Hace algunas semanas, en el episodio 216 de nuestro podcast, contestamos la pregunta: “¿Dios puede crear otro Dios?” y en aquella ocasión mostramos que para Dios, crear otro Dios es imposible, pero que lo más cercano que ha hecho ha sido al ser humano. Al hacernos portadores de su imagen somos muy diferentes al resto de lo creado.

Hoy la pregunta es una de seguimiento. Es algo que se escucha mucho. Muchos dicen que fuimos creados perfectos. Quizás lo has escuchado o lo has dicho. Pero, ¿es así?

Si vamos al diccionario y buscamos el significado de perfección encontraremos que se trata de la completa ausencia de error o defecto. 1

Por supuesto, inmediatamente concluímos que no somos perfectos. Todos tenemos algún defecto. Sea en nuestro físico o en nuestro carácter. Pero la pregunta no es si somos perfectos hoy mismo, aunque muchos lo piensan así también. La pregunta es si fuimos creados perfectos. Quisiera poder abordar esta pregunta desde dos puntos de vista:

• Desde el punto de vista lógico
• Desde el punto de vista bíblico

Punto de vista lógico

Desde que el ser humano existe, ha sido y seguimos siendo un ser contingente. Esto significa que siempre necesitamos o dependemos de algo o alguien para subsistir. No tenemos manera de ser absolutamente independientes. Necesitamos conseguir alimento, agua, cobijarnos y cubrirnos de los elementos, acompañamiento, necesitamos de una madre que nos ame y amamante al nacer, una figura paterna que nos enseñe y nos discipline, etc.

Nuestra lista de necesidades es muy amplia, lo cual significa que tenemos muchas debilidades o necesidades. Como las poseemos, no podemos ser perfectos. Ser perfectos significaría que somos faltos de toda necesidad y debilidad. No necesitaríamos de nada ni nadie para subsistir. ¡Ni tan siquiera de unos padres que unieran su genética para producirnos! Entonces bajo este concepto vemos que sólo Dios llena esta categoría.

Por eso la pregunta de hoy es una de seguimiento a la del episodio 216. Sólo Dios es perfecto y es imposible para él crear otro Dios. Siendo así, tampoco podía crearnos perfectos a nosotros porque si fuéramos perfectos, seríamos Dios.

Punto de vista bíblico

Cuando vamos al relato de la creación, vemos que Dios nos creó al igual que todo lo demás que existe. Esto apoya la noción de que somos seres contingentes, que dependemos de algo o alguien. En este caso, dependemos de Dios. Pero el libro de Génesis deja claro que no somos perfectos de manera contundente con el lenguaje que usa para describirnos a nosotros junto a todo lo creado por Dios.

Génesis 1:28-31 (NTV) “28 Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo».

29 Entonces Dios dijo: «¡Miren! Les he dado todas las plantas con semilla que hay sobre la tierra y todos los árboles frutales para que les sirvan de alimento. 30 Y he dado toda planta verde como alimento para todos los animales salvajes, para las aves del cielo y para los animales pequeños que corren por el suelo, es decir, para todo lo que tiene vida»; y eso fue lo que sucedió.
31 Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno! Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el sexto día.”

Dice las Escrituras que tanto al ser humano como a todo lo que Dios había creado (lo cual lo hizo en función de proveer a nuestras necesidades) era muy bueno. La cualidad de ser muy bueno es que cumplía con su diseño y propósito. De la manera en que había sido hecho todo, encajaba y cuadraba hermosamente con todo para funcionar. Todo era muy bueno. Por lo tanto si fuimos creados muy buenos, entonces bíblicamente hablando no fuimos perfectos jamás. Buenos y perfectos no son lo mismo. La diferencia es importante pues algo puede ser bueno y aún así tener debilidades o estar falto de algo.

Por ejemplo: Cuando voy a algún restaurante con mi familia y pedimos un postre para compartir entre los cuatro, sé de antemano que estará bien bueno pero no es perfecto, porque no será suficiente para satisfacerme a mi.

El ser humano será bueno o muy bueno, pero aún así depende de otros y de Dios constantemente. No tenemos la capacidad de ser absolutamente autosuficientes.

De hecho, no solo dependemos de Dios para nuestro origen, sino que para nuestra existencia contínua. Como expresa Hechos 17:27-28 (NTV)

“27 »Su propósito era que las naciones buscaran a Dios y, quizá acercándose a tientas, lo encontraran; aunque él no está lejos de ninguno de nosotros. 28 Pues en él vivimos, nos movemos y existimos. Como dijeron algunos de sus propios poetas: “Nosotros somos su descendencia”.”

La Bomba teológica de hoy es que ser buenos es más que suficiente para nosotros. Si para Dios fue satisfactorio crearnos de la manera en que somos, que diga que somos “muy buenos” es el mejor adjetivo que el Señor nos puede dar.

Ser buenos y no perfectos nos mantiene humildes y lejos de creernos mejores de lo que somos realmente. El orgullo es el tope de nuestros vicios. Como dijo C.S. Lewis en una ocasión: “El orgullo conduce a todos los demás vicios: es el estado mental completamente anti-Dios.” 2 Es nuestro orgullo lo que nos provoca a pecar de diversas maneras. Que seamos buenos nos mantiene siempre en una actitud de humildad ante Dios, quien sí es perfecto absolutamente y en quien todos dependemos.

Por lo tanto, el ser humano nunca fue perfecto. Antes del pecado, dependíamos de Dios y de lo creado para vivir. Hoy día, aún dependemos de Dios y de otras personas o cosas. Si dependemos de algo o alguien es porque tenemos alguna falla o necesidad. Pero ser buenos en vez de perfectos es o debe ser suficiente para nosotros, pues fue la manera en que Dios quiso crearnos, y Dios sabe lo que hace siempre.

Fuentes:
1. wordreference.com, definición de perfección. https://www.wordreference.com/definicion/perfecci%C3%B3n
2. Lewis, C. S. Mere Christianity (Harper Collins, SanFrancisco, 2000) P122