Si Dios no cambia, ¿por qué se ve tan diferente en el Viejo y el Nuevo Testamento?

Episodio 282 de Verdad y Fe Podcast

En el Antiguo Testamento vemos un Dios de batallas y de Ira y en el Nuevo vemos uno de perdón, misericordia y compasión. ¿No se supone que Dios es siempre igual?¿Por qué el contraste?

Esta es una objeción muy común con relación al carácter de Dios. Quien argumenta de esta manera suele pensar que la Biblia muestra dos dioses diferentes. Sin embargo la misma Biblia dice que Dios es inamovible, que no cambia.

Así lo vemos en el Nuevo Testamento:

16 Así que no se dejen engañar, mis amados hermanos. 17 Todo lo que es bueno y perfecto es un regalo que desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos. Él nunca cambia ni varía como una sombra en movimiento. (Santiago 1:16-17)

En el Antiguo Testamento lo vemos de esta manera:

6 «Yo soy el Señor y no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, aún no han sido destruidos. 7 Desde los días de sus antepasados, han despreciado mis decretos y los han desobedecido. Ahora, vuelvan a mí y yo volveré a ustedes», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales. «Pero ustedes preguntan: “¿Cómo podemos volver cuando nunca nos fuimos?”. (Malaquías 3:6-7)

Inmediatamente podemos ver que en el Antiguo Testamento Dios mismo se identifica como incambiante cuando les está dando tiempo para arrepentirse a su pueblo. Osea, les está extendiendo misericordia y mostrándose a ellos en compasión. Con esto nada más, se elimina la supuesta diferencia entre el A.T. y N.T. Vemos que Dios se comporta igual.

En el N.T., en el libro de los Hechos 5: 1-11 vemos a Ananías y Safira. Este matrimonio decide mentir con relación a una propiedad que habían vendido y que ofrecían el dinero supuestamente total de la venta para el beneficio de la iglesia naciente. Era una mentira, pues se habían quedado con parte de las ganancias, lo cual podían hacer como quisieran. Querían la gloria de ser dadivosos. Cayeron muertos y Pedro dice por qué:

3 Entonces Pedro le dijo: «Ananías, ¿por qué has permitido que Satanás llenara tu corazón? Le mentiste al Espíritu Santo y te quedaste con una parte del dinero. 4 La decisión de vender o no la propiedad fue tuya. Y, después de venderla, el dinero también era tuyo para regalarlo o no. ¿Cómo pudiste hacer algo así? ¡No nos mentiste a nosotros sino a Dios!». (Hechos 5:3-4)

Dios los dejó muertos por haberle mentido. Este no es el único momento en que vemos algo así en el N.T. La muerte de Herodes Agripa más adelante en el libro de los Hechos, señala al tipo de cosas que Dios hace en el Antiguo Testamento también. Herodes quiso funestamente atribuirse la grandeza del propio Dios y pagó por ello:

22 El pueblo le dio una gran ovación, gritando: «¡Es la voz de un dios, no la de un hombre!». 23 Al instante, un ángel del Señor hirió a Herodes con una enfermedad, porque él aceptó la adoración de la gente en lugar de darle la gloria a Dios. Así que murió carcomido por gusanos. (Hechos 12:22-23)

En estos sucesos vemos la justicia divina contra personas que tomaron en poco la santidad de Dios. Nos recuerdan momentos donde sucedió lo mismo en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, luego de que Dios diese instrucciones claras de lo que se quemaría en su presencia y todas las órdenes para los sacrificios, los hijos de Aaron tomaron por poco e hicieron lo que quisieron:

10 Nadab y Abiú, hijos de Aarón, pusieron carbones encendidos en sus incensarios y encima esparcieron incienso. De esta manera, desobedecieron al Señor al quemar ante él un fuego equivocado, diferente al que él había ordenado. 2 Como consecuencia, un fuego ardiente salió de la presencia del Señor y los consumió por completo, y murieron ahí ante el Señor. (Levítico 10:1-2)

O en este otro momento, cuando David intentaba mover el Arca del Pacto como quiso, en vez de seguir las reglas dadas por Dios mismo para hacerlo apropiadamente:

6 Cuando llegaron al campo de trillar de Nacón, los bueyes tropezaron, y Uza extendió la mano para sujetar el arca de Dios. 7 Entonces se encendió el enojo del Señor contra Uza, y Dios lo hirió de muerte debido a lo que hizo. Así fue como Uza murió allí mismo junto al arca de Dios. (2 Samuel 6:6-7)

Como vemos, Dios se muestra igual en ambos testamentos.

Las personas que se incomodan es realmente porque no ven estas acciones de parte de Dios, como compatibles con el mensaje de perdón y compasión de Jesús. Pero tenemos que recordar que Jesús mismo afirmó que el Dios del A.T. era el Dios verdadero:

32 “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Por lo tanto, él es Dios de los que están vivos, no de los muertos. (Mateo 22:32)

Jesús decía que ese Dios era uno con él (Juan 10:30) y que antes de que Abraham naciera, ya él (Jesús) existía (Juan 8:57-59). Es por esto que finalmente lo condenan a muerte en Marcos 14:61-64, por revelar su identidad como el Dios de Israel.

La razón por la que estamos tan acostumbrados a visualizar a Dios como compasivo y misericordioso es porque definitivamente está en su carácter. Lo que sucede es que para nosotros que vivimos en la era de la Iglesia, estamos cubiertos bajo la obra redentora de Jesús en la cruz. Cristo recibió toda la ira de Dios que merecíamos. Por lo que hoy podemos acercarnos libremente al trono de la gracia como nos invita a hacer Hebreos 4:16, porque Cristo murió para nuestro rescate.

La Bomba teológica de hoy es que Cristo se identifica como uno con el Dios del Antiguo Testamento y él mismo se ofreció libremente para rescatar a la humanidad de la ira merecida de Dios. Nos regaló la salvación que él mismo pagó a precio de su muerte. No es que la Biblia presenta dos dioses diferentes, sino que en el Nuevo Testamento se nos presenta la solución que Dios mismo puso para que no experimentemos la ira merecida suya sobre nosotros. Cristo la soportó ya por nosotros.

Pero recordemos que es el mismo Dios. No cambia entre testamentos. Significa que él no juega con su grandeza y santidad. Dios merece nuestro completo respeto y admiración. Dios es amor, bueno y justo. Significa que la maldad no puede asociarse con él bajo ninguna circunstancia.

Por eso la oferta de salvación que existe en Cristo es la mejor noticia que hay, porque tenemos escapatoria de la ira merecida de Dios que vemos en ambos testamentos. ¡Hoy mismo podemos ser contados como los salvos en Cristo!

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About Rick Lipsett

(@ricklipsett) director y portavoz de verdadyfe.com. Ha escrito numerosos artículos relacionados a la apologética Cristiana. Sirve como pastor en la Iglesia Cristiana Catacumba 9 de Cayey, Puerto Rico. Actualmente cursa una maestría en Teología de Southern Baptist Theological Seminary (SBTS).
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