Hace unos días me tropecé con un vídeo en TikTok del filósofo y escritor argentino Alejandro Rozitchner, quien afirmó ser ateo, pero cree que Dios existe también. Definió a Dios como una idea. Dijo que sería necio si no afirmara que en el transcurso de la historia e incluso hoy día, son muchísimos los que afirman la existencia de Dios y se relacionan con ese dios. Pero Rozitchner lo afirma desde la perspectiva de que Dios es una idea.
Me agrada que señale a la historia para decir que la humanidad siempre ha afirmado la existencia de lo sobrenatural, porque si podemos usar la historia para llegar a esa conclusión, también podemos utilizar la historia para examinar el reclamo cristiano de la existencia de Dios.
Pero antes de ir allí, creo que es conveniente definir términos.
Según el diccionario de la Real Academia Española, el término “idea” tiene 15 usos diferentes. 1 Pero con tan solo leer los primeros 3, llegamos a un entendimiento de qué es en su núcleo:
- Cualquier representación mental que se relaciona con algo real.
- Noción o conocimiento que se tiene sobre algo o alguien.
- Conocimiento puro racional.
Según el diccionario, una idea es algo que se piensa. Es algo que existe en la mente de las personas únicamente. Por lo tanto, afirmar que una idea es real está bien, siempre y cuando esté adscrita al cerebro de la persona. Pero la dificultad que veo es que uno no debe relacionarse con una idea. De hacerlo, sería como afirmar la existencia de un amigo imaginario. Un adulto que se relaciona activamente con una idea que le dirige y le habla y él obedece, se convierte en un problema.
Por lo tanto, aunque Rozitchner lo comenta con humor y gracia, realmente está tildando de locos a todos los que afirman la existencia de algún dios, porque según él, existe sólo en el mundo de las ideas.
Esto sería posible, si no fuese que tenemos buenas razones para pensar que Dios no es una idea. Por ejemplo:
- La existencia del universo grita por la necesidad de un diseñador. Nada proviene de la nada. Si algo no existe, no tiene el poder de crearse a sí mismo. La ciencia enseña que hubo un momento donde el universo no existió. Pero aquí tenemos un universo material, con energía y que experimenta el pasar del tiempo. Su causa, necesariamente tiene que estar fuera de estos renglones y ser el productor de los mismos. La causa del universo tiene que ser inmaterial y atemporal porque estas cosas no existían y necesita ser sumamente poderosa para poder hacer que la energía que tenemos comenzara a existir.
- La diversidad en las especies que vemos en la naturaleza, cuya existencia tienen algún propósito en medio de un ecosistema muestran no sólo la necesidad de una mente creativa que les haya diseñado, sino una inteligencia vasta que les haya diseñado con propósito y como una parte necesaria dentro del todo de la naturaleza. Por ejemplo, los árboles y cómo son los productores de oxígeno mientras que quienes respiran oxígeno (como nosotros) emiten dióxido de carbono, el cual es respirado por los árboles.
- El conocimiento innato de la moralidad, lo cual no compartimos con los animales, indica que hubo un elemento adicional en nuestro proceso de diseño. Tenemos una ley inmaterial grabada en nuestras conciencias, la cual a su vez no es un elemento material que poseemos, como un órgano en nuestro interior, sino que es intocable por nuestras manos e instrumentos pues no es material. Esto señala a la necesidad de una causa que diseñó nuestra existencia para que funcionara en términos morales también.
Por lo tanto, la idea de que Dios existe, no es algo que simplemente esté sembrada en nuestras mentes. No es algo irracional que comenzamos a creer, sino que está respaldada por nuestra reflexión sobre lo que nos rodea y de nuestra propia existencia. Porque si hay diseño, hay diseñador.
Pero ya que Rozitchner menciona a la historia, podemos examinar la misma para ver si tenemos buenas razones de la existencia de Dios en la propia historia.
Flavio Josefo, un ciudadano romano proveniente de una larga familia sacerdotal judía, escribió “Antigüedades”, donde dejó para la posteridad datos históricos que registran sucesos importantes de antigüedad. Allí escribió lo siguiente:
“En este tiempo, había un hombre sabio llamado Jesús. Su conducta era buena y era conocido como virtuoso. Y muchas personas de entre los Judíos y otras naciones se hicieron sus discípulos. Pilato lo condenó a ser crucificado y morir. Pero aquellos que se habían hecho sus discípulos no abandonaron su discipulado. Reportaron que él se les había aparecido tres días después de su crucifixión y que estaba vivo; en consecuencia, que tal vez era el Mesías, de quién los profetas han relatado maravillas.”2
No es el único historiador que relató los sucesos de la vida de Jesús de Nazaret. Tenemos a Luciano de Samosata, Mara Bar Serapión y a Cornelio Tácito. Como si fuera poco, tenemos cuatro documentos históricos fiables que presentan la biografía antigua de Jesús y que han soportado el escrutinio de académicos de todas las ideologías. Son los primeros cuatro libros de lo que llamamos El Nuevo Testamento.
Estas fuentes afirman o proveen la información que necesitamos para llegar a conclusiones sobre la persona de Jesús. Aprendemos que:
- Jesús hacía milagros
- Afirmaba que era Dios
- Afirmó que moriría para rescatarnos
- Dijo que él era la única manera de relacionarse con Dios
- Murió en una cruz a manos de los romanos
- Sus discípulos afirmaron verlo después de su muerte y dieron sus vidas en testimonio de lo que vieron
- El Cristianismo surgió (y sigue con nosotros)
La bomba teológica de hoy es que una mera idea no tiene el poder de marcar la historia con sucesos o dejar huella en el universo. Solo algo real y actual puede dejar rastros en lo que existe y en la historia para que reflexionemos y seamos persuadidos a la verdad de su existencia.
Creer en una idea simplemente porque nos parece bien, sin investigar su veracidad es peligroso. Pero el cristianismo no es así. Nuestra fe está afirmada por la historia y la realidad. Entonces, quizás en alguna cosmovisión, las personas afirmen la existencia de algún dios por las ideas que tienen en sus cabezas, pero el Cristianismo es diferente. El Dios del Cristianismo ha dejado claro su existencia. Depende de nosotros si queremos verlo y reconocerlo o no.
Como dice Romanos 1:20 (NTV): “Desde la creación del mundo, todos han visto los cielos y la tierra. Por medio de todo lo que Dios hizo, ellos pueden ver a simple vista las cualidades invisibles de Dios: su poder eterno y su naturaleza divina. Así que no tienen ninguna excusa para no conocer a Dios.”
Por eso, el cristiano tiene buenas razones para afirmar su fe. La creación lo afirma y la historia lo confirma. Jesús es el Señor.
Fuentes:
1- https://www.wordreference.com/definicion/idea
2- Josefo, Flavio, Las Antigüedades, libro 18, sección 3 – según los hallazgos más tempranos y publicados por Schlomo Pines de la Universidad Hebrea en Jerusalén.



