipo de problemas.
Animador: Mencionaste que la iglesia es «para todo tipo de pecador.» Entonces, entiendes que la homosexualidad es pecado, ¿cierto?
Pastor: Cierto.
Animador: Entonces, ¿cómo reconcilias el mandato a amar a todas las personas con la postura que tomas de la homosexualidad? Algunos dirían que es una postura radicalmente intolerante.
Pastor: Si piensas que mi postura sobre la homosexualidad es radical, ¡deja que escuches todo lo demás que también creo! Creo que si un joven tiene relaciones sexuales con una joven en la parte de atrás de un auto, están pecando. La pareja heterosexual que viven juntos y no se han casado, también están pecando. De hecho, cualquier actividad sexual que toma lugar fuera del matrimonio entre un hombre y una mujer es pecado. Como si fuera poco, Jesús lleva su ética sobre el sexo más allá y va directo al corazón del asunto. Eso significa que si yo tan solo deseo una mujer que no sea mi esposa, estoy pecando. La forma radical que Jesús veía la sexualidad nos demuestra que todos somos pecadores en ésta área y por eso es que Él tuvo que venir a morir. Jesús murió para salvar a los pecadores hetero- y homosexuales y para transformar nuestros corazones, nuestras mentes y nuestros comportamientos. Como Él murió por mí, le debo mi vida y, como seguidor de Jesús, estoy comprometido con lo que Él dice sobre el sexo y la moralidad.
Animador: Pero, Jesús no condenó la homosexualidad explícitamente, ¿verdad?
Pastor: No tuvo que hacerlo. Él fue directo al centro del asunto e intensificó los mandamientos en contra del comportamiento inmoral del Antiguo Testamento. Por ejemplo, Jesús no sólo condena el adulterio – tal como lo hace uno de los Diez Mandamientos – sino que Jesús condena la lujuria que lleva al adulterio; con el propósito de ofrecernos corazones transformados que laten en conjunto con sus posturas radicales.
Animador: Dices que condenaba el adulterio, pero Él decidió no condenar a una mujer sorprendida en adulterio.
Pastor: Cierto es. Pero también le dijo: «Ve y no peques más.»
Animador: Pero, ¿quién eres tú para condenar a alguien que no se conforma con tus opiniones personales sobre la sexualidad?
Pastor: ¿Quién soy yo? Nadie. Lo que yo pienso sobre estos asuntos no es de ninguna importancia. La conversación sobre la homosexualidad no se trata de mis opiniones personales. Se tratan de quién es Jesús y lo que Él dijo. No tengo derecho para juzgar el mundo, ese derecho le pertenece a Jesús. Mi esperanza es ser un fiel seguidor de Él. Eso significa que lo que Él diga con respecto a prácticas sexuales es lo que yo creo como cierto, amoroso y lo mejor para el ser humano – aunque parezca disonante con lo que diga la cultura contemporánea.
Animador: Pero es que estás juzgando. Le estás diciendo a las personas homosexuales que nos oyen/ven que son unos pecadores.
Pastor: No estoy singularizando a la comunidad gay. Lo que hago es apuntando a Jesús como la respuesta a todo pecado sexual.
Animador: Pero, te estás refiriendo a las personas homosexuales. ¿Por qué te enfocas en la comunidad gay?
Pastor: Con todo respeto, fue usted quién trajo el tema.
Animador: Entonces, ¿no se puede ser homosexual y Cristiano a la vez?
Pastor: Lo que estoy diciendo es que no se puede ser un Cristiano genuino sin arrepentimiento. Todos – y me incluyo – somos culpable de pecado, pero el Cristianismo depende del arrepentimiento. Estamos de acuerdo con Dios sobre nuestro pecado y le damos nuestra espalda al pecado para correr hacia Jesús. En el Cristianismo no se trata de la homosexualidad versus otros pecados, se trata de el arrepentimiento de todo pecado, que es una parte esencial para ser Cristiano.
Animador: Pero, ¿puedes ver cómo una persona homosexual pensaría que los estás atacando personalmente? Estás diciendo que hay algo mal con ellos.
Pastor: Creo que lo que Jesús enseñó sobre la sexualidad demuestra que hay algo malo en todos nosotros – algo que sólo puede ser arreglado con lo que Jesús hizo en la Cruz y Su resurrección. Dicho esto, entiendo por qué las persona homosexuales podrían pensar que los estoy atacando personalmente. Muchas personas homosexuales entienden que estas tendencias son lo que los definen – que esas tendencias llegan al centro de lo que ellos son. Por lo tanto, cuando alguien cuestiona el comportamiento homosexual, ellos lo pueden tomar como un ataque dirigido al centro de quiénes ellos son. Es importante entender que, por lo general, esta no es la intención de la persona que está en desacuerdo con la conducta homosexual, aunque así sea percibido.
Animador: Si es cierto que una persona nace con su atracción sexual – sea cual sea – ¿cómo puede ser algo amoroso condenar la orientación sexual de alguien?
Pastor: La realidad es que no hay nada que apunte a que la atracción sexual sea innata y puesta desde que se nace – lo único que hay son testimonios de personas que han experimentado atracción hacia el mismo sexo desde niños. Lo que el Cristianismo enseña es que todo el mundo nace con una tendencia hacia el pecado. Es posible que algunas personas tengan una inclinación hacia abusar el alcohol o de episodios de rabia, mientras otros tenderán hacia otros tipos de pecado. Sin embargo, los Cristianos creemos que somos más que nuestros impulsos sexuales. Entendemos que la dignidad humana se disminuye cuando nos definimos por nuestros comportamientos e impulsos sexuales. Considera lo siguiente: los hombres casados a veces son atraídos por múltiples mujeres que no son sus esposas. ¿Ésto significa que se deben auto-identificar como polígamos? ¡Claro que no! De seguro no consideras como algo intolerante que los Cristianos fomentasen a que los hombres casados no se dejen llevar por sus deseos y que se mantengan fieles a sus esposas.
Animador: No, pero comoquiera parece que le incitas a las personas a que no sean fieles a lo que son.
Pastor: Le parece así a las personas que creen que el deseo sexual refleja el núcleo de una persona. Creo que ayudaría que usted y los que están de acuerdo con usted entiendan que, al hacer presión para que yo acepte el comportamiento homosexual como normal y bueno, están llegando al núcleo de quién soy como seguidor de Jesús. La etiqueta más importante para mí es «Cristiano.» Mi identidad – que se encuentra en Cristo – es central a quién soy. Por lo tanto, yo también podría decir que ustedes son intolerantes y discriminantes por intentar de cambiar una convicción que llega hasta lo más profundo de mi ser como Cristiano. No digo que son intolerantes y discriminantes porque entiendo que esa no es su intención. Pero, tampoco debes pensar que es mi intención atacar a una persona homosexual o que quiero hacerles daño sólo porque estoy en desacuerdo.
Animador: Pero, el problema es que tu posición alberga odio y fomenta el acoso («bullying»).
Pastor: Reconozco que hay quiénes han maltratado a los homosexuales en el pasado. Da pena pensar que alguien – en donde sea – insultaría, se burlaría o intimidaría a otro ser humano creado a la imagen de Dios. Dicho esto, creo que es importante hacer una cosa clara en el discurso civil: diferir no es lo mismo que odiar. Todavía espero poder sostener una conversación sobre puntos opuestos sin pensar del otro de la peor manera posible. La idea de que diferir con el comportamiento homosexual necesariamente resulta en daño para las personas gay está diseñado para apagar la conversación e inmediatamente hacer que un punto de vista – en este caso el Cristiano – sea visto como fuera de límite. Como Cristiano, amo a mi prójimo y deseo su bien, aunque no veamos las cosas de la misma forma. Además, la imagen de Cristo en la Cruz muriendo por Sus enemigos necesariamente afecta cómo yo pienso sobre éste y otros temas.
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