¿En el cielo trabajaremos?

Episodio #163 de nuestro podcast.

Nos preguntaron si trabajaríamos en el cielo. De a nuestro amigo le repugnó la idea de esto pues usualmente se piensa que el trabajo es como un castigo. Es una noción muy común. Pero entender bien esto, nos dará una mejor comprensión de la esperanza de la resurrección, por lo cual necesitamos pensarlo. Aquí tres puntos a considerar.

1. Los resucitados tendrán cuerpos

Juan 5:28-29 NTV
¡No se sorprendan tanto! Ciertamente, ya se acerca el tiempo en que todos los que están en las tumbas oirán la voz del Hijo de Dios y resucitarán. Los que hicieron el bien resucitarán para gozar de la vida eterna, y los que continuaron en su maldad resucitarán para sufrir el juicio.

Jesús deja claro que tanto buenos como malos resucitarán. Esa resurrección es física, por eso menciona las tumbas y que los muertos oirán. Por supuesto, para oír, los cuerpos tienen que estar vivos, de lo contrario los oídos no funcionan – lo que significa que al momento en que Jesus llama a los muertos, estos resucitan y oyen su voz, sucede a la vez (como el hijo de la viuda de Naím en Lucas 7: 14). Significa que los resucitados tendrán un cuerpo. El único ejemplo que tenemos de esto es el propio Jesús resucitado, quien poseía un cuerpo glorificado que se podía tocar. Por eso Tomás pudo tocar las heridas de Jesús (Juan 20:27) y también los apóstoles pudieron desayunar con el Jesús resucitado (Juan 21). Entonces es lógico pensar que cuando los resucitados estén con el Señor en la Nueva Tierra, según expresa el libro de Apocalipsis, será en cuerpo.

2. El Trabajo es glorioso

En Edén, cuando Dios creó al hombre, inmediatamente le dió el jardín para que cuidara de él y lo atendiera. Lo vemos en Génesis 2:15 (NTV)

“El Señor Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que se ocupara de él y lo custodiara;”

Significa que el trabajo no era pecaminoso. De hecho, cuando el hombre peca, su castigo no fue el trabajo en sí mismo, sino que no sería 100% exitoso en el mismo. Experimentará el fracaso por lo que tendría que esforzarse más.

Génesis 3:17-18 (NTV)
17 Y al hombre le dijo: «Dado que hiciste caso a tu esposa y comiste del fruto del árbol del que te ordené que no comieras, la tierra es maldita por tu culpa. Toda tu vida lucharás para poder vivir de ella. 18 Te producirá espinos y cardos, aunque comerás de sus granos.

No sólo eso, en Juan 5:17 dice Jesús:
“«Mi Padre siempre trabaja, y yo también».”

Aquí Jesús revela que Dios trabaja, igual que él trabaja. El trabajo no puede ser pecado. Dios no está sufriendo ningún castigo. De hecho, donde está Dios, ahí está su gloria por lo que en el trabajo de Dios hay gloria, como también puede serlo para nosotros.

Así lo dice Eclesiastés 2:24 (NTV):
“Entonces llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que disfrutar de la comida y la bebida, y encontrar satisfacción en el trabajo. Luego me di cuenta de que esos placeres provienen de la mano de Dios.”

El trabajo no es castigo de Dios sino que la voluntad de Dios. El trabajo es glorioso.

Esto no hará sentido para aquellos que odian sus trabajos. Pero si es así, pienso que deben repensar sus carreras o el lugar donde trabajan. Quizás su entusiasmo y el placer por trabajar para ustedes esté en otro lugar.

3. En el cielo trabajaremos

De vez en cuando me pongo a pensar en la morada que Jesús prepara para nosotros en el cielo. Una casa para que yo pueda habitar (Juan 14:2). Y visualizar aquellas cosas que un Padre amoroso pondría para mi allí. Una de las cosas que veo es un jardín con frutas y vegetales para cultivar. Otra cosa que veo es un estudio donde yo pueda hacer arte. Más aún, cuando pienso en una eternidad en esa nueva creación, me veo montándome en algún tipo de nave espacial y explorando el nuevo cosmos. Quizás estoy algo viciado por las películas de ciencia ficción que tanto me gustan, pero el punto es que tendremos una eternidad para ver y disfrutar de las maravillas que Dios hará en la nueva creación. El plan original de Dios para la humanidad, finalmente hecho. Todo esto suena a trabajo, pero trabajo glorioso y gozoso.

Imaginación

Por supuesto, estas conclusiones pueden ser algo especulativas, pero sí están basadas en evidencia bíblica de (1) cómo se suponía que fuese la creación y de (2) las promesas que Dios ha hecho. Por eso es necesario usar la imaginación que Dios nos dio para poder ver lo que nadie ha visto.

Recomiendo el libro “El Cielo” de Randy Alcorn. Está disponible en Amazon en inglés y en español, tanto en papel como para Kindle. Alcorn hace un excelente trabajo exegético de todo lo que la Biblia presenta sobre el cielo y que podríamos esperar en él.

Acerca de Rick Lipsett

(@ricklipsett) director y portavoz de verdadyfe.com. Ha escrito numerosos artículos relacionados a la apologética Cristiana. Sirve como pastor en la Iglesia Cristiana Catacumba 9 de Cayey, Puerto Rico.
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