5 Objeciones Comunes a la Resurrección de Jesús

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El tema de la resurrección de Jesús es controversial. Después de todo, es un fundamento del cristianismo que no puede ser comprobado físicamente. Si me pongo en los zapatos de una persona que no es creyente, necesitaría presentarles a un Jesús físico que puedan ver cara a cara, para poder probarlo así, ¿verdad?

Imagínate si lo que le da sentido a nuestra fe fuera falso. Imagínate si todo lo que vieron los testigos oculares en el Nuevo Testamento simplemente fue una alucinación. Imagínate si los escritos del Nuevo Testamento son solo pamplinas y cuentos que le hacemos a nuestros niños antes de dormir. Estas son algunas de las reacciones de los escépticos al tema de la resurrección de Jesús.

Podemos entender la posición de estas personas porque, seamos honestos, muchas veces el ser humano necesita ver algo para creerlo, incluso nosotros los cristianos. Aunque firmemente creemos que “dichosos son aquellos que creen sin haber visto” en nuestra carnalidad podemos sufrir lo que yo le llamo “el síndrome de Tomás” (Juan 20:24-31). Irónicamente Tomás es uno de los testigos oculares que vio y habló con Cristo resucitado.

La evidencia escrita por testigos oculares, la cual ha sido corroborada por historiadores de diferentes ideologías, apunta a que el evento de la resurrección sí pudo haber ocurrido. ¿Cómo es posible que podamos confiar en algo que vieron y afirmaron personas miles de años atrás? Esta evidencia es tan válida como si yo viera a Jesús resucitado HOY y fuera a contarle a todo el mundo. Existe tanta evidencia disponible para evaluar su veracidad como si el investigador tuviera la oportunidad de hablar conmigo si el evento hubiera sucedido en el presente.

Habiendo presentado nuestro caso de esta manera, defendamos las objeciones más comunes de los escépticos.

“Los testigos oculares creyeron haber visto a Jesús, pero solo fueron alucinaciones.”

Según la Real Academia Española, una alucinación es una “sensación subjetiva que no va precedida de impresión en los sentidos”. Un ejemplo de una alucinación es una creación fantástica de nuestra imaginación, tal como los sueños. La situación con esto es que las alucinaciones no son experimentadas por grupos sino individualmente. Aún si un grupo de personas soñaran TODOS al mismo tiempo no soñarían TODOS lo mismo a la vez.

Jesús no apareció solo una vez y nada más que a una persona. Jesús apareció en múltiples ocasiones, en diferentes lugares, a diferentes personas, en un periodo de cuarenta días. Además, no solo fue visto comiendo comida tangible (no imaginada), caminando y hablando con personas sino que en la mitad de las ocasiones fue físicamente tocado, tal como en el caso de nuestro amigo Tomás.

“¿Cómo sabes que los testigos oculares no se equivocaron de tumba?”

La tumba en la que fue ubicado el cuerpo de Jesús fue “donada”, por así decirlo, por un miembro del Sanedrín judío llamado José de Arimatea. Además, la entrada a la tumba fue asegurada y vigilada por guardias romanos. Esto hace imposible que no se supiera cuál era la tumba correcta dado a que tanto judíos como romanos, sin lugar a dudas, sabían dónde se encontraba.

Por otro lado, esta objeción tampoco resuelve el hecho de las apariciones de Jesús. Se puede apelar a que los discípulos pudieron haberse equivocado de tumba pero entonces, ¿cómo explicamos las apariciones de Jesús?

“Quizás Jesús no estaba muerto cuando fue llevado a la tumba.”

La manera en que los soldados romanos golpearon e hirieron a Jesús no da mucho espacio a esta objeción. Los romanos eran verdugos experimentados. Jesús fue atravesado con clavos de hierro en las muñecas de las manos y en los pies. Como si fuera poco, el costado de Jesús también fue atravesado con una lanza. Todo esto eran técnicas de los romanos para la ejecución de una persona por crucifixión. Como parte del procedimiento se acostumbraba a quebrar las piernas de las víctimas para acelerar la muerte por asfixia. Los soldados romanos no le hicieron esto a Jesús porque ya habían corroborado que estaba muerto.

Estudios realizados por doctores modernos demuestran que, basado en la descripción de todo lo que le hicieron a Jesús y la evidencia histórica que existe de cómo los romanos llevaban a cabo este tipo de ejecuciones, Él debió haber muerto mucho antes de que lo perforaran con la lanza.1 Además, varias fuentes históricas, tales como Josefo, Tácito y el Talmud judío afirman que Jesús sí murió en la crucificción y estos son fuentes no bíblicas.

“La resurrección de Jesús es pura copia de mitos paganos.”

Algunas personas dicen que el Nuevo Testamento no es histórico porque los escritores copiaron la historia de la resurrección de personajes míticos tales como Marduk (un dios de la antigua Mesopotamia), Adonis (un dios de la mitología griega) y Osiris (un dios del antiguo Egipto).

En primer lugar, la persona de Jesús no es un mito y el Nuevo Testamento así lo testifica. En segundo lugar, Pablo enseñó sobre Jesús a los ateneos. Atenas es una ciudad griega y los ciudadanos de la misma creían en dioses mitológicos. Al escuchar sobre la resurrección de Jesús, los ateneos encontraron el relato muy extraño y cuestionaron las palabras de Pablo. Si el suceso relatado hubiera sido inspirado por las historias de sus dioses, ¿no era más práctico que lo asociaran a los mismos, en lugar de decirle a Pablo “ven y háblanos sobre esta nueva enseñanza”? (Hechos de los Apóstoles 17:16-21).

El Nuevo Testamento no es una colección de cuentos creativos. El Nuevo Testamento está repleto de evidencia de testigos oculares y personajes históricos reales verificables por fuentes externas a la Biblia.

Hace un tiempo publicamos un artículo que muestra como Jesús no fue una copia de otros dioses. Puedes leerla >>aquí<<.

“Los discípulos se robaron el cuerpo de Jesús.”

Esta objeción presupone que los escritores del Nuevo Testamento eran todos unos mentirosos. No creo que estas personas estuvieran dispuestas a ser masacrados, golpeados, torturados y martirizados por una mentira. Lo primero que harían es buscar el cuerpo de Jesús, entregarse y rendirse.

Por otro lado, los objetantes tendrían que explicar y probar cómo los discípulos pudieron burlar a los soldados romanos que hacían guardia frente a la tumba, cómo Jesús se le apareció a Pablo, Santiago y al resto de los discípulos, la conversión de judíos a creer en Jesús como el Mesías, y cuál era el motivo de robar el cuerpo.

La resurrección de Jesús es la razón por la que creemos en Él, es por la que el cristianismo se sostiene, y tenemos esperanza de que una vez abandonemos esta pequeña porción de nuestras vidas, nos espera lo que tanto nuestro corazón anhela, el regreso a nuestra naturaleza original. John Piper no lo pudo haber dicho mejor: “La mejor noticia del Evangelio cristiano es que el supremamente glorioso Creador del universo ha actuado en la muerte y resurrección de Jesucristo para eliminar todo obstáculo entre nosotros y Él, para que podamos encontrar gozo eterno al ver y saborear su infinita belleza.”


Recursos:
1- Turek, Frank y Geisler, Norman L., I Don’t Have Enough Faith to be An Atheist (Crossway, Wheaton, IL – 2004)
2- Gotquestions.org, Why Believe in Jesus’ Resurrection?, https://www.gotquestions.org/why-believe-resurrection.html
3- Gotquestions.org, Is Jesús a Myth?, https://www.gotquestions.org/Jesus-myth.html

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About Cristina Lipsett

Cristina Lipsett es hija y sierva de Dios por su gracia. Esposa y madre a tiempo completo. También se encuentra estudiando un certificado en Apologética Cristiana de la universidad Biola University, y es creadora de contenido cristiano en Instagram bajo Gracia en Color.
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