Es curioso como Dios va entretejiendo convicción en nuestro interior, de manera que cuando decimos libremente que Jesús es nuestro Señor, es porque ya Dios ha hecho un trabajo previo en el interior de quien le confiesa. Esa convicción profunda es la que luego de abrir la boca y confesar que Cristo es el Señor, nos mantiene lejos de nuestra vida previa al pecado. El Espíritu mismo alimenta esa convicción para lograr madurez en el recién adoptado hijo de Dios. El Espíritu provoca en nosotros la convicción que nos permite perseverar. Pablo les habla de esto a los Tesalonicenses y nosotros necesitamos entenderlo si es que vamos a vivir una vida Cristiana en Espíritu, poder y convicción.
Estaré tocando tres puntos que, me parece que saltan del texto que le compartiré en
1 Tesalonicenses 1:1-7
1: El Espíritu produce convicción en nosotros
2: El ejemplo nuestro inspira a otros
3: Dios hace disponible la convicción
1 Tesalonicenses 1:1-7 (NVI)
1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses, unida a Dios el Padre y al Señor Jesucristo: Gracia y paz a ustedes.
2 Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes cuando los mencionamos en nuestras oraciones. 3 Los recordamos constantemente delante de nuestro Dios y Padre a causa de la obra realizada por su fe, el trabajo motivado por su amor y la constancia sostenida por su esperanza en nuestro Señor Jesucristo.
4 Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido, 5 porque nuestro evangelio les llegó no solo con palabras, sino también con poder, es decir, con el Espíritu Santo y con profunda convicción. Como bien saben, estuvimos entre ustedes buscando su bien. 6 Ustedes se hicieron imitadores nuestros y del Señor cuando, a pesar de mucho sufrimiento, recibieron el mensaje con la alegría que infunde el Espíritu Santo. 7 De esta manera se constituyeron en ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya.
1: El Espíritu produce convicción en nosotros
Pablo habla de “profunda convicción”. En griego: πληροφορία (pleyroforía) significa: convicción, certeza absoluta, plena seguridad. Pero, ¿cuál es la certeza absoluta de la que habla este texto? En 1 Tesalonicenses 1: 6, Pablo dice que la certeza de los Tesalonicenses se vio en que imitaron a Pablo, sus colaboradores (Silvano y Timoteo) y al Señor. Significa que la certeza absoluta aquí es una cualidad espiritual de entender, recibir y producir en nosotros una vida nueva donde Jesucristo es visto en nosotros.
Sabemos cómo se ve esa profunda convicción. Lo vemos en las Escrituras a menudo. La certeza absoluta de Pablo lo impulsó a predicar a Cristo en las sinagogas, frente a autoridades y hasta disponerse a enfrentar al César. Le llevó a estar dispuesto a recibir palos, latigazos y pedradas. Fue por esa convicción que sembró iglesias, pastoreó líderes locales, oró por ellos con lágrimas, estudió ávidamente las Escrituras y escribió para la edificación de la iglesia. Hasta hoy nos edificamos aún.
Vemos esa certeza en Jesús. Su convicción lo impulsó a predicar el Reino de los cielos, sanar enfermos, echar fuera demonios, discipular, y sacrificarse. Por su certeza absoluta Cristo fue a la cruz.
La convicción de los Tesalonicenses estaba produciendo frutos similares a estos. Comenzaron a vivir un amor sacrificial enfocado en el máximo beneficio ajeno. El primero de estos beneficios es tener a Jesús. Otros les estaban viendo también (v.7) y ahora les imitaban a ellos.
La certeza absoluta nuestra debe imitar también a Jesús y el testimonio apostólico dejado en la Palabra. Esta convicción contagia a otros también.
2: El ejemplo nuestro inspira a otros
“Las cosas buenas, igual que las malas, se agarran por un tipo de infección. Si quieres calentarte, debes acercarte al fuego; si quieres mojarte, debes meterte al agua; si quieres gozo, poder, paz, vida eterna… debes acercarte, o hasta entrar en, aquello que los tiene.” ~C.S. Lewis
¿Cómo fue que los Tesalonicenses agarraron esta buena infección? Pablo lo dice. Fueron tres elementos que se dieron de manera entremezclada, que produjo esa convicción:
- Palabra: la enseñanza de Pablo y compañía no era solo obras. Incluía la declaración de la verdad del evangelio.
- Poder: el evangelio llega con la capacidad de transformar corazones, lo cual es evidencia de Dios morando en nosotros.
- Espíritu Santo: Dios estaba presente y fue quien dirigió este proceso en cada uno que recibió su Evangelio en Tesalónica. Es el Espíritu Santo que usa la Palabra con poder para producir certeza absoluta.
¿Cómo se ve la convicción? Se vio en los hermanos de Tesalónica pues fueron imitadores de Pablo, Silvano, Timoteo y Jesús (v.6) y a su vez funcionaron como ejemplo a seguir a otros (v.7).
La certeza vino por la Palabra que se les predicó, la cual los convenció. Tomó la misma forma de la convicción de Pablo, quien estaba listo para darlo todo por Cristo. Los demás recibieron convicción y ejemplo de cómo adorar a Dios con todo–igual a ellos, que a su vez imitaron a Pablo.
La convicción Cristiana nuestra se muestra cuando vivimos imitando a Cristo.
Ese puede ser el impacto de nuestra seguridad en Cristo. No sólo Dios la pone para dirigir nuestra nueva vida, sino que otros también se benefician al verla en nosotros.
Cuando tenemos una certeza absoluta sobre la veracidad del evangelio, tienen que ocurrir cambios. La Palabra dice que es el Espíritu Santo quien pone esa certeza, así que no es una seguridad forzada por nuestros buenos deseos. El Espíritu produce la seguridad en nosotros de que hemos sido escogidos por Dios para su Misión. De repente deseamos hacer cambios en nuestro entorno. Separamos tiempos para estudiar la Biblia en familia, en nuestros trabajos separamos un tiempo para orar y compartir una reflexión bíblica a los demás. Si no se nos permite abiertamente, buscamos el momento oportuno para poner una piedrita (una semillita) en el zapato de nuestros compañeros para que el Espíritu les inquiete por más.
La convicción se ve en vidas transformadas, llenas de amor, esperanza y gozo por el Señor y por los demás. Esa es la clase de infección que se pega porque los demás la buscan y se nos acercan.
3: Dios hace disponible la convicción
Si el mismo Dios de hoy es el mismo que obró en los Tesalonicenses–y lo es… podemos esperar que haga lo que hizo en ellos, también en nosotros. ¿Tienes esa certeza que recibieron en Tesalónica? Pregúntate y examina si has recibido la Palabra en tu corazón, no sólo en tu mente. Analiza, si has visto el poder transformador de Dios en tu vida. ¿Has experimentado la dirección del Espíritu de Dios en tus procesos?
Si la respuesta es sí, tienes la certeza. ¡Úsala! ¡No la desperdicies! ¡No actúes como si fueras ignorante! Hay personas que necesitan ver esa convicción en tí para que se de el proceso que se dio en tí: palabra > poder del Espíritu Santo > convicción en ellos también.
Si la respuesta es no, ¡abre tu corazón hoy al Espíritu Santo que te llama!
Pablo supo de la convicción de los Tesalonicenses porque recibió el testimonio de ellos:
1 Tesalonicenses 1:9-10 (NVI)
“9 Porque todos ellos cuentan de lo bien que ustedes nos recibieron y cómo se convirtieron a Dios. Dejaron los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, 10 y esperan del cielo a su Hijo Jesús, quien resucitó y nos libra del castigo venidero.”
La convicción (certeza absoluta) de ellos se veía de la siguiente manera:
- Se habían vuelto a Dios de sus ídolos
- Estaban sirviendo al Dios vivo y verdadero
- Esperaban la parusía (regreso) de Jesús
- Esperaban que serían salvados de la ira venidera por medio de la fe.
A veces venimos a la iglesia los domingos, pero no abrimos el corazón a Jesús. Afirmamos intelectualmente lo que dicen desde la plataforma, pero no lo ejecutamos cuando salimos del estacionamiento de la iglesia.
Algunos seguirán recurriendo a su dinero, sus ideas o sus experiencias para resolver sus vidas. Otros dicen que conocen a Jesús, pero en secreto, tendrán altares a sus reputaciones, sus estatus… quizás hasta a obatalá o yemayá. Tratan de aparentar ser de Cristo, pero sus corazones están lejos de él. Así estuve yo. Aunque mi boca dijera que era de Jesús, era un mentiroso. No tenía la convicción cristiana.
Pero Pablo dice aquí que cuando los Tesalonicenses escucharon la Palabra de Dios, el Espíritu los persuadió a aceptar el mensaje en sus corazones con poder. Creyeron el evangelio. Dejaron sus ídolos, obedecían a Dios amando a los demás, su esperanza estaba en el regreso de Jesús y tenían la convicción (certeza absoluta) de que escaparían de la ira de Dios.
Esa es la certeza que Dios ofrece. ¿La tienes? ¿La quieres?
Es posible que tengas la certeza pero constantemente tienes dudas sobre lo que crees. Puede que las dudas hayan sido puestas allí por compañeros o amigos. Puede que sean dudas tuyas que nunca has verbalizado. Cuando no buscamos respuesta a las dudas, tendemos a creer que la certeza que teníamos era una farsa. Por eso es importante alimentarse de la Palabra constantemente.
Además, hacer iglesia con los hermanos es medular. Las células son vitales en reforzar lo que vamos aprendiendo en el Señor. Es allí donde muchas veces recibimos el abrazo apretado de Jesús por medio de los brazos de nuestros hermanos. Incluso es el lugar de abrir el corazón, de dialogar y aclarar dudas. Participa de los discipulados en la iglesia. Ve al Discipulado de Apologética los viernes para que tengas herramientas de cómo defender y compartir las razones de la esperanza que hay en ti. Esto te ayudará a tener firmeza en tu convicción. Busca recursos que te ayuden en tu crecimiento en la fe. (Escucha el Verdad y Fe Podcast, los miércoles y A La Mesa los jueves). Lee libros cristianos que te edifiquen como “La Oración” de Timothy Keller, “Equipados para Sobrevivir” de Pastor Nando o “Casi Cristianos” de Joel Rodríguez Morales…
El Espíritu Santo está activo en la Iglesia local para usar los dones que ha puesto en cada uno para la edificación de la misma iglesia. ¡Forma parte! No sigas la costumbre de una fe privada dominguera. Dios quiere que formes parte de una comunidad. Por eso formó y estableció la Iglesia, la novia de Cristo a quien ama y por quien dio su vida.
Los Tesalonicenses eran conocidos por su testimonio. Si los conocían de esta manera es porque eran un grupo conocido. ¡Se pasaban juntos!
Aplicación
La convicción está disponible para todo el que la desea. Dios quiere llenarte y darte la certeza absoluta de su realidad y amor inagotable para ti. De la misma manera en que los Tesalonicenses recibieron la Buena Noticia de que Cristo entregó su vida en rescate por ellos, también recibamos la buena noticia nosotros.
El Espíritu trae convicción por medio de su Presencia, Palabra y Poder. Si lo hizo con los Tesalonicenses y si lo hizo conmigo, ¿por qué no contigo también?
Si ya rendiste tu vida al Señor, aprende a soltar tu manera antigua de vivir. Si no te has rendido a Cristo aún, no sigas postergándolo. Dios está llamándote hoy, quizás hace tiempo ya. No te resistas más. Jesús está listo para darle sentido a tu vida y llenar tu vacío interno. El Espíritu se complace en darte la convicción de la salvación y es ahí, que hallarás tu gozo. ¡Recíbela!
1 Tesalonicenses 5:23-24 (TLA)
23 Que el Dios de paz los mantenga completamente dedicados a su servicio. Que los conserve sin pecado hasta que vuelva nuestro Señor Jesucristo, para que ni el espíritu ni el alma, ni el cuerpo de ustedes sean hallados culpables delante de Dios. 24 Él los eligió para ser parte de su pueblo, y hará todo esto porque siempre cumple lo que promete.



