Una chica que se identifica como atea, nos comentó que el Dios de Abraham es bien cancelable pues se ve su maldad al pedirle en sacrificio a Isaac.
El texto al que ella se refiere es el que comienza en Génesis 2:22 (NTV): “—Toma a tu hijo, tu único hijo —sí, a Isaac, a quien tanto amas— y vete a la tierra de Moriah. Allí lo sacrificarás como ofrenda quemada sobre uno de los montes, uno que yo te mostraré.”
Cuando leemos esto es inevitable que se hieran nuestras sensibilidades modernas. Lo admito. Pero el problema es tratar de analizarlo desde nuestras emociones o desde nuestro marco de referencia. Especialmente si creemos que Dios no existe, debemos intentar entender este texto como lo entenderíamos los creyentes. Me explico. El creyente sabe que:
- Dios es el autor y dueño de la vida.
- Para Dios, nadie muere.
- La Palabra de Dios es ley. Desobedecer a Dios es entrar en traición contra él.
- Abraham había conocido la fidelidad de Dios. Sabía que Dios cumple sus promesas. Primero lo sacó de Ur de los Caldeos para prosperarle lejos de su familia y luego le prometió un hijo en el que serían benditas todas las familias del mundo y le dio ese hijo de la promesa.
Con esto en mente ya podemos analizar mejor este texto. Dios fue quien le dio a Isaac a Sara y Abraham. Su vida le pertenecía a Dios. Si Isaac moría para Abraham, seguía vivo para Dios pues la muerte no es el final para el ser humano.
Abraham ya había visto que Dios cumplía sus promesas. Si dijo que Isaac era su simiente, de dónde saldrían hijos más numerosos que las estrellas, Dios cumpliría su promesa.
Esto era lo que Abraham tenía que estar considerando. Lo sabemos porque continuó con los preparativos para hacer lo que Dios le mandó. Abraham le creyó a Dios por encima de sus emociones conflictivas. Aunque en dolor, siguió en obediencia rectitud, integridad y justicia.
Tenemos la historia completa, así que sabemos que Dios no tenía intención de matar a Isaac. El proceso era de descubrimiento para Abraham. Había descubierto como ser fiel a Dios sin importar la situación. Además podemos ver que Abraham estaba claro de una de dos cosas:
- Dios proveería de un sacrificio en sustitución por Isaac. Génesis 22:8 (NTV) “—Dios proveerá un cordero para la ofrenda quemada, hijo mío —contestó Abraham. Así que ambos siguieron caminando juntos.”
- Dios resucitaría a Isaac si Abraham hubiese tenido que completar el proceso. Hebreos 11:19 (NTV) “Abraham llegó a la conclusión de que si Isaac moría, Dios tenía el poder para volverlo a la vida; y en cierto sentido, Abraham recibió de vuelta a su hijo de entre los muertos.”
Como dije al comienzo, si interpretamos estos eventos desde nuestra incredulidad pensaremos que:
- La Biblia es un cuento no histórico.
- Probablemente Abraham estaba loco y escuchaba voces.
- El supuesto Dios de Abraham mandó a hacer lo impensable para un padre o Abraham se lo imaginó.
- No hay vida después de la muerte, por lo que Dios estaba asesinando a Isaac por medio de la mano de Abraham.
Desde un punto de vista naturalista, el texto definitivamente nos ofende, pero si la cosmovisión bíblica es cierta, pierde fuerza la objeción.
La bomba teológica de hoy es que la Biblia se debe interpretar desde sus propios parámetros de interpretación si vamos a ser responsables con su lectura. El contexto siempre es importante. No solo el contexto de lo que dice la página, sino que la intención del autor y en qué creencias se establece el texto. Por eso es que no es prudente interpretar ningún texto (bíblico o secular) desde nuestras presuposiciones. Si fuese así podríamos hacer que un texto diga lo que nosotros deseáramos. Pero cada libro tiene su autor. Casa autor escribe con una intención. Es desde ese piso establecido que se interpreta un texto.
Abraham continuó con lo que Dios le mandó porque conocía a Dios. Eran amigos (Santiago 2:23). Por la relación íntima que tenían, Abraham sabía que Dios haría algo a su favor. Por eso confió en Dios y su fe le fue contada por justicia.



