Para poder entender lo que es la teoría del diseño inteligente lo primero que debemos hacer es definir lo que es una teoría desde el punto de vista científico. Una teoría es una explicación bien fundamentada de un aspecto del mundo natural que se ha desarrollado a través del método científico y está respaldada por una gran cantidad de evidencia. Hasta aquí tiene sentido y es razonable que la teoría del diseño inteligente, en adelante ID por su abreviatura en inglés, puede ser una teoría científica, pero la misma ha creado división dentro de la comunidad científica.
En la ciencia, una teoría es el resultado de una serie de experimentos y observaciones repetidos que han demostrado ser consistentes y precisos. Algunos ejemplos de teorías científicas son la teoría de la evolución, la teoría de la relatividad y la teoría del Big Bang.
¿Cómo una teoría se convierte en teoría?
Volvamos a la clase de ciencia en nuestros años de escuela elemental. ¿Recuerdan el famoso método científico? Las teorías son teorías por que pasan por un proceso de experimentación e investigación exhaustiva en el que observaciones, experimentos, datos y la acumulación de evidencia buscan explicar fenómenos naturales de manera consistente y predecible. Una teoría en la ciencia tiene que resistir el escrutinio riguroso y ser revisada a la luz de nuevos datos.
Las teorías generalmente emergen después de un extenso proceso científico. Si las hipótesis son consistentes con los datos obtenidos y han sido verificadas repetidamente, los científicos pueden proponer una teoría para explicar fenómenos observados. Por ejemplo, la teoría de la gravitación de Newton y la teoría de la relatividad de Einstein son productos de muchos años de observaciones, experimentación y análisis de datos.
¿CuáI es el problema con la ID?
En nuestro lado del mundo, en el oeste como muchos le llaman, hay dos maneras de explicar el orden del mundo. Imaginemos una pelea de boxeo, en el lado derecho del ring tenemos a la ID que dice que el mundo fue creado ordenadamente por una inteligencia divina, y en el lado izquierdo tenemos al naturalismo que dice que la naturaleza opera sólo por fuerzas materiales y tiene el poder de ordenarse a sí misma. ¿Recuerdan la famosa teoría de Darwin sobre la evolución por selección natural que se nos enseña en la escuela y aparece en todos los libros de Ciencia? Pues esa teoría es un ejemplo de naturalismo.
El problema que tiene el bando de la izquierda en nuestro ring imaginario con el bando de la derecha es que la ID propone que ciertos aspectos de la vida y el universo son mejor explicados por la existencia de un diseñador inteligente, en lugar de procesos naturales de evolución. El bando de la izquierda, la comunidad científica que apoya al naturalismo, argumenta que la ID no cumple con los criterios de una teoría científica, como la capacidad de ser probada y falsificada mediante experimentación y observación. Por otro lado, a la ID se le acusa por su asociación con creencias religiosas y por intentar introducir conceptos religiosos en el ámbito de la ciencia.
¿Puede la teoría del ID ser probada a través del método científico?
El naturalismo dice que no. ¿Por qué? Aquí algunas razones:
- Para que una teoría sea considerada científica, debe ser falsable, osea que debe haber una manera de demostrar que es incorrecta. Esto es porque alegan que las afirmaciones de la ID no pueden ser puestas a prueba de manera objetiva.
- El método científico se basa en observación, hipótesis, experimentación y revisión por pares. La teoría del ID carece de un marco experimental robusto y ampliamente aceptado para evaluación.
- Piensan que las explicaciones basadas en procesos evolutivos naturales son más adecuadas y mejor respaldadas por la evidencia.
- El naturalismo busca explicaciones dentro del ámbito natural. Introducir un diseñador inteligente añade una causa que está fuera del dominio natural y no puede ser examinada o validada mediante métodos científicos.
La realidad es que la ID se basa en métodos confiables desarrollados dentro de la comunidad científica. Los defensores de la ID incluyen a personas de diversas religiones, como cristianos, judíos, budistas, musulmanes, hindúes, y agnósticos, que ven pruebas de un diseño en la naturaleza.
Algunos argumentos en defensa de la ID son:
- La teoría propone que ciertos sistemas biológicos son demasiado complejos para haber evolucionado a través de mecanismos naturales porque sus componentes interdependientes no funcionan por separado.
- La presencia de información compleja y específica en la naturaleza es un indicio de diseño. Por ejemplo, la probabilidad de que estructuras complejas surjan por azar es extremadamente baja.
- La cantidad y la especificidad de la información genética contenida en los organismos vivos no pueden ser explicadas adecuadamente por procesos naturales como la mutación y la selección natural.
- La detección de patrones y regularidades que son improbables de haberse formado a través de procesos naturales.
La investigación de la ID no comienza con suposiciones teológicas sino que apela a la evidencia disponible públicamente, ya que razona a partir de lo que podemos ver en la naturaleza sin pedirle a la gente que se afilie a cualquier religión. No necesitamos tener una opinión sobre alguna cosmovisión para ver que el universo tiene huellas de diseño.
Entonces, ¿es o no es la ID una teoría científica?
La comunidad científica a favor de la teoría del diseño inteligente es constantemente atacada. Muchos de los hallazgos quedan archivados “cogiendo polvo” en armarios por miedo a la pérdida de posiciones de trabajo, “el qué dirán” por parte de colegas en el ámbito de la investigación, por la sociedad y el status quo.
La controversia entre la evolución y la ID es una batalla que no termina, pero debemos reconocer, aquellos que estamos a favor de la teoría del diseño inteligente, que estamos en el lado ganador.
William A. Dembski y Sean McDowell, autores del libro Understanding Intelligent Design, no pueden ponerlo de una mejor manera:
“La teoría evolutiva es esencialmente un vestigio de teorías económicas fallidas del siglo XIX sobre la competencia por recursos escasos. Nosotros, en cambio, vivimos en el siglo XXI, en una era donde la información es ilimitada y se crea de manera libre. La ID es una teoría de la información. A pesar de todos los argumentos de los darwinistas de que la ID no es científica, la ID está a la vanguardia de la ciencia. Otra ventaja que tenemos es que podemos admitir nuestros errores y recibir instrucciones, cosa que los evolucionistas no pueden hacer. De hecho, en el momento en que admiten que podríamos tener razón, liberan al “genio de la botella”. Abrir la teoría evolutiva al escrutinio crítico destrozará su monopolio sobre el estudio de los orígenes biológicos, y eso simplemente no es una opción para ellos. La evolución se ha convertido en el status quo. Sus partidarios, por lo tanto, tienden a ser rígidos y carentes de humor. Necesitan instruir continuamente a las masas ignorantes sobre por qué la evolución no debe ser criticada. Evitar la crítica alegando estar más allá de la crítica no parece estar en el espíritu de la Ciencia.”
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