¿Si Jesús era Dios, por qué oraba al Padre?

Episodio #276 de Verdad y Fe Podcast.

La Biblia presenta a Jesús orando numerosas veces al Padre. ¿No es esto absurdo si él es Dios mismo?¿Para qué orar, si es Dios? Peor aún, ¿Jesús oraba a sí mismo?

En Juan 11: 41-42, cuando Jesús resucita a Lázaro, se nos presenta una oración que Cristo hizo al Padre. Dijo así:

Juan 11:41-42 (NTV) “41 Así que corrieron la piedra a un lado. Entonces Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, gracias por haberme oído. 42 Tú siempre me oyes, pero lo dije en voz alta por el bien de toda esta gente que está aquí, para que crean que tú me enviaste».”

El no-creyente lee esto y puede concluir que la doctrina de la deidad de Cristo es contraria a lo que enseña la propia Biblia. Sin embargo aquí hay que indagar más sobre cómo el propio Jesús veía esto. En el texto previo vemos que Jesús hablaba con Dios, pero no nos queda claro la identidad de Jesús, más allá de llamar a Dios Padre por lo que podríamos concluir que se sentía Hijo. Sin embargo si analizamos otros sucesos en el Nuevo Testamento, se nos expande el concepto de quién es Dios y quién es Jesús. En el mismo evangelio de Juan vemos lo siguiente:

Juan 10:30-33 (NTV) “30 El Padre y yo somos uno. 31 Una vez más, la gente tomó piedras para matarlo. 32 Jesús dijo: —Bajo la dirección de mi Padre, he realizado muchas buenas acciones. ¿Por cuál de todas ellas me van a apedrear? 33 —No te apedreamos por ninguna buena acción, ¡sino por blasfemia!—contestaron—. Tú, un hombre común y corriente, afirmas ser Dios.”

Jesús afirmó una unidad especial con el Padre. No como diríamos nosotros los creyentes hoy día. Yo puedo decir que Dios es mi Padre, pero yo no soy hijo de Dios como Jesús es el Hijo de Dios. Esto queda claro aquí por la reacción de las personas cuando Jesús admitió una unidad única con Dios. Las personas entendieron a qué él se refería: él mismo es Dios. Por eso lo querían apedrear. Jesús dijo que él mismo era Dios.

Esto lo podemos ver en múltiples ocasiones en el Nuevo Testamento, pero tomando sólo estos dos textos podemos concluir que el Padre es una persona única a la que Jesús le hablaba en oración. Podemos ver que Jesús es una persona única que obraba y hablaba con las personas. Y finalmente podemos concluir que estas dos personas son un solo Dios. Es importante entender que el concepto judío de Dios es uno monoteísta. Así que no son múltiples dioses, sino uno solo. De estos y muchos otros textos es que se sostiene la doctrina cristiana de la Trinidad. Tres personas que son un mismo y único Dios.

Después de toda esta explicación, queda establecido que Jesús oraba al Padre y no a sí mismo. Oraba a otra de las personas en la Trinidad. Pero la pregunta ahora se torna en “¿por qué oraba si es Dios?”

En la encarnación, Jesús se despojó de sus privilegios divinos para bajar a nuestro nivel y servirnos. Nos sirvió hasta la muerte y muerte de Cruz. Eso nos lo enseña Filipenses 2:6-11. Entonces como parte de ese despojo de sus privilegios, Jesús dependía absolutamente del Espíritu Santo y de la voluntad revelada de su Padre para cumplir con su ministerio. Por eso en múltiples ocasiones leemos que Jesús hacía solo lo que el Padre le daba para hacer (Juan 4: 34, Mateo 26:39, Juan 5:19, Lucas 22:42, Juan 5:30, Juan 6:38). Jesús fue perfecto en obediencia al Padre.

Jesús oraba al Padre, persiguiendo su voluntad para cumplirla en su vida y ministerio. Puso la voluntad del Padre por encima de la suya y al obedecerla nos enseñó humildad y obediencia a nosotros también.

La Bomba teológica de hoy es que Jesús y el Padre son dos personas diferentes que comparten la misma esencia, junto al Espíritu Santo. Por eso Jesús oraba, pues tenía comunión íntima con la Persona del Padre. Jesús obedeció la voluntad del Padre y gracias a eso, tenemos la oportunidad de ser salvos, pues Cristo estaba ofreciendo el pago de la recompensa por nosotros, cuando entregó su vida en la cruz.

Por lo tanto, Jesús sabía quién era él pero esto no lo llevó a ser orgulloso y dejar de consultar al Padre, siguiendo su propia voluntad. Sino que nos enseñó una humilde sujeción a la voluntad del Padre, además de la necesidad de una comunicación regular con el Padre en oración. Nosotros hoy podemos hacerlo así también. La Biblia nos presenta la voluntad explícitamente revelada del Padre para que la obedezcamos. Podemos orar como Jesús oró: poniendo la voluntad perfecta del Padre por encima de la nuestra. Así nos podemos parecer más a Jesús. Para el creyente, no hay mayor privilegio que ese. Parecernos cada vez más a Jesús. Más aún tenemos el privilegio de hacer como Jesús y orar al Padre como nuestro Padre celestial pues gracias a la obra redentora de Jesús, tenemos la oportunidad de ser llamados hijos de Dios, si ponemos nuestra fe en Cristo. ¡Esta es una gran noticia!

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About Rick Lipsett

(@ricklipsett) director y portavoz de verdadyfe.com. Ha escrito numerosos artículos relacionados a la apologética Cristiana. Sirve como pastor en la Iglesia Cristiana Catacumba 9 de Cayey, Puerto Rico. Actualmente cursa una maestría en Teología de Southern Baptist Theological Seminary (SBTS).
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