¿Cómo sabemos si la vida de Jesús es un hecho histórico? ¿Los evangelios son historia o leyenda? ¿Estamos demasiado distanciados en tiempo como para saber?
El diccionario define mito como la narración fabulosa e imaginaria que intenta dar una explicación no racional a la realidad. El conjunto de creencias e imágenes idealizadas que se forman alrededor de un personaje o fenómeno y que le convierten en modelo o prototipo.1
Así que cuando preguntan o dicen que Jesús es un mito, están diciendo que la idea que tenemos de él como Dios mismo, no es lo que realmente él fue si es que existió en lo absoluto, sino que es una versión exagerada de su persona con atributos fantásticos que nunca tuvo.
Pero sabemos que Jesús es una figura histórica porque tenemos su vida y obras en los evangelios, que son documentos históricos confirmados por la arqueología, y tenemos escritos extra bíblicos que hablan de él también. Como Cornelio Tácito, Gayo Suetonio, Flavio Josefo, Plinio el Joven, Luciano de Samosata y Mara Bar Serapión.
Por ejemplo, mira lo que Flavio Josefo dijo sobre Jesús:
“En este tiempo, había un hombre sabio llamado Jesús. Su conducta era buena y era conocido como virtuoso. Y muchas personas de entre los Judíos y otras naciones se hicieron sus discípulos. Pilato lo condenó a ser crucificado y morir. Pero aquellos que se habían hecho sus discípulos no abandonaron su discipulado. Reportaron que él se les había aparecido tres días después de su crucifixión y que estaba vivo; en consecuencia, que tal vez era el Mesías, de quién los profetas han relatado maravillas.”2
La historia, por ser una ciencia, no puede asumir posturas que salen del ámbito natural que estudia. Por eso, además de por sus prejuicios judíos, Flavio Josefo no llega a conclusiones sobrenaturales sobre Jesús. La historia puede hablarnos del hombre Jesús de Nazaret y hasta podría decirnos que la gente creyó que era Dios, pero no nos puede declarar la conclusión de que Cristo es Dios. Esa es una conclusión teológica, no científica/histórica.
Ahora, para que se desarrollara la leyenda o mito de la deidad de Cristo, debían pasar siglos entre los eventos y la escritura de los mismos. Pero cuando analizamos los textos, vemos que no fue así. Por ejemplo, Gerd Lüdemann, un académico ateo del Nuevo Testamento, luego de su análisis al respecto dijo:
“…los elementos en la tradición deben ser colocados en los primeros dos años de la crucifixión de Jesús… no más tarde de 3 años…y la formación de la tradición de las apariciones [del Cristo resucitado] mencionadas en 1 Corintios 15: 3-8 encajan en los años 30 a 33 (E.C.).” 3
Cuando Lüdemann habla aquí de tradición, se refiere al término como concepto teológico. Está hablando de la enseñanza de los apóstoles, plasmada en el Nuevo Testamento. La tradición era aquello que garantizaba la fidelidad a la enseñanza apostólica original. 4 Significa que desde que Jesús murió y hasta sólo tres años luego, ya había una tradición de su resurrección, la cual la gente afirmaba y que Pablo pone por escrito en 1ra de Corintios 15.
El texto en cuestión es este:
1 Corintios 15:3-8 (LBLA)
“3 Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 que se apareció a Cefas y después a los doce; 6 luego se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen; 7 después se apareció a Jacobo, luego a todos los apóstoles, 8 y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.”
Tres años es demasiado poco tiempo como para desarrollar una leyenda o hacer de una figura histórica, un mito. De la manera en que Pablo presenta este texto, es como algo que le enseñaron a él. Está compuesto en una narrativa de hechos atestiguados y puestos sobre las manos de Pablo para su beneficio y poder enseñarlo en adelante. Tiene los marcadores de una tradición oral memorable. Por eso, los académicos se entiende que se trata de un credo que los seguidores de Jesús decían, creían y enseñaban. Como tal, venía siendo una declaración pública, que podía ser refutada. Lo único que las personas tenían que hacer era señalar al cuerpo en la tumba…¡y listo! Pero que esto no haya ocurrido es testimonio de la veracidad del reclamo cristiano de que Jesús es una persona histórica. Por eso es que sale en nuestros libros de humanidades y enciclopedias.
Es curioso que el tipo de escrutinio que se pone sobre la realidad de la vida de Jesús no es algo que se da con otros personajes de la antigüedad. No se cuestiona a este nivel si Homero, Carlo Magno, Sócrates o Platón fueron personas reales. Esto parece ser evidencia de un prejuicio contra la persona histórica de Jesús. Entendible, por lo que significaría que Jesús sea alguien real y no imaginado. Si Jesús fue real y encima de eso resucitó, hay que tomar en serio lo que dijo y enseñó. Si Cristo resucitó, él es el camino exclusivo a Dios, él tiene la potestad de perdonar pecados, porque él mismo es el Dios de Abraham y Moisés. Sólo él es el Salvador necesitado para el rescate de la humanidad.
Tampoco es correcto decir que Jesús es una copia de mitos como Horus, Mitra y Krishna pues las historias de estos y la de Jesús difieren fuertemente. Hace algún tiempo publicamos un artículo en aquí, donde comparamos y contrastamos estos mitos con Jesús. Las historias no concuerdan como para decir que Jesús fue una copia.
La Bomba teológica de hoy es que Jesús dijo ser Hijo de Dios (Mateo 16:16-17) y colocarse como previo a Abraham (Juan 8:58). Si Dios lo levantó de entre los muertos, estaba respaldando lo que él decía de sí mismo. Tenemos razones suficientes para creer en la historicidad de Jesús. El surgimiento de la Iglesia y el martirio de los apóstoles testifican de la veracidad de los reclamos que hacían pues nadie está dispuesto a ser torturado y asesinado por algo que saben que es mentira.
Por lo tanto, podemos confiar en el hecho de que Jesús de Nazaret es una persona histórica que hizo reclamos particulares sobre su identidad, los cuales fueron confirmados por su resurrección, de la cual el surgimiento de la iglesia a pesar del martirio y persecución inicial de los testigos oculares, nos produjoa nosotros su iglesia actual y aquí estamos aún. Nuestra distancia en tiempo no perjudica el testimonio escrito en los Evangelios e incluso lo dicho por historiadores seculares. La veracidad de la Persona de Jesús sobre la faz de la Tierra no depende de nuestra historia actual, sino que quedó plasmada como ningún otro personaje de la historia. Cristo es la verdadera persona de interés para todos, por eso todos quieren tenerle y los que no le quieren, quieren desecharle.
Fuentes:
1 – https://www.wordreference.com/definicion/mito
2 – Josefo, Flavio, Las Antigüedades, libro 18, sección 3 – según los hallazgos más tempranos y publicados por Schlomo Pines de la Universidad Hebrea en Jerusalén.
3 – The Resurrection of Jesus, trans. by Bowden (Fortress, 1994), 171-72. Obtenido de https://beliefmap.org/bible/1-corinthians/15-creed/date (traducción mía)
4 – McGrath, Allister, Teología Práctica (Publicaciones Andamio, Barcelona, España – 2017) Kindle 453 de 3764



