La Biblia afirma que Dios tiene todo conocimiento. Pero si eso es cierto, ¿por qué Dios crearía unos seres humanos que se rebelarían en contra suya? ¿Por qué no crear seres humanos que nunca pecaran?
Este tipo de pregunta siempre me es muy curiosa, porque asume cosas o promueve otras que no deberían ser. Por ejemplo, el que hace la pregunta presume saber que era posible crear la especie humana con todas sus facultades pero con la imposibilidad de pecar. Además también parece estar sugiriendo que era mejor si Dios no nos creara en lo absoluto.
Pero ambas presunciones son erradas. Primero, no sabemos si es posible crear seres humanos con quien Dios pueda relacionarse libremente y que no tengan la posibilidad de pecar. De hecho, suena a muy improbable que sea posible. Para relacionarse con alguien tiene que haber una decisión consciente a favor de esa relación. Si necesariamente el ser humano fuera perfecto en su moralidad, no tendría la capacidad de decidir a favor de una relación con Dios. Seríamos como el resto de la creación. Los animales adoran a Dios porque siempre obedecen su diseño, pero no son seres volicionales morales como nosotros para relacionarse personalmente con Dios porque no fueron hechos a imagen de Dios.
Parte de ser hechos a imagen de Dios, es que reflejamos realidades de la deidad. En este caso, la capacidad de decidir. Aunque es cierto que el único con un libre albedrío 100% “libre”, valga la redundancia, es Dios, El ser humano tiene facultades volitivas, aunque depende de su contexto, conocimiento y situación en la que viven. Pero sí decidimos. Tenemos un tipo de libertad. Podemos escoger relacionarnos con Dios o no. Entonces eso es producto de nuestra habilidad de decidir, algo que no tendríamos si necesariamente obedeciéramos a Dios por diseño y sin oportunidad de negarnos a ello.
Por lo que nos cuenta la Biblia, eso no es lo que Dios deseó. Él siempre quiso relacionarse con el ser humano. Entonces, la capacidad para rebelarse era necesaria para que el ser humano pudiera tener una relación auténtica con Dios.
La pregunta viene siendo, ¿por qué Dios creó las cosas de esa manera? La Biblia establece que Dios creó todo para mostrar su gloria.
Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento despliega la destreza de sus manos. (Salmos 19:1 (NTV))
Todo lo que existe señala la grandeza de Dios. Demuestra las profundidades maravillosas de su persona. La creación pinta una imagen de lo complejamente hermoso del carácter de Dios para que le apreciemos con asombro. Más aún, cuando se toma en cuenta lo que sucede cuando seres humanos reconocen a Dios como suyo:
Isaías 43:7 (NTV) Traigan a todo el que me reconoce como su Dios, porque yo los he creado para mi gloria. Fui yo quien los formé”».
Que el ser humano decida a favor de Dios porque ha sido cautivado por la hermosura de su gracia y misericordia, exalta la inmensa valía de Dios. Cada vez que alguien entra en una relación correcta con Dios, es conocido Su valor inmensurable. Dios se lleva la gloria en cada rescate de cada ser humano.
Efesios 1:5-6 (Dios Habla Hoy) 5 nos había destinado a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, hacia el cual nos ordenó, según la determinación bondadosa de su voluntad. 6 Esto lo hizo para que alabemos siempre a Dios por su gloriosa bondad, con la cual nos bendijo mediante su amado Hijo.
Dios se lleva toda la gloria cada vez que alguien reconoce a Cristo como su Señor y Salvador. Esta glorificación de Dios nunca pudo haber sido posible si el pecado no hubiese entrado en el mundo. Gracias a la oportunidad de que el hombre le diera la espalda a Dios, El Señor se lleva cada vez más gloria, cuando uno de esos hombres o mujeres rebeldes se rinden ante su majestuosidad y reciben todo su amor, entrando en una relación con Aquel quien les formó para relacionarse con Él.
Todo esto sobre Dios hacerlo todo para su gloria, perturba a algunos. Piensan que entonces Dios es un megalomaníaco que sufre de sus delirios de grandeza. Pero esto no es un pensamiento adecuado. Me explico, si consideramos quién es Dios, entonces que se persiga y se lleve toda la gloria es apropiado. Después de todo, no hay otro ser como él. De hecho, es humildad que Dios piense sobre él mismo conforme a la realidad de quién él es. Si Dios tuviese ideas inferiores sobre quién él es, sería una falsa humildad y rayaría en la inseguridad emocional. Si Dios es Dios, tiene que saber perfectamente quién él es, mostrarse cómo él es y requerir lo que él merece. Como dijo el teólogo Joe Rigney:
“Dios no es un idólatra; Él no tendrá otros dioses delante de sí mismo.”1
Que Dios haga todo para su gloria es apropiado.
La Bomba teológica de hoy es que Dios creó al ser humano con la capacidad de que nos rebeláramos en su contra, para mostrar su gloria más contundentemente, al estar dispuesto a entregarse él mismo, en la persona de su Hijo, para rescatarnos de nuestra desgracia y traernos a una relación correcta con él. A pesar de nosotros mismos. La gracia inmerecida de Dios sobre nuestras vidas le trae gran gloria a Dios y le muestran como más preciado que cualquier otra cosa visible e invisible. El rescate de Cristo en la cruz produce gloria a Dios que ningún otro acto pudo haber producido.
Así que aunque Dios sabía que Adán y Evan pecarían, los creó para mostrar su inmensa gloria. A pesar de nuestras decisiones libres, Dios permanece persuadiéndonos a darnos la vuelta y regresar a él. A pesar de nuestra rebeldía, Dios nos persigue para que seamos recipientes de su amor inagotable. A pesar de nuestra suciedad pecaminosa, Dios está determinado en recogernos, limpiarnos y reflejar su hermoso rostro en nosotros. En todo esto, Dios se lleva toda la gloria y nosotros somos absolutamente beneficiados de su glorificación.
Nada de esto hubiese sido posible, si Dios no creaba a Adán y Eva como los hizo. Todo esto demuestra que Dios nunca a cesado de ser soberano. Nunca a dejado de desear compartir su grandeza y amor con sus portadores de imagen para nuestro beneficio y su gloria.
Cierro este episodio con los comentarios de Joe Rigney sobre todo esto:
“Esta verdad es una noticia profundamente buena y estabilizadora en un mundo inestable. Esta cautivadora centralidad de Dios, lejos de robarnos la alegría, es la base misma de nuestra verdadera felicidad en Él. Porque Dios buscará y obtendrá su gloria, y Dios se glorifica más en nosotros cuando estamos más satisfechos en Él.” 2
1 – Rigney, Joe “Why God Does Everything He Does” (DesiringGod.org – 4 de octubre de 2019) https://www.desiringgod.org/articles/why-god-does-everything-he-does
2 – Ibid



