Son pocos los que piensan sobre el funcionamiento de la ciencia. La gran mayoría de nosotros sencillamente la damos por sentado: funciona, esperamos a que funcione y punto.
Pero, ¿por qué funciona la ciencia?
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¿Un Mundo Caótico?
Albert Einstein meditaba sobre la pregunta sobre por qué podemos entender el universo:
«Encuentras que es extraño que considero la comprensibilidad del mundo […] como un milagro o un misterio eterno. Pues, a priori, uno debe esperar un mundo caótico, que no puede ser entendido por la mente de ninguna forma. [Por ejemplo], el tipo de orden creado por la teoría gravitacional de Newton es enteramente diferente. Aunque sea el ser humano quién proponga los axiomas de la teoría, el éxito de tal proyecto presupone un alto grado de orden del mundo objetivo – y esto no es algo de esperarse a priori. Este es el ‘milagro’ que constantemente se refuerza a medida que nuestro conocimiento se expande.»
Lo que Einstein nos está diciendo es que debemos esperar un mundo caótico – sin orden – que no puede ser comprendido por nuestra mente, si el universo fue creado como dicen los oponentes del Cristianismo que se creó: aleatoria y accidentalmente. El hecho de que el mundo puede ser entendido por la mente humana es un «milagro» que necesita ser explicado. En específico: ¿por qué la realidad física se alínea tan perfectamente con las matemáticas? Sin duda, esto es un hecho que necesita una explicación.
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Mapa Matemático
El físico Paul Davies dice que el hecho de que la física siga el «mapa» que las matemáticas tiene es asombroso. Davies comenta que mucho de la matemática, cuando se aplicó a la ciencia moderna, «fue trabajada como un ejercicio abstracto por matemáticos puros – mucho antes de que fuese aplicada al mundo real. Las investigaciones en las matemáticas estaban completamente desconectadas con su aplicación eventual.» Pero, ¿por qué? Esto es algo sumamente extraño.
John Lennox, un matemático británico, comenta:
La relación entre la física y la matemática es muy profunda y es muy difícil pensar que fue por un accidente aleatorio.
El profesor de matemática Roger Penrose dice:
«Es difícil para mí creer que tales espléndidas teorías pudieron surgir de una selección natural de ideas, dejando sólo las buenas. Las buenas son, simplemente, muy buenas como para que hubiesen ‘sobrevivido’ un proceso aleatorio del cual surgen ideas accidentalmente. Tiene que haber una razón subyacente para este acuerdo entre la matemática y la ciencia.»
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¿Por qué la ciencia funciona?
Para no tener que proponer un agente detrás de este misterio, algunos escépticos dirían que la ciencia se explica a sí misma en ese acuerdo entre la ciencia y la matemática. Pero esto no puede ser. John Polkinghorne explica:
«La ciencia no puede explicar cómo es que se puede entender, matemáticamente, el mundo físico – porque eso es parte de la fe fundadora de la ciencia.»
Entonces, ¿por qué funciona la ciencia? ¿Por qué la matemática y la física funcionan tan y tan bien juntas?
Lennox ofrece la contestación a esta pregunta:
«La inteligibilidad del universo está fundada en la naturaleza de la máxima racionalidad de Dios. Tanto el mundo físico como las matemáticas son trazables hasta la mente de Dios, quién creó el Universo y la mente humana. Por lo tanto, no es sorprendente cuando las teorías matemáticas hechas por mentes humanas – que fueron creadas a la imagen y semejanza de la mente de Dios – encuentran aplicaciones exactas en un universo cuyo arquitecto fue aquella misma mente creativa. El no-teísta entonces se encuentra en un profundo dilema.»
Sin una Mente detrás de la realidad, el hecho de que las matemáticas abstractas le aplican a la realidad es un profundo misterio.
Es aquí que el no-teísta se queda, para efectos prácticos, con una fe ciega y sin evidencias en la ciencia.
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Traducido y adaptado del artículo original por Bill Pratt.