Este tema es uno complejo para muchos que han conocido a Cristo, específicamente si fueron salvos después de que llevan tiempo sirviendo al estado o a la milicia. Sea como soldado, policía, juez, etc. Puede ser complejo pensar en esto, pues la Biblia está repleta de textos que nos mandan a amar a nuestros enemigos (Mateo 5:44), o a que pongamos la otra mejilla (Lucas 6:29).
La Biblia tiene algo que decir al respecto
El Nuevo Testamento provee de dirección en este aspecto.
Lucas 3:14 (NTV)
«¿Qué debemos hacer nosotros?—preguntaron algunos soldados. Juan les contestó: No extorsionen ni hagan falsas acusaciones, y estén satisfechos con su salario.»
Ante la predicación de Juan el Bautista, unos soldados se sintieron convencidos a arrepentirse y servir a Dios. La pregunta demuestra que dieron permiso a Juan para mandarlos a hacer lo que fuera para poder agradar a Dios. Juan pudo haberles dicho que dejaran sus puestos, pero no fue así. Si estos soldados le hubieran preguntado al apologista Greg Koukl, les hubiese dicho: “Florece donde has sido plantado.”
Pablo nos da unas palabras mejores:
1 Corintios 7:24 (NTV)
«Amados hermanos, cada uno debería permanecer tal como estaba cuando Dios lo llamó por primera vez.»
La idea de Pablo es que donde sea que el Señor te halló, fue para usarte. Eres su boca y sus manos. Estás allí como un embajador del Reino de los Cielos. Esto debe darle una nueva perspectiva a tu empleo.
¿No Ponemos la otra Mejilla?
Pero aún así la objeción que se levanta es: ¿No estaría tomando venganza? ¿No se supone que pongamos la otra mejilla como enseña Lucas 6:29?
Comenzaré con la venganza. Es cierto que la Biblia me dice que no debo tomar venganza. Mira como lo dice en Romanos 12:19 (NTV):
“Queridos amigos, nunca tomen venganza. Dejen que se encargue la justa ira de Dios. Pues dicen las Escrituras: «Yo tomaré venganza; yo les pagaré lo que se merecen», dice el Señor.”
Pero el que trabaja para la milicia o para la policía no va a impartir su propia venganza. Lo que hace un policía o un soldado es efectuar la justicia. Se utilizan unas leyes pre-establecidas para mantener el orden. Los casos o las misiones no son para que el militar o policía haga como él crea y sienta, sino por unas leyes y órdenes.
John Piper dijo al respecto: “Las esferas que hacen que la sociedad funcione tienen situaciones ordenadas por Dios que exigen que no pongamos la otra mejilla”. 1
El soldado o policía, si hacen su trabajo bien, estaría haciendo justicia. Un militar o policía cristiano ejecuta su trabajo con precisión y excelencia porque todo lo que hace, es para la Gloria de Dios:
1 Corintios 10:31 (NTV)
“Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.”
Por lo tanto, mientras cumple con su deber no puede servirse a sí mismo con su puesto de militar, policía, etc. Está ahí puesto por Dios para ejecutar su justicia, no la venganza suya ni obtener beneficios para ellos mismos:
Romanos 13:4-5 (NTV)
«4 Las autoridades están al servicio de Dios para tu bien; pero si estás haciendo algo malo, por supuesto que deberías tener miedo, porque ellas tienen poder para castigarte. Están al servicio de Dios para cumplir el propósito específico de castigar a los que hacen lo malo. 5 Por eso tienes que someterte a ellas, no solo para evitar el castigo, sino para mantener tu conciencia limpia.»
Ahora, ¿qué hay con poner la otra mejilla? Cuando Jesús habla de poner la otra mejilla, la intención es ganar el corazón del enemigo para que se tropiece con la gracia y misericordia de Dios. Jesús no estaba haciendo un comentario sobre recibir abuso o no defenderse ni nada así. El que pone la otra mejilla es porque el que lo asaltó le pegó para humillarle con la parte de atrás de la mano. Al poner la otra mejilla, obligas a que te vean como igual, no como propiedad, esclavo o inferior. La intención de Jesús es que la acción de poner la otra mejilla despierte la conciencia del agresor. Que vea que son iguales. Por lo tanto, ese texto estaría mal aplicado aquí.
La Bomba Teológica de hoy es que el militar o policía está ejecutando la justicia de Dios. No es casualidad que esté allí. Donde laboran, lo hace con la autoridad de Dios. Esto significa que la responsabilidad por la autoridad que llevan, no es de algún sargento o general. La autoridad no la dio el presidente o gobernador, sino que Dios mismo. La sujeción primaria es a Dios y luego la cadena de comando que tenga. Por eso, el que trabaja para la milicia o para el estado, ejerciendo el orden y la justicia, necesita permanecer pegado de la fuente de toda sabiduría, para que Dios mismo guíe y dé entendimiento en cada caso que trabajan. Hacer ese trabajo sin Dios debe ser demasiado fuerte.
¿Qué hacemos con la conciencia?
Si aún así alguien llega a la conclusión que en buena conciencia no puede ser militar, policía, juez, etcétera, el Nuevo Testamento también nos indica qué debemos hacer.
Romanos 14:6-8 (TLA)
“6 Los que piensan que cierto día es especial, lo hacen para honrar a Dios. Y los que comen de todo, lo hacen también para honrar a Dios, y le dan las gracias. Igual sucede con los que sólo comen verduras, pues lo hacen para honrar a Dios, y también le dan las gracias. 7 Nuestra vida y nuestra muerte ya no son nuestras, sino que son de Dios. 8 Si vivimos o morimos, es para honrar al Señor Jesucristo. Ya sea que estemos vivos, o que estemos muertos, somos de él.”
Por lo tanto si alguien se convierte a Cristo y aún examinando los textos que compartí al principio, llega a la conclusión de que no puede servir a Dios en su posición como militar o policía, y quiere renunciar por motivo de conciencia, para Dios lo hace. Igual que aquel que permanece, ahora con ardor profundo de hacerlo para el Señor, se queda y adora a Dios con su trabajo.
El Cristiano militar, al igual que cualquier otro debe adorar a Dios con su trabajo. Adorar a Dios se logra cuando obedeces su Palabra. Si te das cuenta que no estás obedeciendo a Dios con tu trabajo, sea cual fuere, debes hacer cambios. Recuerda que le perteneces a Cristo. No eres propiedad del estado, una compañía o nada así. Nota que dije “hacer cambios”. No estoy mandando a nadie a renunciar a nada. Pero si fuera el caso que la única opción para poder obedecer al Señor es renunciar, pues definitivamente es lo que un Cristiano debe hacer. Pero si en tu trabajo puedes adorar a Dios con lo que haces y en buena conciencia, no hay por qué salir de allí.
Así que la contestación a la pregunta de hoy es sí. Sí se puede ser Cristiano y Militar o Policía, Juez, etc. siempre y cuando puedas adorar a Dios con tus labores. Eso significa que algunos tendrán que hacer ajustes a la manera en que ejecutan sus deberes, mientras que otros se sentirán alentados al saber que ya van por buen camino.
A mi hermano anónimo de la pregunta de hoy, sugiero que analices tu situación a la luz de las Escrituras y llegues a tu convicción arraigada a lo que Dios ha dicho. Si haces eso, nunca te saldrás de la voluntad de Dios, que es lo que tu pregunta muestra que quieres hacer.
Fuente:
1- Piper, John, Should Christians Be Cops and Soldiers? (desiringgod.org, 11 de abril de 2014) https://www.desiringgod.org/interviews/should-christians-be-cops-and-soldiers



