Recientemente luego de una charla de apologética, uno de los presentes explicó que entendía contradictorio decir que el Espíritu Santo mora en el creyente, mientras que también se dice que Dios es santo y como tal, no puede relacionarse con el pecado. Por lo tanto, si tenemos una naturaleza pecaminosa, no debería ser posible que el Espíritu Santo more en nosotros.
Esta pregunta va directo al corazón del evangelio. Parece estar señalando una contradicción en la doctrina cristiana, pero en realidad lo que nos muestra es una paradoja. Me explico: una contradicción es cuando se dice lo mismo que se niega. Como decir que la pared es blanca y la pared no es blanca. Pero una paradoja es una idea extraña o irracional que se opone al sentido común y a la opinión general.1 Ejemplo: Dios es santo y mora en el creyente.
Lo que tenemos aquí es una paradoja porque la aseveración no explica cómo esto es posible, pero como veremos no es una contradicción pues no son dos aspectos que se niegan o cancelan mutuamente.
Sucede que la Biblia identifica a Dios como perfectamente santo. Totalmente separado y diferente a nosotros, pero también significa que él es la moralidad perfecta. En Él no hay mancha alguna. Es tanto así, que la Biblia le dice a los seguidores de Cristo que deben ser perfectos y santos porque Dios es perfecto y santo (1 Pedro 1:15-16). Es por razón de su santidad, que Dios no tolera el pecado. De hecho, lo aborrece (Proverbios 6:16-19) y espera que sus seguidores vivan en santidad, porque el pecado es la oposición directa a Dios. La Biblia es explícita en enseñar que Dios no puede asociarse con el pecado. Lo vemos en Habacuc 1:13a (NTV), donde dice: “Pero tú (Dios) eres puro y no soportas ver la maldad.”
Por lo tanto la primera parte de la pregunta o el argumento es cierto. Dios no puede asociarse con el pecado. Pero ¿Qué tal la segunda parte? ¿Puede Dios morar en el creyente si aún sabemos que hay una naturaleza pecaminosa en él?
Dice Efesios 1:13-14 (NTV): “13 Y ahora ustedes, los gentiles, también han oído la verdad, la Buena Noticia de que Dios los salva. Además, cuando creyeron en Cristo, Dios los identificó como suyos al darles el Espíritu Santo, el cual había prometido tiempo atrás. 14 El Espíritu es la garantía que tenemos de parte de Dios de que nos dará la herencia que nos prometió y de que nos ha comprado para que seamos su pueblo. Dios hizo todo esto para que nosotros le diéramos gloria y alabanza.”
Nota que la razón por la cual el Espíritu viene al creyente es que al creer en Cristo, sucede algo muy particular que permite la habitación del Espíritu. Dios ha hecho provisión en su Hijo Jesús para que por medio de poner nuestra fe en la obra de Cristo en la cruz, el creyente reciba la justicia de Dios.
1 Pedro 3:18 (NTV)
«Cristo sufrió por nuestros pecados una sola vez y para siempre. Él nunca pecó, en cambio, murió por los pecadores para llevarlos a salvo con Dios. Sufrió la muerte física, pero volvió a la vida en el Espíritu.»
Jesús tomó el peso y la paga del pecado que cada uno tenía a su cuenta delante de Dios y la pagó entera en la cruz. Todo el que ahora vive en Cristo, es visto por Dios a través de la obra de Cristo en la cruz. Por lo tanto ya no es nuestra justicia la que poseemos, si estamos en Cristo, sino que la justicia de Dios (2 Corintios 5:21).
Como somos portadores de la justicia de Dios, podemos ser habitación del Espíritu Santo.
La Bomba teológica de hoy es que a pesar de nuestra naturaleza pecaminosa, el sacrificio de Jesús fue suficiente para hacernos nuevos y ponernos listos para que el Espíritu de Dios viva en nosotros.
2 Corintios 1:22 (PDT)
“Nos ha puesto una marca que muestra que le pertenecemos: el Espíritu en nuestros corazones como un adelanto que garantiza que nos dará todo lo que nos ha prometido.”
El Espíritu es la marca, o el sello de Dios sobre los suyos. Sus hijos adoptados tenemos esta marca porque nos unimos a su único Hijo por medio de la fe. Mientras que antes éramos enemigos de Dios y nuestro pecado nos alejaba de él para siempre, ahora por medio de la fe y la gracia de Dios, no somos los mismos de antes sino que nuevos en Cristo para la gloria de Dios.
En resumen, el Espíritu Santo puede venir a vivir en el creyente porque Dios ve al Cristiano a través de su propia justicia la cual es dada a todo aquel que pone su fe en la persona de Jesús y su obra en la cruz. No es algo que hicimos o ganamos, sino que fue todo iniciativa de Dios, para la gloria de Dios y para nuestro beneficio.
Fuentes:
1. Definición de paradoja, Wordreference.com: https://www.wordreference.com/definicion/paradoja#:~:text=paradoja%20entre%20el%20bien%20y,ret.



