Hay una idea popular de que Satanás es igual y opuesto a Dios, como si fuese el Ying del Yang. Sin embargo el concepto ortodoxo judeo-cristiano es el de un ser creado por Dios quien actualmente está sumergido absolutamente en pecado. Así que:
- Satanás no es la imagen inversa de Dios o igual en poder a Dios.
- Su mente está distorsionada, porque el pecado distorsiona su mentalidad (como nos pasa a nosotros). Satanás es esclavo de su pecado.
Para poder probar que Satanás era ignorante acerca de la Trinidad, sólo necesitamos ver lo que él pensaba sobre Jesús. Para esto quiero presentar tres puntos:
1. Satanás llama a Jesús “Hijo de Dios”
En la tentación a Jesús en el desierto, Satanás llama a Jesús “Hijo de Dios”, pero es importante entender lo que este título representó hasta este momento histórico. En el AT, se le llama Hijo de Dios a aquellos que tienen una relación peculiar con Dios. Lo vemos, por ejemplo con Salomón en Samuel 7:14. A Israel entero se le llama “Hijo de Dios” en ocasiones por su relación especial con Dios como lo vemos en: Éxodo 4:22 Incluso a los ángeles se les llama así en ocasiones, como en Job 1:6. Significa que cuando Jesús tiene intercambios con demonios, por ejemplo, y le llaman “Hijo de Dios” tienen otra clasificación pensada. Nosotros vemos al Hijo de Dios y pensamos en la deidad de Cristo, porque hemos tenido miles de años para reflexionar sobre quién es él. Veamos este ejemplo:
“Comenzaron a gritarle: «¿Por qué te entrometes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para torturarnos antes del tiempo establecido por Dios?».” Mateo 8:29 NTV
2. La Ignorancia de los Ángeles
Los ángeles no saben todo lo que Dios hace. Incluso los que aún le sirven, son ignorantes sobre ciertos temas. Ejemplo:
”Incluso los profetas quisieron saber más cuando profetizaron acerca de esta salvación inmerecida que estaba preparada para ustedes. Se preguntaban a qué tiempo y en qué circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando les dijo de antemano sobre los sufrimientos de Cristo y de la inmensa gloria que después vendría. Se les dijo que los mensajes que habían recibido no eran para ellos sino para ustedes. Y ahora esta Buena Noticia les fue anunciada a ustedes por medio de aquellos que la predicaron con el poder del Espíritu Santo, enviado del cielo. Todo es tan maravilloso que aun los ángeles observan con gran expectación cómo suceden estas cosas.” 1 Pedro 1:10-12 NTV
Entonces, si ni tan siquiera los ángeles que aún sirven a Dios y que están en su presencia constantemente no saben exactamente lo que Dios está haciendo o cómo lo está haciendo y se sorprenden ante el desenvolvimiento de la historia redentora, ¡cuánto menos sabrán los demonios y Satanás!
3. Satanás no estaba seguro de la identidad de Jesús
En el texto de las tentaciones a Jesús, es cierto que le dice “Hijo de Dios” pero también se ve claramente que no sabe que Jesús es Dios, es ignorante de la segunda persona de la Trinidad. Veamos:
“En ese tiempo, el diablo se le acercó y le dijo: —Si eres el Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en pan.” Mateo 4:3 NTV
Si Satanás supiese en este punto que Jesús es Dios mismo encarnado:
- No diría “Si eres…”
- Ni tan siquiera intentaría tentarle porque Dios no puede pecar a raíz de su perfecta santidad y benevolencia. (Habacuc 1:13)
En el Nuevo Testamento, cuando sus escritores ya han estado con Jesús experimentaron su muerte, resurrección y ascensión, que han tenido tiempo para reflexionar sobre su realidad, que finalmente explican que la relación de hijo que Jesús tiene es diferente a lo que veíamos previamente (Juan 1:14, Lucas 1:35). Pero mientras surgían los eventos, no sabían lo que significaría que Jesús fuese “Hijo de Dios”. De hecho, es por eso que Jesús no usa ese título para referirse a sí mismo, sino que prefirió usar “Hijo del Hombre” pues ese título sí carga un contexto profundo de deidad.
Es cuando Jesús se refiere a sí mismo como Hijo del Hombre que está dejando claro quién él es. Ese título fue lo que ayudó luego a los escritores del Nuevo Testamento a llegar a su conclusión, de que Jesús es Dios, a la vez que el Padre es Dios y el Espíritu Santo es Dios. Enseñando a la vez, que sólo existe un Dios. Esta es la base y fundamento de lo que conocemos hoy como la Trinidad, y Satanás no la tenía al momento en que Cristo caminó sobre la Tierra hace más de dos mil años.