¿Dios nos ama más que a Jesús?

Episodio 226 de Verdad y Fe Podcast

Esta es una pregunta que nos hicieron. La razón de la pregunta, es que como Dios estuvo dispuesto a rescatarnos, quizás vio mayor valor en nosotros los humanos que en su propio Hijo.

Hay un problema inmediato en la posibilidad de que Dios nos ame más que su hijo. Si Dios amara al ser humano más, seríamos los ídolos de Dios. Dios se convertiría en idólatra, lo cual es imposible pues Dios no puede pecar.

Otra cosa a considerar es que cuando Dios envía a su Hijo a morir por nosotros, no envió a una persona externa. Dios se estaba enviando a sí mismo, en la persona de su Hijo. Es cierto que podemos usar nuestro idioma para decir que Dios ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3: 16). Pero de la misma manera podemos usar nuestro idioma para decir que Dios mismo se sacrificó por nosotros.

Como en Dios hay tres personas, Podemos hablar de cada persona en la Trinidad individualmente, pero no podemos olvidar que es un sólo Dios.

En Juan 10:30-33, Jesús dice que él y el Padre son uno y esto por poco le cuesta que lo apedrearan por blasfemia. Los presentes entendieron que estaba diciendo que él mismo era Dios.

Por lo tanto, Dios se sacrificó a sí mismo para salvarnos. ¿Significa esto que Dios nos ama a nosotros más que a sí mismo? ¿Te lo imaginas? Creer que Dios nos ama más que a sí mismo, sí que subiría nuestra autoestima. Haría de Dios un idólatra, y de nosotros los reyes y dueños de la existencia.

El Pastor John Piper lo dijo así: “Muchas personas están listas para estar centrados en Dios siempre y cuando sientan que Dios se centra en el ser humano. Es un peligro sutil. Podríamos pensar que estamos centrando nuestras vidas en Dios, cuando realmente lo tenemos a Él como una manera de aumentar nuestra autoestima. Hermanos, en contra de este peligro, les ruego que ponderen las implicaciones.”1

La bomba teológica de hoy es que Dios hace todo para su gloria. Sí, incluyendo el sacrificio de Jesús en la Cruz. Permíteme decirlo de otra manera: Cuando Jesús derramó toda su sangre en el madero, cuando entregó su Espíritu y respiró su último suspiro lo hizo para la gloria de Dios. Lo hizo para magnificar el Nombre del Señor. Lo hizo para que Dios se viera grande, muy grande… y a nosotros nos conviene siempre que Dios se glorifica y se magnifica.

O cómo dijo Piper también: “El que Dios ame su gloria más que lo que nos ama a nosotros, es el fundamento suyo para amarnos a nosotros.” 2

La Biblia enseña que Dios lo hace todo para su Gloria

Esto sería todo un disparate, si fuese invento nuestro. Es importante ver si la Biblia enseña eso sobre Dios. ¿Es ese el enfoque de Dios en todo lo que hace? Les comparto algunos argumentos bíblicos a favor de esto:

  • Dios creó al ser humano para su gloria:
    Isaías 43:7 (NTV) “Traigan a todo el que me reconoce como su Dios, porque yo los he creado para mi gloria. Fui yo quien los formé”».”
  • Dios no nos destruye por nuestros pecados, para su gloria:
    Isaías 48:9, 11 (NTV) “9 Sin embargo, por el amor y la honra de mi nombre, contendré mi enojo y no te aniquilaré. 11 Te rescataré por amor de mí, sí, por amor de mí mismo. No permitiré que se manche mi reputación, ni compartiré mi gloria con los ídolos.”
  • Dios obra a nuestro favor, para su gloria:
    Ezequiel 36:22-23, 32 (NTV) “22 »Por lo tanto, da este mensaje a los israelitas de parte del Señor Soberano: “Los llevaré de regreso a su tierra, pero no porque lo merezcan, sino para proteger mi santo nombre, que deshonraron mientras estaban esparcidos entre las naciones. 23 Mostraré cuán santo es mi gran nombre, el nombre que deshonraron entre las naciones. Cuando revele mi santidad por medio de ustedes ante los ojos de las naciones, dice el Señor Soberano, entonces ellas sabrán que yo soy el Señor.
    32 Sin embargo, recuerden, dice el Señor Soberano, que no lo hago porque lo merezcan. ¡Oh Israel, pueblo mío, ustedes deberían estar totalmente avergonzados por todo lo que hicieron!”
  • Dios nos salva en Cristo, para su gloria:
    Efesios 1:12-14 (NTV) “12 El propósito de Dios fue que nosotros, los judíos—que fuimos los primeros en confiar en Cristo—, diéramos gloria y alabanza a Dios. 13 Y ahora ustedes, los gentiles, también han oído la verdad, la Buena Noticia de que Dios los salva. Además, cuando creyeron en Cristo, Dios los identificó como suyos al darles el Espíritu Santo, el cual había prometido tiempo atrás. 14 El Espíritu es la garantía que tenemos de parte de Dios de que nos dará la herencia que nos prometió y de que nos ha comprado para que seamos su pueblo. Dios hizo todo esto para que nosotros le diéramos gloria y alabanza.”

Por lo tanto, Dios no nos ama más que a Jesús, pues nos amaría más que Dios y eso es idolatría. Además, Dios nos rescató al ofrecerse Él mismo, en la persona de su Hijo para la honra y gloria de su nombre.

Aquí de seguro alguien se incomodará. Pensarán que cuando nosotros engrandecemos nuestro nombre pecamos de orgullo. Entonces pensarán que si Dios engrandece su nombre, peca de orgullo también. Pero esto es confundir las categorías entre Dios y nosotros por culpa de nuestro orgullo mismo. Dios no está en la misma categoría nuestra. Dios es el ser más maravilloso existente y nosotros no. Entonces, cuando Dios muestra lo grande que él es, Dios está siendo humilde y no orgulloso.

Cuando Dios glorifica su nombre, se está mostrando tal cual es: magnífico y supremo. Según la Biblia, tener un concepto correcto de quien uno es, es humildad (Romanos 12:3). También, según la Biblia, considerar a los demás como si fueran superiores a nosotros mismos es humildad (Filipenses 2:3).

Dios cumple con ambas definiciones. Dios habla de sí mismo y se muestra a sí mismo tal como Él es: magnífico y supremo. No tiene un concepto erróneo sobre sí mismo y nos trata a nosotros como si mereciéramos su perdón–como si fuésemos superiores a él. A tal nivel que Dios dio su vida por nosotros, en la persona de su hijo Jesús.

Si reflexionamos en la manera en que Dios engrandece su nombre vamos a notar algo muy peculiar. ¡Cuando Dios nos crea, nos perdona, nos ayuda y nos salva, él se magnifica y se glorifica mientras que nosotros somos los beneficiados!¡Somos los receptores de su amor! Por lo tanto, no nos debe perturbar la idea que Dios se lleve la gloria, debería asombrarnos y movernos al agradecimiento. Deberíamos anhelar que Dios se glorifique pues Él es visto tal cual es y nosotros recibimos su amor. Como dice

1 Corintios 10:31 (NTV)
“Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.”


Fuente:
1. Piper, John, Brothers, We Are Not Professionals, Kindle Edition (Nashville, Tennessee, B&H Publishing Group) Kindle Version p 14-269
2. Ibid

Acerca de Rick Lipsett

(@ricklipsett) director y portavoz de verdadyfe.com. Ha escrito numerosos artículos relacionados a la apologética Cristiana. Sirve como pastor en la Iglesia Cristiana Catacumba 9 de Cayey, Puerto Rico. Actualmente cursa una maestría en Teología de Southern Baptist Theological Seminary (SBTS).
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