¿Si Jesús es Dios por qué no escribió él mismo los evangelios? ¿Cómo podemos creer en la Biblia si no fue escrita por él? ¿Cómo sé que Jesús existió si no dejó nada escrito? ¿Cómo decir que la Biblia es Palabra de Dios si Dios mismo no fue quien la escribió?
La Biblia nos enseña que cuando Cristo se hizo hombre, renunció a sus privilegios divinos. La pregunta de hoy comienza con esta verdad bíblica:
Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre. (Filipenses 2:6-7)
Si Jesús renunció a sus privilegios, ¿también significa que renunció a la escritura? Como Cristianos somos rápidos en afirmar que Jesús sabía leer y escribir porque era Dios. Es una afirmación suficiente para muchos de nosotros, pero el problema está cuando se dialoga con una persona que no es creyente y cuestiona por qué Jesús no escribió sus propias enseñanzas. Esa pregunta viene con algunos prejuicios que atenderemos ya mismo, pero es una pregunta interesante pues por un lado, hay académicos que afirman que sólo el 10% de la población de la época de Jesús tenía la capacidad de leer1, por lo que se concluye que escribir debe ser incluso un porciento menor. Por supuesto también hay estudios que afirman que en Judea el porcentaje de alfabetismo era mayor y lo descubrieron examinando hallazgos arqueológicos de vasijas con textos escritos por más de 10 personas comunes que hacían vasijas.2
Así que si un alfarero podía escribir, quizás un carpintero también. Y también, aunque raro, porque los adinerados eran los que tenían acceso usualmente a la educación, quizás Jesús estaba en ese 10% de la población. No tenemos certeza de ninguna de las dos posturas, así que desde la ignorancia no podemos argumentar apropiadamente. Así que examinemos lo que sí sabemos:
Jesús podía leer
Cuando llegó a Nazaret, la aldea donde creció, fue como de costumbre a la sinagoga el día de descanso y se puso de pie para leer las Escrituras. Le dieron el rollo del profeta Isaías. Jesús lo desenrolló y encontró el lugar donde está escrito lo siguiente: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres.
Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, y que ha llegado el tiempo del favor del Señor ». Lo enrolló de nuevo, se lo entregó al ayudante y se sentó. Todas las miradas en la sinagoga se fijaron en él. Después Jesús comenzó a hablarles: «La Escritura que acaban de oír ¡se ha cumplido este mismo día!».
(Lucas 4:16-21)
Si Jesús podía leer, entonces entendía la palabra escrita. Por la interacción que presenta luego de leer vemos que entendía lo leído. Si entendía podía aplicar lo leído y enseñar a otros.
Jesús podía enseñar
Cierto día, al ver que las multitudes se reunían, Jesús subió a la ladera de la montaña y se sentó. Sus discípulos se juntaron a su alrededor, y él comenzó a enseñarles. (Mateo 5:1-2)
Son tantos los ejemplos como este que tenemos en el Nuevo Testamento donde Jesús enseña, que sería absurdo decir que la Biblia no dice si Jesús podía enseñar o no. Para poder enseñar se necesita estar familiarizado con las enseñanzas. Para el tiempo de Cristo, era muy común que la enseñanza fuese oral. Las personas tenían acostumbrado memorizar grandes porciones de las Escrituras. Se habían desarrollado estrategias para que las personas pudieran memorizar con mayor efectividad. Así que si Jesús enseñaba es porque tenía almacenado en su cerebro suficientes porciones de la Palabra de Dios como para poder mostrar incluso con ejemplos e ilustraciones o parábolas, lo que Dios dice en su Palabra. Si estaba tan familiarizado con los rollos, entonces seguramente podía imitar los símbolos que veía con tinta sobre alguna superficie, ¿no?
Si leía y enseñaba ¿podía escribir?
Algunos citarían a Juan 7:53-8:11 para decir que cuando le traen la mujer adúltera a Jesús, él estaba escribiendo en la tierra. Pero este argumento no funciona por al menos dos razones:
- Primero: podía haber estando dibujando o haciendo lo que sea con su dedo en la tierra. No dice que estaba escribiendo algo coherente como una oración o algo así.
- Segundo: se ha descubierto que esa porción no forma parte de los manuscritos griegos más antiguos. Por lo tanto, lo más seguro fue una porción añadida luego por un copista. Por eso las Biblias actuales, que utilizan los hallazgos más recientes incluyen una anuncio al respecto en esta sección.
Así que para ver si era posible que Jesús tuviese la capacidad de escribir, tenemos que ir por otra ruta. Para estar claros, debemos entender que leer y escribir no son la misma habilidad, aunque activan lugares cercanos o que se superponen en el cerebro.
Se puede leer sin tener la capacidad de escribir apropiadamente. Ejemplo: hace años aprendí a poder comunicar algunas cosas en francés. Incluso puedo hasta identificar palabras, pero una cosa muy distinta es sentarme a escribir una carta en el idioma. Simplemente no lo puedo hacer.
Pero esas palabras que sí podría escribir ha sido por la cantidad de veces que las he visto. He memorizado el orden de los símbolos como para poder escribirlo. Esto es porque mientras más se lee de un mismo tópico, nos vamos familiarizando con los símbolos, patrones y formas de utilización de los mismos en ese tema.
Un humano que se expone contínuamente a un mismo tema y lo estudia con detenimiento podría escribir al respecto, con tiempo suficiente. Y por ahí es que podemos concluir que Jesús podía escribir. La Biblia nos dice que Jesús estuvo expuesto a las Escrituras desde niño. Por ejemplo:
Cada año, los padres de Jesús iban a Jerusalén para el festival de la Pascua. Cuando Jesús tenía doce años, asistieron al festival como siempre. Una vez terminada la celebración, emprendieron el regreso a Nazaret, pero Jesús se quedó en Jerusalén. Al principio, sus padres no se dieron cuenta, porque creyeron que estaba entre los otros viajeros; pero cuando se hizo de noche y no aparecía, comenzaron a buscarlo entre sus parientes y amigos. Como no pudieron encontrarlo, regresaron a Jerusalén para buscarlo allí. Tres días después, por fin lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros religiosos, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas.
(Lucas 2:41-47)
Notemos que cada año iban al templo. Así que era normal para Cristo ir allí. Otra cosa que debemos notar es que pudo sostener una conversación coherente con los maestros de la ley al punto que ellos quedaron sorprendidos. Sin entrar en que era de esperarse porque Jesús es Dios, podemos argumentar que para que un niño de su edad pueda hacer eso, se necesita de unos maestros que constantemente le estén enseñando las Escrituras. Como era de clase baja, esos maestros seguramente eran sus Padres y familiares (como su tío Zacarías, que era sacerdote). Por el asombro de los maestros de la ley podemos concluir que la enseñanza de la Palabra era primordial en el hogar de Jesús. Los padres de Cristo hicieron su trabajo apropiadamente.
Si desde niño Jesús estaba tan inmerso con las Escrituras, podemos argumentar que a causa de esa frecuencia con la Palabra de Dios, debía tener la capacidad de escribir, al menos aquello que más frecuentaba en sus tiempos de aprendizaje. Juzgando por las numerosas veces que Cristo cita las Escrituras en sus enseñanzas, entonces frecuentaba todo el consejo revelado por Dios hasta su momento. Es razonable concluir que Jesús sí sabía escribir.
Si no escribió fue por elección propia.
Posibles razones para no escribir
¿Te imaginas la idolatría que tendríamos si hubiese en algún lugar un escrito famoso de Jesús mismo? ¿Cuántas personas buscarían tocarlo o estar cerca de ese rollo? Es fácil imaginar que incluso le pedirían milagros al objeto con tinta. Es fácil ver por qué Dios no permitiría eso.
Pero también una buena razón es que en su época, la enseñanza no es como lo es para nosotros hoy. La enseñanza era oral en tiempos de Cristo. Para nosotros no. Si no tenemos un libro, a veces ni queremos otorgarle autoridad a una persona como para recibir enseñanza de el. Por eso es que en las escuelas y universidades se depende de libros para enseñar. Si un profesor enseña sin referencias, se puede dudar de sus conocimientos. Por eso hasta en escritos en blogs se proveen las fuentes que se utilizan. Pero para el tiempo de Jesús, eso hubiese sido algo muy extraño. Así que el primer prejuicio que debemos sacar del medio es juzgar el contexto antiguo con criterios contemporáneos. Porque para Jesús era apropiado dejarle sus enseñanzas a sus apóstoles para que ellos mismos enseñaran a otros que a su vez enseñarían a más personas. Esa era una manera aceptada y apropiada de difusión de la enseñanza cristiana, aunque para nosotros hoy, dejaríamos las mismas por escrito.
5 prejuicios escondidos
- La autoridad de un escrito viene de su autor.
En este prejuicio la persona no puede entender cómo Dios podría utilizar a un ser humano para redactar su Palabra. Quizás este ejemplo explique mejor: Una mujer de negocios llama a su secretario para que anote lo que tiene que decirle a un cliente. Al finalizar, el secretario le lee la nota y ella aprueba diciéndole que se lo envíe de su parte al cliente. ¿Quién es el autor del texto? Cuando lo reciba el cliente, ¿quién pensará que se lo envió? - Falta de escritura es igual a inexistencia histórica.
Si se necesitara que se deje algo por escrito para poder evidenciar la existencia de una persona estaríamos en serios problemas.
La población total de la Tierra se estima que es de 8.142 mil millones3.
En el 2023 se publicó 1 millón de libros4. Significa que sólo un 0.012% de la población mundial ha publicado un libro. Con esta estadística nada más, concluimos que aquellos que dicen que si no escribió, no existió, serán considerados como inexistentes cuando ya no estén. - La inspiración divina no funciona con intermediarios
El que piensa así, no considera la posibilidad de que si Dios existe, entonces tiene el poder y la capacidad absoluta de intervenir en lo que él mismo creó para inspirar a unos simples seres humanos a dejar por escrito lo que él deseaba. Esto muestra la incredulidad previa, por lo que su prejuicio es doble: primero se inclinan hacia el naturalismo y segundo no pueden concebir que un Dios inspire a un humano. - Si no viene del autor, no es confiable
Para ver lo absurdo de esto, simplemente pensemos en nuestros maestros de escuela. Imagina a las maestras de primaria que nos enseñaron a sumar y restar. Si ellas mismas no fueron las autoras de los libros que usaron para enseñarnos, entonces no podemos confiar en lo que nos enseñaron. Nadie piensa así de las maestras de matemáticas, ¿por qué considerarlo sobre la Biblia? - Jesús vino a dejar enseñanzas (no salvación)
Este prejuicio falla porque demuestra la ignorancia del propósito de la encarnación de Cristo. Jesús se hizo hombre para rescatar a la humanidad, ofreciendo perdón de pecados y amistad con Dios por medio suyo. Claro que enseñó también, pero su intención fue redimirnos.
La Bomba teológica de hoy es que aunque Jesús no fue el autor del Nuevo Testamento, la autoridad de Dios está en esos documentos que han transformado vidas por miles de años. La Biblia tiene la capacidad única de transformar nuestros corazones para abrirnos a una relación con Dios por medio del propio Jesús que nos revela. La Biblia también nos ha dado profecías que se han cumplido en Cristo y en la historia, por lo que tenemos razones suficientes para confiar en ella y aceptarla como la Palabra de Dios que es.
Cuando hables con alguien que usa la pregunta “¿Por qué Jesús nunca escribió nada?” para desacreditar la autoridad de la Biblia, hazle preguntas para identificar por qué pregunta eso. Probablemente descubras el prejuicio que tiene o la curiosidad genuina. De acuerdo a lo que encuentres en la conversación, podrás responder mejor ahora que hemos analizado un poco al respecto.
Fuentes:
1 – Ehrman, Bart – How Many People Were Literate in Antiquity? (ehrmanblog.org – 31 de agosto de 2022) https://ehrmanblog.org/how-many-people-were-literate-in-antiquity/
2 – Eames, Christopher – Forensic Analysis Reveals Widespread Literacy in Ancient Judah (armstronginstitute.org – 20 de septiembre de 2020) https://armstronginstitute.org/281-forensic-analysis-reveals-widespread-literacy-in-ancient-judah
3 – Consulta en línea: https://datacommons.org/place/Earth?utm_medium=explore&mprop=count&popt=Person&hl=en
4 – Errera, Rob – How Many Books Are Published Each Year? [2023 Statistics] (www.tonerbuzz.com – 18 de agosto de 2023) https://www.tonerbuzz.com/blog/how-many-books-are-published-each-year/



