¿El llamado al altar es necesario para la salvación?

Episodio 228 de Verdad y Fe Podcast

Muchas personas piensan que la parte más importante del servicio dominical es el llamado al altar, sin embargo la Biblia es clara al afirmar que la fe que salva viene por la predicación de la Palabra de Dios (Romanos 10:17). No es gracias al llamado del pastor. Quien trae a las personas al arrepentimiento es el Espíritu Santo (Juan 16:8). A nosotros lo que nos corresponde es enseñar el evangelio con el objetivo de persuadir.

J. Mack Stiles lo dijo así: “Debemos reconocer que Dios es soberano y puede hacer lo que quiera para traer a las personas a sí mismo. No hay ninguna fórmula que dicte cómo Dios debe obrar en la evangelización.” 1

El llamado al arrepentimiento es una invitación que podemos hacer persuasivamente usando la Palabra de Dios para mostrar el estado natural en el que se encuentran las personas, pero el hacerlo al final de un servicio no es la única manera. De hecho, no es algo que vemos a la iglesia haciendo en el primer siglo.

La instrucción bíblica para nosotros los embajadores de Cristo es invitar a las personas a venir a Cristo, con ruegos (si es necesario). ‭‭2 Corintios‬ ‭5‬:‭20‬-‭21‬ ‭NTV‬‬

“20 Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!». 21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.”

Hay un caso muy interesante en Hechos 26:28. En ese texto, el Rey Agripa es persuadido por Pablo a seguir a Jesús. El Rey pregunta si Pablo trata de convertirle y Pablo responde afirmativamente. Pablo aprovecha para establecer cuáles son sus intenciones: deseaba que Agripa y todos los presentes fuesen Cristianos como él, excepto por las cadenas que llevaba en ese entonces. Pablo no hizo un llamado como suele ocurrir en muchas iglesias cristianas evangélicas, sino que apelo a la razón. Persuadió a las personas con una apologética a favor de Jesús.

¿Por qué hacemos llamados?

Nadie nace cristiano. El cristiano es convertido a Cristo. Por lo que no podemos asumir que la congregación está salva ya. Necesitamos estar pendientes a los frutos, los cuales demuestran si son cristianos o no. Por eso se hacen llamados. La intención es que la persona entienda la Palabra predicada y que se mueva en obediencia a ella. Pero jamás podemos asumir que por hacer una oración al frente de la congregación ya la persona es cristiana. En todo caso, ese es el inicio de su caminar en Cristo, un momento oportuno para que la iglesia acompañe a esa persona a vivir en obediencia, siendo discípulo.

¿Aceptar el llamado me garantiza la salvación?

Necesitamos recordar que el llamado que Cristo nos dio fue de hacer discípulos, y eso no se logra en una sola ocasión. El llamado al altar puede funcionar, como muchas veces vemos que funciona, pero la razón de esto es que ya Dios venía trabajando en ellos. No debemos depender del llamado al altar y la oración del pecador que hacemos como si hubiésemos dicho las palabras correctas que activan la salvación. La declaración pública se debe hacer de lo que ya abunda en nuestro corazón: nuestro arrepentimiento y confesión de que Cristo y su obra salvadora son eficaces y suficientes para nuestro rescate.

La Bomba teológica de hoy

El único llamado que nos salva es el llamado al arrepentimiento que nos hace el Espíritu Santo. Cuando el Espíritu nos convence, reconocemos honestamente que somos pecadores, creemos que sólo Jesús puede rescatarnos y decidimos confiar en su obra redentora, ahí somos salvos. Ahí, el Espíritu que nos convenció de pecado entra a morar en nosotros y desde ahí, le pertenecemos a Cristo. El Espíritu es la marca de que somos salvos. Ese es el sello de Dios. Esto puede ocurrir cuando respondemos a un llamado al altar o en nuestra habitación a solas, mientras hablábamos con Dios. Cuando decidimos poner nuestra fe en Cristo, ahí llegó nuestra salvación. Esa es la obra del Espíritu. Él es el indicador de haber sido salvos. Como enseña Efesios 1:12-14 (NTV):


“12 El propósito de Dios fue que nosotros, los judíos—que fuimos los primeros en confiar en Cristo—, diéramos gloria y alabanza a Dios. 13 Y ahora ustedes, los gentiles, también han oído la verdad, la Buena Noticia de que Dios los salva. Además, cuando creyeron en Cristo, Dios los identificó como suyos al darles el Espíritu Santo, el cual había prometido tiempo atrás. 14 El Espíritu es la garantía que tenemos de parte de Dios de que nos dará la herencia que nos prometió y de que nos ha comprado para que seamos su pueblo. Dios hizo todo esto para que nosotros le diéramos gloria y alabanza.”

Si aún no has sido accedido al llamado de arrepentimiento que el Espíritu te hace, ¿que tal si ahora mismo detienes este podcast y tienes una conversación con el Señor? Luego coméntaselo a un pastor o líder en tu Iglesia para que puedas comenzar tu proceso de discipulado. Recibir a Jesús habrá sido lo mejor que te ha sucedido jamás.


Fuente:
1- Stiles, J. Mack, La Evangelización: Cómo toda la Iglesia habla de Jesús ( Wheaton Illinois, Crossway, 2014) p.28

Acerca de Rick Lipsett

(@ricklipsett) director y portavoz de verdadyfe.com. Ha escrito numerosos artículos relacionados a la apologética Cristiana. Sirve como pastor en la Iglesia Cristiana Catacumba 9 de Cayey, Puerto Rico. Actualmente cursa una maestría en Teología de Southern Baptist Theological Seminary (SBTS).
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