¿Qué es la verdad?

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En ocasiones escuchamos la frase “conoce la verdad”; pero ¿qué es la verdad?, ¿por qué es importante conocer la verdad? Interesantes preguntas ¿no?, las veremos a continuación. Antes de contestar estas preguntas, detengámonos en otra interesante pregunta que nos ayudará a comprender cuán importante es este asunto:

¿Para qué vino Jesús al mundo?

Por lo general, tenemos la tendencia de responder a esta pregunta automáticamente, “para salvarnos”. Tal respuesta en parte es correcta pero hay algo que es necesitamos comprender con mayor profundidad. La salvación no es un evento sino un proceso en el que estamos involucrados. No es lo mismo hablar de la semilla de un árbol que hablar de su resultado. Una cosa es el principio y otra cosa su final. La salvación es el regalo que obtenemos cuando nuestra vida ha dado buen fruto. Jesús dijo: “no puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.” ~(Mateo 7:18-19). La salvación depende del fruto; pero aún así el fruto no es el inicio del proceso. El fruto depende del terreno en el que cae la semilla que el Sembrador salió a sembrar (Lucas 8:4-15).

¡Interesante! ¿Cierto?

Pero entonces, ¿para qué vino Jesús al mundo?

¿Sabes que Jesús mismo contestó esta pregunta?

Recordemos semejante momento histórico. Jesús, estando a punto de ser crucificado, fue llevado frente a Pilato donde surge esta conversación:

“Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, PARA DAR TESTIMONIO A LA VERDAD. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.” ~Juan 18:33-38 [énfasis añadido]

Jesús nos da la respuesta a esta pregunta diciendo: “para dar testimonio a la verdad”. Testimonio equivale a ser testigo. Un testigo es aquel que está dispuesto a ser la prueba que comprueba la certeza de algo [valga la redundancia]. Jesús vino a ser la prueba viva de la verdad.

“Así que cuando Pilato miró a Jesús y dijo: ¿qué es la verdad? y luego se alejó. Pilato se alejó de la autoridad más grande, y de la pregunta más grande, y cometió el crimen más grande de su tiempo.” ~Ravi Zacharias

¿Parece este asunto de la verdad importante? ¡Claro que sí! Al comprender que este tema de la verdad no debe tomarse en poco (para esto Jesús vino al mundo), podemos darle la importancia que requiere. Volvamos a la pregunta inicial.

¿Qué es la verdad?

Es probable que al ver esta pregunta resalte en nuestra mente el siguiente verso:

“…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” ~Jesús (Juan 14:6)

¡Cuidado! No es prudente sacar conclusiones de un solo verso. Jesús claramente dijo que Él es la verdad; pero también, en varias ocasiones, llamó al Espíritu Santo el Espíritu de Verdad (Juan 14:17; Juan 16:13). Cuando oró al Padre lo llamó “el único Dios verdadero” ~(Juan 17:3). También le dijo al Padre: “tu palabra es verdad” ~(Juan 17:17). Estos entre otros versos. Después de todo, la respuesta no es tan simple. Consultemos algunos eruditos:

“La verdad es en sí, lo que afirma proposicionalmente la naturaleza de la realidad tal como es” ~Ravi Zacharias

“[La verdad] es definida como lo que corresponde a la realidad como es percibida por Dios, porque la percepción de Dios, o la realidad, nunca es distorsionada. Es una perfecta percepción de la realidad” ~R.C. Sproul

Lo resumiré de la siguiente forma: “la verdad es la afirmación de la realidad”.
Para comprender esto es necesario comprender la diferencia entre “realidad” y “verdad”. La realidad “es”; la verdad “afirma lo que es”. Es decir, la realidad es lo que realmente existe, mientras que la verdad afirma eso que existe. ¿Todavía confundido? Veámoslo así. Afirmación significa «dar por cierto algo». Si yo afirmo (declaro) “la pizzería está abierta”, con esta afirmación tengo una de dos opciones: (1) la verdad, o (2) una mentira. ¿Cómo logramos saber si mi afirmación es verdadera o falsa? Es verdadera si esta corresponde a la realidad. Si voy a la pizzería y resulta que la realidad es que está abierta, tengo la verdad (porque afirmé que estaba abierta); si resulta que la realidad es que está cerrada, tengo una mentira (porque mi afirmación fue que estaba abierta). La realidad determina si es verdad o mentira. Es como si tiráramos flechas llamadas afirmación a un blanco llamado realidad. Todo aquel que le dé, tiene la verdad; todo el que no le dé, tiene una mentira. La verdad afirma la realidad; la mentira afirma lo no real.

Jesús vino a ser la prueba que afirma la realidad de la existencia de Dios. El Espíritu Santo nos guía por tal afirmación:

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” ~Jesucristo (Juan 16:13)

¿Por qué es importante conocer la verdad?

Antes de la conversación con Pilato, Jesús hizo una oración muy importante. Entre muchas cosas esenciales que mencionó en la oración; Jesús pidió al Padre por sus discípulos diciendo:

“No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. Al igual que yo, ellos no pertenecen a este mundo. HAZLOS SANTOS CON TU VERDAD; enséñales TU PALABRA, la cual ES VERDAD. Así como tú me enviaste al mundo, yo los envío al mundo. Y me entrego por ellos como un sacrificio santo, PARA QUE TU VERDAD PUEDA HACERLOS SANTOS.”
~Juan 17:15-19, NTV; [énfasis añadido]

Claramente Jesús dice que la verdad nos hace santos. Pero, ¿cómo es que la verdad nos hace santos? Este mundo está contaminado con mentiras que empañan nuestras vidas. Las mentiras nos atrapan fuertemente. La única forma de poder librarnos de cada mentira es con la verdad:

“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” ~Juan 8:31-32

La verdad nos hace libres de la mentira y nos mantiene fuera de engaño. Santidad significa “separados para Dios”. De esta forma es que Dios con la verdad nos hace santos. Dios es el máximo exponente de la verdad (por esto se llamó a sí mismo “verdad”). Al principio solo existía Él, a partir de Él fue creado el resto de la realidad. El conocimiento de la verdad ocasiona que Jesús nos llame amigos y no siervos (Juan 15:15). Mientras más conocemos la verdad, más conocemos a Dios; mientras más conocemos a Dios, más separados para Él estamos. La verdad nos libra de la mentira y nos hace santos.

“…hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.” ~Pablo (Colosenses 2:2-4)

¿Cuál es el daño que ocasiona permanecer en la mentira?

Existen muchos pasajes que revelan el gran daño que causa la ausencia de verdad. Considero fundamentalmente la confrontación de Jesús a los judíos, la cual terminó en un intento de apedreo. Jesús les dijo:

“¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.” ~Jesucristo (Juan 8:43-47)

¡Palabras fuertes! Aparte de lo que Jesús le dice a los judíos, también fue claro al decir: “el que es de Dios, las palabras de Dios oye”. La palabra de Dios nos revela la verdad. El mundo es engañado con mentiras, por el padre de mentiras. Jesús nos trajo la verdad y es importante escucharlo.

Veamos algunos versos que se explican por si mismos:

“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” ~2 Timoteo 4:3-4

“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.” ~Romanos 1:18-19

“Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que CAMBIARON LA VERDAD DE DIOS POR LA MENTIRA, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.” ~Romanos 1:24-25; [énfasis añadido]

Dejo algunos textos adicionales para fomentar la reflexión según el tema:

“Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.” ~Juan 20-21

“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.” ~2 Tesalonicenses 2:13-14

“Nosotros somos de Dios, y todo el que conoce a Dios nos escucha; pero el que no es de Dios no nos escucha. Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño.” ~1 Juan 4:6

Nota: Hay argumentos razonables para afirmar la realidad de la existencia de Dios, también la evidencia apunta a que el Dios del cristianismo es el verdadero; por lo cual en este artículo partimos de la aceptación y afirmación a la realidad “Dios existe” y que dicho Dios es el del cristianismo. Si no crees en Dios, o crees que el Dios del cristianismo no es el real, visite los enlaces recién mencionados. ¡Gracias!

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Acerca de Edgardo Almedina

Hijo de Dios por la gracia que nos fue dada mediante Jesucristo nuestro Señor. Defensor del teísmo cristiano, escritor, conferenciante, poeta, y seguidor de la verdad. Entrenador y atleta internacional en lo que se conoce como el deporte ciencia, el ajedrez.
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