Si hiciera un sondeo rápido aquí y ahora, para preguntar cuántos de ustedes afirman que Dios existe, pienso que probablemente la inmensa mayoría diría que sí. Alguien dirá: “Por eso es que estoy aquí leyendo esto.”. De hecho a veces escuchamos o conocemos a alguien que dice ser ateo y puede que en nuestro interior… es más, puede que alguno de ustedes hasta se atreverá decirle a la persona “eso es una ridiculez”. Pero muchas veces nos comportamos como si realmente nosotros fuésemos ateos.
Cada miércoles, cuando publico un podcast de Verdad y Fe, es con la intención de contestar una pregunta que ayude a la iglesia de Cristo de habla hispana, a fortalecer su fe. Cada artículo que publicamos en la página del ministerio tiene la intención de fortalecer al creyente y que pueda ejercer su fe en Cristo libremente, sabiendo que su fe es razonable. Pero hay algo que no puedo lograr por más que lo intente. No importa cuantos episodios del podcast o artículos publiquemos, la cantidad de charlas o discipulados sobre la defensa de la fe; no tenemos la capacidad de hacer que las personas internalicen la realidad de Cristo y vivan conforme a esa verdad.
Pero no me frustro porque sé que eso lo hace el Espíritu Santo. El nos convence de nuestra necesidad de Cristo y nos mueve al arrepentimiento al abrazar el evangelio. Él nos persuade a apreciar el tesoro que es Cristo. Es un gran privilegio poder mirar a los cielos y decir: ¡Mi Papá creó todo esto! Esa realización la pone Dios en nuestros corazones y usa la Palabra para hacerlo. Mi oración hoy es que Dios use el Salmo 53 para despertar ese asombro en sus corazones.
David notó el dilema del creyente ateo, cuando escribió el Salmo 53. Pero David no sólo señala la raíz del problema, también un síntoma que podemos observar, para que atendamos la raíz. Nos da una solución. La Palabra de Dios tiene respuesta.
Les compartiré tres puntos que saltan del texto bíblico. Estos son:
1. Funcionamos como Ateos
2. La falta de fe, produce exceso de ansiedad
3. Dios provee el fundamento de la fe
Salmo 53 (NTV)
1 Solo los necios dicen en su corazón: «No hay Dios». Ellos son corruptos y sus acciones son malas; ¡no hay ni uno solo que haga lo bueno!
2 Dios mira desde los cielos a toda la raza humana; observa para ver si hay alguien realmente sabio, si alguien busca a Dios.
3 Pero no, todos se desviaron; todos se corrompieron. No hay ni uno que haga lo bueno, ¡ni uno solo!
4 ¿Será posible que nunca aprendan los que hacen el mal? Devoran a mi pueblo como si fuera pan y ni siquiera piensan en orar a Dios.
5 El terror se apoderará de ellos, un terror como nunca han conocido. Dios esparcirá los huesos de tus enemigos. Los avergonzarás, porque Dios los ha rechazado.
6 ¿Quién vendrá del monte Sion para rescatar a Israel? Cuando Dios restaure a su pueblo, Jacob gritará de alegría e Israel se gozará.
1. Funcionamos como Ateos
- El salmo dice que sólo los necios creen que Dios no existe, por su falta de creencia son corruptos y hacen el mal. (V.1)
- Luego dice que todos (dice TODOS) estamos montados en ese mismo barco. (V.3)
Imagínate los Israelitas en antigüedad escuchando este Salmo. Empezó chévere, pero de repente David les estaba diciendo necios a todos ellos. Todos ellos, junto con David eran ateos. Pero ciertamente David e Israel creían en Dios, ¿cómo funciona esto?
Resulta que actuar en maldad y conforme a nuestras inclinaciones pecaminosas, es el equivalente a creer que Dios no existe. Cada vez que pecamos, nuestras acciones declaran nuestro ateísmo práctico. Quizás decimos que somos creyentes, pero nuestro pecado contradice lo que nuestra boca dijo.
Además, vivimos un ateísmo práctico cuando actuamos como si Dios no existiera. Cuando no le consultamos, no oramos por los procesos, no buscamos su sabiduría en su Palabra… ahí estamos viviendo como ateos prácticos. La Palabra de Dios dice que eso es ser necio.
Pablo usó este salmo cuando en Romanos 3: 9-12 les dijo a los creyentes judíos, que no se crean que porque son judíos son mejores que los gentiles, porque todos somos malos. Todos somos ateos prácticos en algún momento.
Para el hombre natural (el ser humano sin el Espíritu Santo), funcionar de esta manera es demasiado fácil. Funciona por su propio impulso y sus propias ideas. Ve un problema y lo resuelve con sus manos. Pero el ser humano espiritual funciona diferente. Por lo menos si está conscientemente dominado por el Espíritu todo el tiempo.
Cuando tenemos a Jesús en nuestros pensamientos 24/7, el Espíritu está dirigiendo nuestros pasos. Cuando hay una decisión que tomar, cuando hay un problema que resolver, cuando alguien nos atraviesa repentinamente, por nuestras bocas y nuestras manos, sale Jesús. Así es que debemos vivir. Por supuesto, hasta el hombre espiritual puede fallar en algún momento, pero como Cristo está dominando sus pensamientos, rápidamente se retracta, se arrepiente y se reconcilia.
Pero hay una consecuencia imprevista de vivir este ateísmo práctico… David la señala para que podamos darnos cuenta de nuestro problema.
2. La falta de fe, produce exceso de ansiedad
Si hay algo muy común en esta generación es los altos niveles de ansiedad que manejamos. Si pido levantar la mano a todo aquel que experimenta altos niveles de ansiedad, es posible que muchos la levanten. Hice el ejercicio en una ocasión con jóvenes y diría que un 98% levantó la mano. Pero si entrevisto a mi papá y a los de su generación, probablemente tenga que sacar un diccionario y definir lo que es ansiedad, porque no conocen el término… Exagero un poco, pero el punto es que hoy día, la ansiedad en exceso es muy común. Digo la ansiedad en exceso porque es normal sentir ansiedad ante lo desconocido. Dios diseñó la ansiedad para ponernos en alerta y guardarnos en situaciones imprevistas. Pero cuando esa ansiedad nos paraliza, o nos controla…esa es una ansiedad excesiva. Esa es la problemática y es la que David señala en este Salmo. David arguye aquí que el exceso de ansiedad es un síntoma de la falta de Dios.
David no sabía cuando Saúl le iba a tirar con su lanza. No sabía en qué momento el Rey cambiaría de ánimos y desearía arrancarle la cabeza. Ante esta situación David tenía que experimentar ansiedad, pero esa es la normal. Pero la ansiedad excesiva, puede ser producto de nuestra necedad, que David presenta aquí.
No se me ofenda. Me explico: el Salmo 53 identifica como necio a aquel que niega la existencia de Dios. inmediatamente después dice que todos participamos de esa necedad. Luego dice que la consecuencia es la ansiedad en exceso – es experimentar “terror”:
“4 ¿Será posible que nunca aprendan los que hacen el mal? Devoran a mi pueblo como si fuera pan y ni siquiera piensan en orar a Dios. 5a El terror se apoderará de ellos, un terror como nunca han conocido.”
La ansiedad excesiva que sentimos ante la situación que está fuera de nuestro control es un miedo que proviene de nuestra necedad. El diccionario define miedo como: “Sensación de alerta y angustia por la presencia de un peligro o mal, sea real o imaginario”. 1
Muchas veces nos imaginamos lo peor y nos movemos a un estado de alerta anormal. Esa es la ansiedad excesiva. Todo eso porque no nos hemos detenido a creer y confiar en el Señor y su cuidado.
“El miedo ataca y comienza la batalla. Por eso la Biblia no da por sentado que los verdaderos creyentes no tendrán ansiedades. En cambio, la Biblia nos dice cómo luchar cuando atacan.” 2
~Pastor John Piper
¡David nos está ofreciendo la solución al miedo y la ansiedad: la Fe en el Señor! De hecho, lo dice antes de dar su veredicto. Lo encontramos en el versículo 4:
“4 ¿Será posible que nunca aprendan los que hacen el mal? Devoran a mi pueblo como si fuera pan y ni siquiera piensan en orar a Dios.”
3. Dios provee el fundamento de la fe
Dios repudia la incredulidad. Nuestro ateísmo práctico no tiene manera de agradarle.
Hebreos 11:6 (NTV)
“6 De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.”
Pero aunque Dios no se agrada de nuestro ateísmo práctico, también sabe sobre nuestra debilidad.
Salmos 103:14 (NTV)
“14 Pues él sabe lo débiles que somos; se acuerda de que somos tan solo polvo.”
Dios sabe que nuestra primera reacción suele ser la incredulidad. ¡Por eso dejó escrito el Salmo 53! Dios lo ha dejado para que aprendamos a depender de él. Pero no lo deja ahí. El versículo 6 nos profetiza lo siguiente:
“6 ¿Quién vendrá del monte Sion para rescatar a Israel? Cuando Dios restaure a su pueblo, Jacob gritará de alegría e Israel se gozará.”
¿Te suena conocido? Este salmo señala la inminente llegada de Jesús que David aún no veía. Dios haría una señal absoluta que marcaría la historia de toda la humanidad para dejar claro su existencia y soberanía. Lo cumplió hace poco más de 2,000 años.
Jesús vino realmente. Su muerte en la cruz no es mitología, es historia. El surgimiento histórico del Cristianismo apunta a la verdad de su resurrección. Sus discípulos realmente lo vieron vivo después de haber sido sepultado. Por eso dieron sus vidas. Conocían la verdad: Jesús vino, murió y resucitó. Por lo tanto, el Dios del Cristianismo es verdadero. Esto lo hizo Dios para alcanzarnos, pero también para dejar claro su existencia y su deseo de involucrarse en nuestras vidas. Dios ha provisto de todo lo que necesitamos para confiar en él.
Es cierto que lo imprevisto nos produce ansiedad. Pero cuando la ansiedad nos gobierna y no podemos escapar del miedo, recordemos que podemos confiar en el Dios que nos ha adoptado como hijos por medio del sacrificio de su Hijo Jesús. Él marcó la historia para que podamos creer en paz. Ya no hay por qué temer. La fe que Dios nos ofrece, produce la seguridad de que aunque no lo vemos, somos cuidados por nuestro Padre. Recordemos de donde nos ha rescatado. El que fue fiel en rescatarnos de nuestros pecados, sigue siendo fiel para cuidarnos en cada situación. Sí, incluso ante lo inesperado de lo que nos espera en el trabajo al llegar de las vacaciones, o en la oficina de la directora cuando llegamos a buscar a nuestro hijo a la escuela.
“Si Dios nos confió un título tan grande como Hijos, tenemos que confiarle a él, el título de Padre. Él sabe a dónde nos dirige.” ~Isaac Mercado
Aplicación:
Es posible que estemos tan acostumbrados al idioma de la iglesia que ni pensemos dos veces en qué es lo que realmente está sucediendo aquí. Hay personas que su acercamiento al tema de la iglesia es como si se tratara de una sesión de auto-ayuda. O quizás estas dos horas semanales, las ven como si fuese una visita al psicólogo. Damos por sentado, u olvidamos que Dios es real. Es un hecho. Es más real que la realidad misma. Dios es verdadero total y objetivamente. Algunos llegamos a funcionar en la mentira del ateo que dice que Dios es una mera idea de nuestras mentes. Si eso es lo que vives, arrepiéntete.
Dios no es un gran amigo imaginario en el cielo. Cuando oramos, no lo hacemos al aire o a nuestros pensamientos, como si nos habláramos a nosotros mismos. Realmente hablamos con el Ser Tri-personal, perfecto y hermoso que diseñó todo lo que existe.
El evangelio no es una ayuda para arreglar nuestras actitudes y vivir vidas sanas. El evangelio es la verdad objetiva que nos salva de la separación absoluta de Dios que el ser humano tiene de nacimiento. Una separación que si no aceptamos la amistad que nos ofrece Dios por medio de su Hijo Jesús, nos perdemos en el infierno para siempre y eso es lo que merecemos. Pero Dios ha decidido pagar por nuestra maldad con su propia sangre. Quien tiene una verdadera e íntima relación con ese Dios, entra en una relación de amistad con Dios. ¡Lleva eso a tu corazón! ¡No estamos midiendo conocimientos intelectuales cada domingo en la iglesia! Hay que tragar esta información y guardarla en el corazón. Al punto en que se vea en tu vida, que es verdad que Cristo es tu Señor.
Romanos 8:31-32 (NTV)
31 ¿Qué podemos decir acerca de cosas tan maravillosas como estas? Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién podrá ponerse en nuestra contra? 32 Si Dios no se guardó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos dará también todo lo demás?
Atrévete a depender del Señor. En las situaciones que sabes que van a detonarte, haz una oración relámpago y preséntalas a Dios. Reconoce su soberanía en tu asunto, por más pequeño que consideres que sea. Lo que sabes que te moverá la alfombra de debajo de tus pies, entrégasela a Dios. Lo que te produce mucha ansiedad, ponlo a los pies del Señor, ¡él tiene cuidado de sus hijos! Depende de él, pues de lo contrario estarás actuando en el ateísmo práctico que no agrada al Señor.
La palabra de aliento que el Salmo 53 nos provee, es que Dios reconoce nuestra reacción natural y nos invita a una nueva reacción sobrenatural. Este salmo son los brazos del Padre que se abren para recogernos en su pecho, como cuando pequeños, nuestros padres hacían con nosotros, o tú hiciste con tus pequeños. Permítete ser uno de los pequeños de Dios. Vive conforme a esta verdad: Dios verdaderamente quiere ser un Padre para ti. Él es el mejor padre que hay.
1 Pedro 5:7 (NTV)
“Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.”
Fuentes:
1 Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe
2 Piper, John “How to Fight Anxiety” (desiringgod.org, 2012) https://www.desiringgod.org/articles/how-to-fight-anxiety



