¿Qué es pecado?

El “pecado” es de esas cosas que todo el mundo sabe lo que es, pero no todos saben explicar. Muchas veces, las personas le llaman pecado a cosas que ellas sienten que es incorrecto, pero que no necesariamente lo es. Igual, hay quiénes dejan pasar algunas cosas pensando que no son pecado, pero verdaderamente lo son.

Pero, ¿qué es pecado? ¿Por qué peco? ¿Qué hago cuando peco? ¿Cómo puedo dejar de pecar?

¿Qué es «pecado»?

De una forma sencilla: un pecado es una violación de la Ley de Dios (1 Juan 3:4)

Pero, ¡hay muchísimas leyes en el Antiguo Testamento! ¿Cómo se aprenden tantas leyes? ¡¿Será posible?!

Hubo un experto de la ley religiosa que tuvo una pregunta interesante, y la contestación de Jesús fue – como suele ser – perfecta. Leamos Mateo 22:35-40:

—Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante en la ley de Moisés?

Jesús contestó:

—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primer mandamiento y el más importante. Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Toda la ley y las exigencias de los profetas se basan en estos dos mandamientos. (énfasis añadido)

Jesús dijo que toda – TODA – la ley y las exigencias de los profetas tiene como fundamento amar a Dios y amar al prójimo.

Piénsalo.

Si se ama a Dios, no se cometerían cosas como idolatría ni tomar Su nombre en vano. Si ama al prójimo, no se dirían mentiras ni habrían asesinatos. En pocas palabras: si se cumplen estos dos mandamientos, los demás mandamientos se cumplen. Todos.

Entonces, pecado es romper o violar la ley de Dios, la cual se resume en amar a Dios y amar a los demás.

¿Por qué pecamos?

La Biblia establece tres razones primordiales por las cuales se peca:

  • Porque es nuestra naturaleza (Efesios 2:3)
  • Cedemos a la tentación de nuestros deseos (Santiago 1:14-15)
  • Amamos más la oscuridad que la luz (Juan 3:19)

Al leer esto, es evidente que tenemos un gran problema: si el pecado es parte de nuestra naturaleza, ¡entonces es inescapable pecar! ¡Es injusto que se juzgue – y se castigue – a una persona por algo que es parte de su naturaleza!

Y fuese absolutamente cierto, si Dios nos hubiese creado así. Pero según se dio la historia de la humanidad, el pecado entró porque nuestros primeros padres, Adán y Eva escogieron pecar y dieron entrada al quebranto y muerte que produce el pecado a ellos y su descendencia (Génesis 3).

Adicionalmente, la Cruz lo cambia todo.

Es allí dónde Jesús nos liberó de esta naturaleza (Rom. 8:2): ya el pecado no tiene poder sobre nosotros porque somos “nueva creación” al estar en Cristo (2 Cor. 5:17). Ya no estamos bajo la naturaleza de pecado, sino que, por medio de la cruz y el poder del Espíritu Santo, podemos ser partícipes de esa naturaleza divina con Cristo (2 Pedro 1:3-4).

¿Qué me provoca a pecar?

Lo que provoca el pecado es cuando una persona se ama más a sí misma que a Dios o a su prójimo.

Cómo se mencionó, todos los pecados nacen de romper las dos leyes principales que Jesús nos dio: Amar a Dios y amar el prójimo. Observa cómo se supone que sea:

Ahora bien, la Biblia nos da unas “listas de pecado” en varios lugares (Gálatas 5:19-21; Romanos 1:25-32; Mateo 15:17-19, entre otros) y, aunque todos los pecados que se mencionan a través de la Biblia tienen sus detalles, todos se pueden categorizar en una de estas tres categorías generales:

• idolatría
• inmoralidad sexual
• asesinato

Nota, pues, que cuando nos amamos a nosotros mismos más que a Dios, cometemos idolatría; igual, cuando nos amamos a nosotros mismos más que a nuestro prójimo, cometemos inmoralidad sexual y asesinatos:

¿Cómo dejo de pecar? ¿Qué hago cuando peco?

Si el pecado viene a raíz de no amar a Dios, la solución es amarlo (hay un artículo entero sobre cómo se ama a Dios). Si pecamos cuando no amamos a nuestro prójimo, la solución es amar a nuestros prójimos (aún a los que piensan distintos).

Si se ha pecado, la Biblia habla de tres cosas que debemos hacer:

  1. Confesar nuestros pecados (1 Juan 1:9) – busca a un pastor o líder experimentado con quién te puedas desahogar y que pueda estar pendiente de ti; date permiso de abrir tu corazón, y dale permiso a recibir su consejo
  2. Arrepentirnos (Hechos 2:38) – No es suficiente confesar nuestro pecado, es necesario arrepentirse de ellos. Arrepentimiento es el “evento por medio del cual una persona recibe un nuevo entendimiento divino sobre sus acciones y siente la necesidad de cambiar su comportamiento (Heb 6:1, Hech 20:21)
  3. Confiar en la redención de Jesús (Efesios 2:8-9) – ¡El perdón y la salvación son regalos que Dios hace y no premios que se ganan por cosas que hacemos! Confía que Dios te perdonó y te da la libertad de no pecar más.

Conclusión

El pecado, que es lo que sucede al romper las leyes divinas de Dios, nos aleja de Dios. Pecamos cuando no amamos a Dios como Él quiere ser amado y cuando nos amamos a nosotros mismos más que a nuestro prójimo, ya que todos los pecados surgen al romper estas dos leyes principales. Como único podemos salir de la suciedad del pecado es confesando y reconociendo que hemos pecado, arrepentirnos de haber pecado (no hacerlo más) y confiar en que la obra redentora de Jesús nos libertó del pecado y ahora somos libres para no pecar más.

Acerca de J.R. Morales

Joel Rodríguez Morales es el autor del libro “Casi Cristianos” y colaborador en la página de VerdadyFe. Orgulloso esposo de Ivy, y papá de Ana y Amelia.
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