Estas son las notas de la predicación que originalmente se dio en la Iglesia Cristiana Catacumba 9 de Cayey, Puerto Rico. Fue la tercera parte de una serie de predicaciones sobre el Evangelio según Marcos titulada: El Rey que vino a servir.
Una nota importante: en los manuscritos originales del Nuevo Testamento no habían divisiones de capítulos hasta el 1227, ni versículos hasta el 1555. Así que cuando leemos el evangelio de Marcos, debemos estar atentos al contexto de lo que sus autores (Espíritu Santo y Juan Marcos) querían detallar en la forma que lo hicieron. Porque era un solo mensaje de principio a fin.
Hasta ahora, el evangelio nos viene diciendo estas diez cosas:
- El texto son las Buenas Noticias del Hijo de Dios (v.1)
- Jesús es superior al gran Juan el Bautista (v.7)
- Dios Padre identificó a Jesús como su Hijo (v.11)
- El evangelio comienza con arrepentimiento y fe (v.15)
- Jesús es un rabino peculiar que escoge a los desechados (v.17)
- Su llamado merece rendirlo todo y seguirle (v.20)
- A Jesús, los demonios lo reconocen como el Santo de Dios (v.24)
- Jesús es quien tiene el poder de destruir las tinieblas (v.24)
- Jesús tenía una autoridad peculiar como nadie (v.27)
- Jesús tiene la capacidad de restaurar la salud inmediatamente (v.31)
Y ahora que concluimos el capítulo 1, veremos los siguientes cuatro puntos siendo destacados por el autor:
1 – Jesús buscó dirección
2 – El mensaje era para todos
3 – Jesús se acerca con compasión y sin miedos
4 – La desobediencia dificulta la obra que Dios quiere hacer
Marcos 1:35-45 (NTV)
35 A la mañana siguiente, antes del amanecer, Jesús se levantó y fue a un lugar aislado para orar. 36 Más tarde, Simón y los otros salieron a buscarlo. 37 Cuando lo encontraron, le dijeron: —Todos te están buscando.
38 Jesús les respondió: —Debemos seguir adelante e ir a otras ciudades, y en ellas también predicaré porque para eso he venido. 39 Así que recorrió toda la región de Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando demonios.
40 Un hombre con lepra se acercó, se arrodilló ante Jesús y le suplicó que lo sanara. —Si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio—dijo. 41 Movido a compasión, Jesús extendió la mano y lo tocó.
—Sí quiero—dijo—. ¡Queda sano!
42 Al instante, la lepra desapareció y el hombre quedó sano. 43 Entonces Jesús lo despidió con una firme advertencia: 44 —No se lo cuentes a nadie. En cambio, preséntate ante el sacerdote y deja que te examine. Lleva contigo la ofrenda que exige la ley de Moisés a los que son sanados de lepra. Esto será un testimonio público de que has quedado limpio. 45 Pero el hombre hizo correr la voz proclamando a todos lo que había sucedido. Como resultado, grandes multitudes pronto rodearon a Jesús, de modo que ya no pudo entrar abiertamente en ninguna ciudad. Tenía que quedarse en lugares apartados, pero aun así gente de todas partes seguía acudiendo a él.
Jesús buscó dirección
Jesús se retira a orar, mostrando que su ministerio no está guiado por la demanda popular, sino por comunión con el Padre. No se montó en la ola de la fama como el mundo la da y la busca, sino que la fama que procuraba era la gloria que merece solamente Dios. Jesús no procuró agradar con espectáculos sino asombrar los corazones para provocar adoración a Dios.
Lo que movía a Jesús era la voluntad del Padre, la cual buscaba constantemente. Porque la oración no es sólo una lista de peticiones a Dios sino que conlleva mucho más. Se trata de las cuatro Cs de la oración:
- Conectando con el Padre por medio del Espíritu
- Contemplando su majestuosidad, bondad y poder
- Comunicando lo que tenemos en nuestro corazón
- Cursando por los rumbos de Dios
Así fue que Jesús calibró su corazón y definió el rumbo de su ministerio en la Tierra. El Padre era el que daba la estrategia a su Hijo. Cristo vino a traer el Reino de los cielos, eso no se puede construir con estrategias humanas, sino con dependencia del Padre.
Jesús, siendo Dios mismo, dependía de la dirección del Padre. No se oraba a sí mismo, sino que siendo la segunda Persona de la Trinidad, hablaba con el Padre, la primera persona de la Trinidad. No sólo eso, sino que el Espíritu Santo estaba activo también pues era Quien le impulsaba (v.12). Así que la Trinidad estaba activa completamente en todo lo que Cristo hacía.
Considera las implicaciones que esto tiene para nosotros. Si Jesús dependía de la oración para la toma de decisiones y el rumbo de su ministerio, ¿cuánto más lo necesitamos nosotros?
Si Cristo se fue al suelo a dialogar con su Padre para lo próximo que haría y cómo lo haría, entonces ese es el ejemplo que tenemos para seguir.
- ¿A quién consultas primero cuando tienes una inquietud?
- ¿Vas de rodillas ante el Señor cuando ves que estás teniendo éxito en las cosas?
- ¿Consultas a Dios cuando vas a tomar alguna decisión en tu hogar?
- ¿Dialogas con Dios para ver qué espera de ti en donde estás?
El mensaje era para todos
La comunicación que tuvo con el Padre le indicó que aunque ahora se le dificultaba moverse porque las personas querían estar aglomeradas donde fuere que él estuviese, Jesús debía moverse a otras regiones que no le habían escuchado:
Debemos seguir adelante e ir a otras ciudades, y en ellas también predicaré porque para eso he venido. (Marcos 1:38)
El evangelio es para todos, no para un grupo selecto. La invitación a unos pescadores a seguirle ya nos va demostrando que Jesús no vino sólo para los de autoridad, sino que estaba para todos, sin importar su trasfondo. Más adelante hasta extiende su alcance a los gentiles, lo cual hizo de su ministerio uno global. Ahí entramos usted y yo.
Pero, ¿Qué significaba que la enseñanza de Jesús debía llegar a otros lugares? Bueno Marcos nos viene diciendo cuál era el mensaje. Con las que discutimos hoy, son 14 cosas. Pero en resumen:
- Cristo es la Buena Noticia de Dios
- Vino a ofrecer perdón de Dios
- Tiene la autoridad de disipar toda tiniebla y sanar al dolido
¡Cuidado con pensar que el mensaje de Dios es sólo para compartirlo con nuestro grupo de hermanos en Cristo! El título que Jesús tiene es de Emanuel–Dios con nosotros. ¡Dios está abierto de brazos para [toda] la humanidad! Su alcance hoy es logrado en colaboración con sus redimidos. Así que nosotros tenemos la tarea de señalar al Rey de los cielos donde estamos. Donde sea que sea.
- ¿A quién le has estado testificando del Rey recientemente?
- ¿A quién estás discipulando?
Jesús se acerca con compasión y sin miedos
La sanidad del leproso rompe tabúes religiosos y sociales. Tocar a un leproso era un acto impuro, pero Jesús lo hace por amor.
A los leprosos nadie los tocaba. Además del miedo a contraer lepra, quedaban ceremonialmente impuros y debían entrar en rituales rigurosos de purificación. Preferían no tener que pasar por los procesos de purificación, así que no se mostraban compasivos con los necesitados como este leproso, o la mujer del flujo de sangre o la hija de Jairo que estaba enferma de muerte. Cualquier cosa que les impidiera estar ceremonialmente limpios era algo que los judíos evitaban hacer. Seguían la letra de la Palabra y no el Espíritu. Por eso es que la Biblia tiene advertencias sobre nuestra vida religiosa:
La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas en sus aflicciones, y no dejar que el mundo te corrompa. (Santiago 1:27)
Ocuparse de los huérfanos y las viudas se trata de compadecerse y moverse a accionar a favor del necesitado con la gracia de Dios. Cuando Jesús toca al leproso, nos muestra que la gracia se acerca a lo intocable. El Evangelio no teme la suciedad, la redime. La compasión de Cristo no es sentimentalismo, es poder que transforma.
Jesús se acerca al necesitado. El requisito para que esto suceda es la receptividad. Este leproso la muestra definitivamente. Mira lo que dice:
Un hombre con lepra se acercó, se arrodilló ante Jesús y le suplicó que lo sanara. —Si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio—dijo. (Marcos 1:40)
A veces creemos que el evangelio se vive al visitar la Catacumba el domingo. No lo decimos así, pero puede que funcionemos de esa manera. Por ejemplo, ¿cuándo fue la última vez que oraste por alguien necesitado que interrumpió tu agenda?
Jesús estaba aquí acompañado de sus discípulos. Imagina lo que ellos pensaron. El Rabino que les había seleccionado tiene poder y autoridad para sanar y echar fuera demonios. Pero también está dispuesto a tocar a los leprosos para mostrar compasión.
Jesús rompe con las normas religiosas y sociales para poder llegar al corazón de la gente y llamarlos a una relación con él mismo.
¡No participar de esta compasión de Dios es negar incluso la compasión que Dios ha tenido con nosotros!
La desobediencia dificulta la obra que Dios quiere hacer
Cada vez que hacemos lo contrario a lo que Dios nos dice que hagamos, ponemos obstáculos a la voluntad de Dios. Ojo, esto no significa que Dios se ve imposibilitado en lograr algo. Dios sigue siendo soberano. Lo que digo es que nos ponemos en una posición donde no participamos de lo que Dios quiere hacer.
Cuando Jesús mandó a callar al demonio (v.25) éste obedeció, pero cuando le dijo al leproso que no se lo contara a nadie, dice la Escritura:
Pero el hombre hizo correr la voz proclamando a todos lo que había sucedido. Como resultado, grandes multitudes pronto rodearon a Jesús, de modo que ya no pudo entrar abiertamente en ninguna ciudad. (Marcos 1:45a)
Cuando Dios pide algo, tiene sus propósitos. Dios no tiene por qué decirnos lo que está haciendo para recibir nuestra obediencia, sino que debemos obedecer inmediatamente.
Como el ex-leproso contó a todos, la fama de Jesús creció y ya no podía predicar las buenas noticias como lo hacía. El Espíritu Santo llevó a Jesús a resolver este dilema de otra manera. Ahora Jesús tenía que parecerse más a su primo Juan el Bautista y predicar fuera de las ciudades.
Dios no perdió poder por la desobediencia del ex-leproso, pero imagina si no hubiese hecho lo contrario al mandato de Jesús. La historia sería diferente. Cristo hubiese podido seguir llegando a la intimidad de donde las personas se encontraban.
Aprendamos de Jesús, quien recibió instrucciones de cómo ir en su ministerio por parte del Padre y obedeció plenamente. Nuestra voluntad debe ser alineada a la voluntad del Padre para que podamos formar parte de lo que Dios hace. Ahí nos convertimos en colaboradores del Señor. Nuestro deseo siempre debe ser a que Dios obre por medio de nosotros y no a pesar de nosotros.
Conclusión
En este primer capítulo, Marcos va mostrándonos de manera apresurada el carácter e identidad de Jesús. Con cada una de estas viñetas nos provee a nosotros los lectores de oportunidad de asombro ante la majestuosidad y soberanía del Señor.
Podemos conocer a Jesús no sólo de manera académica, lo cual es muy limitado, sino que podemos experimentar su compasión, gracia y misericordia. Nosotros también podemos abrir las puertas de nuestro corazón para que Cristo venga y se entrone sobre nuestras vidas.
Necesitamos buscar la dirección del Padre en oración y en su Palabra si vamos a relacionarnos con Dios. Si fuiste redimido, recuerda que tienes un Señor que te ama, te cuida y desea lo mejor para ti. Consúltale tu vida completa, es lo mejor que podrás hacer.
El evangelio no es para una algunos, sino que Jesús vino para todos. No importa en la situación en la que estemos, Dios no huye de nosotros, sino que su deseo es caminar con nosotros. No hay pecado demasiado sucio ni problema demasiado grande que impida que Jesús se acerque en compasión. Él entiende lo que estamos viviendo. Por eso vino para todos.
Aprendamos a obedecer al Señor para que seamos colaboradores suyos en la gran obra que hace. Hagámoslo desde el asombro que provoca darnos cuenta que El Rey de todo lo que existe desea hacernos sus colaboradores. Piénsalo.



