Si tenemos restos arqueológicos de lo que consideramos mitología y también de objetos que afirman lo que la Biblia dice, ¿debemos afirmar la mitología como cierta, de la misma manera que afirmamos el cristianismo? ¿Cómo respondemos a este reto? El punto es que si solemos argumentar que la arqueología demuestra que, lo que la Biblia presenta es cierto, entonces los hallazgos arqueológicos que sacan a la luz figuras que consideramos mitológicas deberían hacer lo mismo, ¿no?
En el 2022, por ejemplo, se descubrieron las ruinas de un templo a Zeus 1. ¿significa que Zeus era real entonces? O si el Partenón en Grecia era para los adoradores de la diosa Atena, ¿significa que Atena existe o existió?
Imagina que ocurre un cataclismo en la Tierra hoy día y cientos de años en el futuro, unos sobrevivientes humanos, quienes han desarrollado una nueva civilización e idioma encuentran nuestros restos y entre ellos, ven una colección de Manga o Cómics donde salen personas con habilidades y superpoderes y en lo que hoy es Hollywood encuentran vehículos que confirman lo que vieron en los textos encontrados. ¿Cómo sabrán si esto es histórico o no? ¿O si encuentran los restos del monumento a Lincoln en Washington D.C., creerán que Lincoln era nuestra deidad, al ver su imponente estatua?
De la manera en que utilizamos la arqueología es para confirmar nuestro conocimiento, o para señalar algo que no conocíamos sobre el pasado. Pero no porque tengamos evidencia arqueológica, concluimos que la misma apunta a la realidad como es. Hay varias opciones de por qué están esos restos ahí. Una de las opciones es que es la realidad, pero también puede ser que simplemente era lo que esa población creía, sin importar si es la realidad o no. Si en el futuro hay un cataclismo y cientos de años después encuentran el Batimóvil, los futuros humanos necesitarán obtener evidencia alterna que verifique la existencia de Batman.
La razón por la que la arqueología es tan importante para los estudios bíblicos es porque confirma lo que la letra dice. O sea, cuando la Biblia dice que hubo tal o mas cual cosa en el pasado y luego un hallazgo arqueológico aparece con esa misma información, la arqueología demuestra que lo escrito en la Biblia no fue un mero invento, sino que apunta a lo que la gente de ese tiempo vivía o creía. Si el hallazgo arqueológico es un relato histórico sobre un evento que también sale en la Biblia, pues se convierte en confirmación histórica del evento.
Por ejemplo: En Gálatas 1:19, Pablo hace mención de Santiago, el Hermano de Jesús. Aunque definitivamente vemos a Santiago en otros lugares como en Marcos 6:3, y Hechos 21: 17-18. Sin mencionar que hay una epístola de su autoría también en el Nuevo Testamento. Pero en el 2002 salió a luz pública la existencia de un osario, donde en algún momento estuvieron los huesos de un hombre. El osario tiene una inscripción que lee: “Santiago hijo de José hermano de Jesús”. Aunque en un inicio se pensó que era una falsificación, fue demostrado contundentemente que es real. Por lo que la existencia del hermano menor de Jesús, que lideró la iglesia en Jerusalén fue confirmada con este hallazgo. 2
La falla que tenemos con la arqueología de lo que consideramos mitología, es que no confirma, sino que señala. Señala que hubo gente que tenía unas creencias específicas en unos dioses. Pero no tenemos razones extra para creer que en efecto estas deidades son reales y están activas hoy día. Curiosamente hay personas que concluyen que como no podemos demostrar su inexistencia, lo más que podemos ser es agnósticos ante la posibilidad de su existencia. 3
Pero si consideramos lo que constituía los dioses griegos, por ejemplo, vamos a notar un patrón. Los dioses responden a eventos naturales o a inclinaciones del corazón del ser humano. Una tormenta eléctrica podría ser causada por Zeus, o si era en el mar, por Tritón. Ares respondía a la inclinación humana hacia la guerra y el conflicto, etc. En ese sentido, los dioses cumplían el papel de tapar los “huecos del conocimiento” humano. Estos conocimientos, hoy día, han sido saciados por los descubrimientos en la ciencia. Ya no hace falta explicarlos con dioses. Por eso les llamamos a estos dioses, los “dioses de los agujeros”.
Pero la creencia cristiana, por ejemplo, es muy diferente a esto. Se sale de ese marco pues no estamos lidiando con el dios de los huecos. Es el Dios que lo creó todo. El Dios que la cosmología moderna apunta. El Dios sobrenatural, inmaterial, atemporal, poderoso e inteligente que el inicio del universo requiere para que estemos viviendo en un mundo natural, que experimenta el tiempo, donde existe la materia y energía y que vemos el orden en la naturaleza. Ese Dios del teísmo se sale de la categoría de los dioses del Olimpo.
La bomba teológica de hoy es para el Cristiano todo esto se resuelve con la persona de Jesús. Si Jesús vivió, murió y resucitó entonces lo que él decía necesariamente es cierto. Jesús afirmó la cosmovisión judía como verdadera y se identificó a sí mismo como Dios. Que haya resucitado es evidencia de que dijo la verdad. Por eso ante este tipo de pregunta u objeción es de suma importancia que podamos aterrizar en la persona de Jesús. Nos llamamos Cristianos porque le seguimos y creemos en quién él es. De Jesús sí tenemos evidencias contundentes históricas. Tanto la Biblia, como historiadores seculares de antigüedad plasmaron la historicidad de Jesús. La arqueología lo que hace con el cristianismo es proveer evidencia periférica. Pero recordemos que no estamos hablando de una creencia muerta, como en el caso de la mitología griega, sino que de una religión que sigue vigente. Su vigencia se debe en parte (como mínimo) a su respaldo histórico.
La arqueología no es la primera línea de defensa del Cristianismo. La arqueología nos beneficia para identificar que la Biblia no miente y nos presenta los hechos como fueron. Es cierto que no es suficiente como para creer que Jesús es el Rey de Reyes y Señor de Señores. Pero para eso, el testimonio dejado por sus seguidores es el que nos informa que así es.
Si tenemos hallazgos arqueológicos de lo que conocemos como mitología es porque el ser humano siempre ha sentido la necesidad de relacionarse con lo sobrenatural, pero en Cristo se acabó la búsqueda. Dios se reveló a la humanidad de manera contundente y dejó rastros firmes de su contacto en la naturaleza, las Escrituras, en las vidas de sus seguidores, la historia, y también en la arqueología.
Dios se aseguró de que tuviéramos todos los elementos necesarios para que pudiésemos confiar en él y acercarnos a una relación por medio de su Hijo, Jesús. Y eso es mucho más poderoso de lo que podemos encontrar en una excavación.
Fuentes:
1. Prensa Asociada, Ruins of an ancient temple for Zeus were unearthed in Egypt, 25 de abril 2022, https://www.npr.org/2022/04/25/1094730176/ancient-egypt-temple-zeus-archaeology
2. Kennedy, Titus, Unearthing the Bible 101 Archaeological Discoveries that Bring the Bible to Life (Oregon, Harvest House Publishers, 2020) 224-225
3. Gutting, Gary, Did Zeus Exist? (The New York Times, 31 de julio de 2013) https://archive.nytimes.com/opinionator.blogs.nytimes.com/2013/07/31/did-zeus-exist/



