Recientemente escuché una entrevista que le hizo Keropi Sánchez en su Podcast al ilusionista y conferenciante John Michael. Michael expresó que como Cristiano Progresista, cree que Dios no interviene en las vidas de la gente. Dijo que pensar que Dios interviene en algunas situaciones y no en otras hace de Dios un ser malo porque estaría “jugando al juego de este sí y este no”.
En un momento, con la intención de explicar su postura, John Michael utilizó una ilustración. Dijo que su mamá es dueña de negocios. Como tiene el negocio al día con empleados que lo mantienen, puede decidir ir a la oficina o dejar de ir según quiera porque es la dueña. Para mí fue curioso escuchar esta ilustración pues él estaba haciendo una comparación con su mamá y Dios con el Universo (como el dueño del Universo). Sin embargo si su mamá no va a la oficina un día porque prefiere hacer otra cosa está bien, pero si Dios hace lo mismo con una situación que no atiende, es un Dios tóxico. En mi opinión, es cierto que si su mamá tiene un negocio y puede tomarse unos días libres, ¡que lo haga! Pero por supuesto la ilustración falla, porque Dios no toma días libres.
Hechos 17:26-28 (NTV) enseña:
“26 De un solo hombre creó todas las naciones de toda la tierra. De antemano decidió cuándo se levantarían y cuándo caerían, y determinó los límites de cada una. 27 »Su propósito era que las naciones buscaran a Dios y, quizá acercándose a tientas, lo encontraran; aunque él no está lejos de ninguno de nosotros. 28 Pues en él vivimos, nos movemos y existimos. Como dijeron algunos de sus propios poetas: “Nosotros somos su descendencia”.”
Lo que este texto Bíblico enseña es que Dios siempre ha sido soberano en cómo coloca las naciones y las personas que en ellas viven. Dios ha determinado los límites de cada nación. No solo los límites geográficos, sino hasta dónde llegaría su autonomía, su influencia, etc. Y luego, Lucas, el autor de Hechos nos da La Bomba Teológica de hoy. Dice: “en él vivimos, nos movemos y existimos.” Eso significa que nuestra existencia está sostenida por la soberanía absoluta de Dios. Significa que Dios está activo en nuestras vidas. En todas nuestras vidas. Tanto en lo que vemos, como lo que ignoramos; en lo que percibimos como bueno como lo que no nos gusta también. No hay ni un milisegundo donde Dios se duerme o se aleja. Por eso Lucas dice: “él no está lejos de ninguno de nosotros.” Dios está cerca siempre, los que preferimos mirar para otro lado e ignorar su realidad somos nosotros.
Pero este hecho Bíblico, que “Dios siempre está activo”, o como Jesús mismo dijo en Juan 5:17: «Mi Padre siempre trabaja, y yo también» es problemático para nuestra visión limitada de la historia. Tanto la individual mientras la vivimos, como la de la humanidad. Sobre todo desde nuestro punto de vista en la historia. Pero, aunque no encontremos sentido a algo que visualizamos como malo, no significa que no tenga un buen propósito divino detrás de él. No le quita la culpa del pecado a quienes cometen atrocidades, pero a la vez, Dios está produciendo algo bueno, a pesar del pecado del ser humano.
Dios es el ser más maravilloso posible, por la cualidad de ser “supremo” como lo definen los diccionarios. Esto apunta a que necesariamente Dios tiene que ser perfectamente bueno. Si no lo es, no es supremo y no es Dios. Por lo tanto, aunque nuestra visión corta vea una desgracia, no sabemos lo que Dios está haciendo con ese suceso micro, en la historia macro.
Por ejemplo, si conocemos de una persona inestable emocionalmente, que amamos y tratamos de cuidar con todo lo que somos y podemos y aún así la persona termina aprovechando la soledad de un momento, donde sus cuidadores se descuidaron en cuidarle, para quitarse la vida, no significa que Dios se quedó dormido o no quiso actuar para rescatar a la persona. Obviamente el que sufre por un evento como este necesita ser consolado y acompañado, pero si está listo para buscar posibles razones de por qué Dios permitió el evento, podríamos llegar a algunas. No nos va a quitar el dolor que sentimos, pero veremos posibles propósitos para Dios dejar que la persona tome tan funesta decisión. Por ejemplo, puede que el evento logre al menos tres objetivos:
- Se crearán protocolos que prohiban dejar sola a la persona
- Estos protocolos salvarán vidas futuras
- Levantar un sentido de urgencia en las personas para ayudar de una mejor manera en el futuro
Por supuesto esto no es algo que veremos de inmediato, sino con el tiempo y no quita el dolor por echar de menos a la persona amada que ya no está y que con el beneficio de la comprensión retrospectiva, podemos ver dónde se falló y qué se pudo haber hecho mejor.
Pero un tema concurrente en la Biblia es que Dios tiene la habilidad de transformar lo que vemos como un suceso malo en algo bueno y de bendición. El mejor ejemplo es la muerte de su propio Hijo. Si Jesús no hubiese muerto en la cruz, nuestro perdón y salvación no fuese posible.
De hecho, el evento de la crucifixión de Jesús es una manera en que Dios intervino absolutamente en la historia de la humanidad. Un hecho histórico que, aunque fue hace más de dos mil años, todavía repercute en la actualidad. Dios intervino e interviene siempre porque Dios nunca está inactivo.
No hay por qué recurrir a la deconstrucción de nuestra fe Cristiana para una visión más progresiva y menos conservadora del cristianismo. Adentrarse en un proceso de deconstrucción de la fe conlleva negar la verdad bíblica y nuestra conciencia. Esto es un proceso doloroso que deja marcas en nuestro corazón. Puede que parezca lo más lógico en el momento, pero en realidad nos jugamos nuestra relación con el Verdadero Dios, según se ha revelado en las Escrituras. Y eso definitivamente no es aconsejable.
Aquí algunos episodios previos de Verdad y Fe Podcast que pueden servir al tema de hoy:
Episodio #201 ¿Realmente Dios es Soberano?
Episodio #199 ¿Se puede deconstruir el Cristianismo?
Episodio #158 ¿Cómo probar que Jesús es el único camino a Dios?



