Esta semana, estamos contestando una pregunta que nos enviaron a nuestro correo electrónico, preguntas@verdadyfe.com: «¿Qué pasa con nuestra alma y espíritu cuando fallecemos?”
Esto es una muy buena pregunta. Hay personas que piensan que cuando morimos quedamos en un estado de sueño hasta el regreso de Cristo y la resurrección del fin de los tiempos. Otros tienen alguna idea alimentada por la cultura popular. Quizás piensan que el alma se queda rondando por ahí, o algo así. Así que, ¡vamos a contestar!
Hay una parábola de Jesús titulada “El hombre rico y Lázaro” que nos puede arrojar luz aquí. Dice Lucas 16:22-23 (NTV):
“»Con el tiempo, el hombre pobre murió y fue llevado por los ángeles para que se sentara junto a Abraham en el banquete celestial. El hombre rico también murió y fue enterrado, y fue al lugar de los muertos. Allí, en medio del tormento, vio a Abraham a lo lejos con Lázaro junto a él.”
Fíjense que al morir, tanto el rico como Lázaro continúan su existencia. Ya sea en el paraíso o lejos de Dios, en el tormento. El que Lázaro esté con Abraham, nos da indicios de que por su fe llegó allí. Fue Abraham quién le creyó a Dios y le fue contado por justicia (Gálatas 3:6). Por otro lado, la confianza del rico estaba sobre sus propias riquezas y capacidades. Por eso se mostraba inmisericorde contra Lázaro. Esto le llevó a estar lejos de Dios, en el tormento eterno.
Nótese que esa transición es inmediata al morir. Jesús no añade información en su parábola para que sepamos que es al final de los tiempos o algo así. Tanto el rico como Lázaro fueron allí, tan pronto murieron. Pero para estar más claros, podemos ver lo que dice Jesús en el momento de su crucifixión con el “buen ladrón” en Lucas 23:42-43 (NTV).
“Luego dijo: —Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Jesús respondió: —Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.”
Nuestra conciencia no se queda en estado de sueño o algo así cuando morimos, como esperando la resurrección al fin de los tiempos, sino que en ese momento vamos a estar con Dios o lejos de él. El destino al que vayamos va a depender si hemos confiado en que sólo Dios puede rescatarnos en Cristo Jesús o no.
Me parece que el episodio #84, titulado “Los dos infiernos” puede que sea de interés también. Aquí el enlace.