[Le pedí a mi querido amigo Eli Samuel Santa que escribiese algo para este blog. ¡Gracias, Elí!]
Como fotógrafo profesional, utilizo varios programas para editar y corregir los momentos que capturo. A veces, le hago algo que no quiero a la foto o a veces cometo algún error. Es en estas ocasiones el botón de «deshacer» («undo») es de muchísima ayuda.
¡Cómo desearía que así fuese en el resto de mi vida!
¿Cuán fácil sería si todos pudiésemos tener una botón de «delete» para deshacer las decisiones que han provocado consecuencias… no tan buenas? Aunque tal cosa no existe, sí existen las nuevas oportunidades que Dios ofrece.
En el capítulo 6 de 2da de Samuel leemos el relato de cómo David intentó llevar el Arca de Dios a Jerusalén. David estaba pecando al transportar este tan importante artefacto de manera incorrecta (véase Números 4) ¡y hasta murió Uza en el proceso! En este momento David hizo cuatro cosas importantes para corregir su transgresión.
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Paso #1: ¡Detente!
David no siguió tratando de mover el Arca, ni ignoró que habían personas que habían muerto a raíz de su error. Él reconoció que Dios no estaba contento y tuvo temor.
Muchas veces en nuestra vida – luego de tomar malas decisiones – buscamos apresurarnos para arreglar lo que sucedidó y terminamos agravando la situación. Son más las personas que quedan heridas y terminamos sumando más errores sobre el que ya cometimos.
Cuando nos detenemos, nos damos la oportunidad de meditar sobre lo sucedido. Inicialmente, David no sabía porque su carroza, su gran orquesta de músicos y la parada que había preparado terminaron en tragedia. No fue hasta que se acercó a los sacerdotes (sus guías), buscó en las Escrituras y entendió que Dios tenía maneras específicas en las que Él quería ser agradado. Es importante que nosotros de igual manera, busquemos consejos y nos vayamos a las Escrituras para saber cómo Dios quiere que vivamos nuestra vida, de modo que podamos agradarle. Cuando yo quiero agradar a mi esposa, tengo que hacer las cosas que a ELLA le gusta – no las que a mí me gustan. Igual con Dios.
Conocer a Dios lo suficiente, de modo que sepamos cómo agradarle, requiere tiempo.
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Paso #2: ¡Repara!
Si queremos levantarnos, debemos estar dispuestos a hacer lo que tengamos que hacer conforme a las Escrituras y la voluntad de Dios para reparar lo sucedido. Primeramente es necesario humillarnos delante de la presencia de Dios, reconociendo nuestra falta. Cuando reconocemos que no supimos hacer las cosas bien delante de Dios y los que hemos agravado, demostramos humildad y, en el proceso, alcanzamos la Gracia de Dios. La Palabra dice que aquel que se humilla Dios lo exalta (1 Pedro 5:6). No sólo eso, sino que a un corazón contrito y humillado, Dios no lo rechaza (Salmos 51:17).
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Paso #3: ¡Muévete!
Al completar los primeros dos pasos, necesitamos movernos a restaurar. Muchas veces, como David, las mala experiencias nos traen desánimo. Sin embargo, Dios es un Dios de oportunidades. No podemos permanecer quietos, si no movernos a enfrentar nuevamente la experiencia – confiando que contamos con el favor de Dios. Puedo imaginar el versículo 13: cómo los pies de los levitas temblaban, sabiendo lo que había sucedido a Uza en el primer intento. Aún así confiaron y caminaron.
No importa lo que esté sucediendo en tu vida hoy, necesitas prepararte para enfrentar nuevamente ese lugar de derrota.
A menudo es mas fácil cuando los procesos se han dado directamente con Dios. Enfrentarle a Él y a su Gracia, de manera íntima y en secreto, no es tan complejo como cuando le fallamos a un hermano, a un amigo, a tu esposa o esposo, a tus hijos, porque tenemos la idea en la mente de que ellos no serán tan misericordiosos como Dios. Pero he visto cómo el ser sincero con mi esposa en momentos de conflictos y admitir mis errores a pesar de mi orgullo, provoca un extraño sentido de alivio a la tensión que podamos estar sufriendo a raíz de una situación. Para mi sorpresa parece ser que confesar mi falta y arrepentirme tiene el mismo efecto de ganar misericordia tanto en mi relación con Dios como en mi relación con mi esposa – y mis hermanos.
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Paso #4: ¡Mejora!
David no sólo se conformó con arreglar lo sucedido haciendo lo correcto. Al tener la oportunidad y la bendición del volverlo hacer decidió hacerlo aun MEJOR. Fue por eso que David levanto sacrificio al Señor (2 Samuel 6:13). Luego, cuando finalmente llega el Arca a Jerusalén, también hizo sacrificios.
David aprovechó la oportunidad para edificar sobre lo que había sucedido. Nosotros, para llevar un proceso de Restauración en nuestra vida, tenemos que estar dispuestos – no sólo a arreglar lo sucedido – si no a construir sobre ese lugar (sobre esa relación, sobre esa circunstancia, etc) para traer estabilidad y bendición a nuestra vida y a la de todos los que nos rodean.
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Al principio, cuando empecé a trabajar en fotografía, pasaba mucho tiempo corrigiendo y hasta borrando trabajos completos de diseño y fotografía. ¿Por qué? Aún no tenia la experiencia que el tiempo me ha permitido tener. Hoy día no hago tantas correcciones como antes y son menos los trabajos que hay que borrar por completo. La practica constante me ha llevado a cometer menos errores.
Cada caída es una oportunidad para aprender a levantarnos para no volver a caer.
Es una oportunidad de movemos hacia adelante, restaurando esas áreas de nuestra vida con la ayuda y la dirección de Dios. Levantémonos y edifiquemos los lugares donde nos hemos caído, con la esperanza de que la obra del Señor será perfeccionada día a día y que, a medida que maduramos, cometemos menos errores y son menos las cosas que nos hacen tropezar.
¡Dios les Bendiga!
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Escrito Por: Elí Samuel Santa