Para muchos, la elección de Dios de los que serán salvos, automáticamente divide la humanidad en dos. Entienden que Dios está discriminando entre una élite humana y los desechados. Así que quiero comenzar definiendo lo que es discriminar. Según el diccionario, esta palabra tiene dos significados. El diccionario dice así 1:
1. Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, de sexo, de clase social o casta u otros motivos ideológicos.
2. Separar, diferenciar una cosa de otra.
Sin embargo, comúnmente, no pensamos en la segunda definición. Esta segunda definición no tiene una carga moral. La primera sí la vemos como incorrecta, pero la segunda no. Significa que hay maneras de discriminar que son apropiadas. Por ejemplo, cuando estoy guiando mi carro, debo poder discriminar entre el carril que me corresponde y el del auto que viene en sentido opuesto. Si no discrimino contra el otro carril, ocasionaré un accidente.
Es lamentable que no consideremos esto, pues es precisamente lo que Dios hace cuando elige. Cuando Dios elige, está separando y diferenciando una cosa de otra. Esa separación es lo que la Biblia llama “Santo o Santidad”. Dios es Santo porque es diferente y apartado de nosotros. En el Antiguo Testamento vemos que Israel debía estar separada y diferenciada del resto de las naciones para Dios y en el Nuevo Testamento vemos lo mismo ocurriendo con la iglesia.
Entonces, podemos afirmar que Dios, en efecto, discrimina cuando separa a sus elegidos. Pero no es con la connotación inmoral de la palabra. Para asegurarnos de esto, debemos procurar responder otra pregunta: ¿Para qué Dios escoge?
¿Para qué Dios escoge?
Si estudiamos la Biblia de tapa a tapa, notamos que desde el inicio cuando Dios creó al ser humano hasta el final cuando regrese Jesús, la intención de Dios es relacionarse con los portadores de su imagen. Con Adán, quería pasearse en Edén, con Moisés quiso que su presencia estuviese en la carpa de reunión, con Salomón quiso estar en el templo y en la actualidad, quiere vivir en el templo que es su iglesia, la comunidad de santos. Dios siempre ha deseado entrarnos en relación con él.
Con esto en mente podemos ver la elección. La elección de Dios no es un concepto del Nuevo Testamento únicamente como ya mencioné. Dios escogió, o eligió a Israel, pero antes de elegir a una nación, eligió a una persona. Dios escogió a Abraham con un propósito en mente:
Génesis 18:18-19 (NTV)
«18 Pues Abraham sin duda llegará a formar una nación grande y poderosa, y todas las naciones de la tierra serán bendecidas por medio de él. 19 Yo lo escogí a fin de que él ordene a sus hijos y a sus familias que se mantengan en el camino del Señor haciendo lo que es correcto y justo. Entonces yo haré para Abraham todo lo que he prometido».»
Cuando Dios eligió a Abraham, tenía en mente que las naciones se relacionaran con él. Así lo explicó el misiólogo Christopher Wright en su libro “La Misión de Dios”:
“Hay cierta ironía en la narrativa bíblica que registra a Abraham siendo llamado a salir de Babel, no para ir a una suerte de paraíso celestial sino a la tierra de Sodoma. Sea lo que sea la historia de la redención, no es una historia de escapismo.” 2
Así que cuando Dios sacó a Abraham de Ur de los Caldeos, ciudad al sur de donde se entiende que se dieron los eventos de la Torre de Babel 3, generaciones antes, lo envió a la tierra de Canaán, donde estaba Sodoma y Gomorra. Significa que la razón para sacar a Abraham no fue para unas lindas vacaciones, sino que tenía un trabajo que hacer. Dios tenía una misión en mente para Abraham y su descendencia. Quería que las naciones le conocieran y que por medio de su escogido, Abraham, pudieran entrar en una relación con YHWH.
En numerosos otros textos bíblicos, como en los Salmos, vemos el énfasis de Dios en llegar a las naciones para que todas le conozcan, pero el profeta Isaías escribe y deja claro a Israel el por qué Dios les había escogido:
“«Yo, el SEÑOR, te he llamado a hacer lo que es justo. Te he llevado de la mano y te he protegido. Te he destinado a ser el mediador de un pacto con la humanidad, a ser luz de las naciones,” Isaías 42:6 (PDT)
Cuando brincamos al Nuevo Testamento, seguimos viendo la misma intención de Dios. Jesús escoge a 12 discípulos, a quienes enseña por espacio de tres años con la intención de dejarles a cargo de alcanzar a los judíos y gentiles para que puedan entrar en una relación con Dios y así bendecir a todas las naciones y familias.
Mateo 28:16-20 (LBLA)
“Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había señalado. Cuando le vieron, le adoraron; mas algunos dudaron. Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
Dios eligió a los apóstoles para la misión de alcanzar a la humanidad. Así lo explica Pablo:
Efesios 1:3-14 (NTV)
3 Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo. 4 Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. 5 Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. 6 De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado. 7 Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. 8 Él desbordó su bondad sobre nosotros junto con toda la sabiduría y el entendimiento.
9 Ahora Dios nos ha dado a conocer su misteriosa voluntad respecto a Cristo, la cual es llevar a cabo su propio buen plan. 10 Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra. 11 Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan.
12 El propósito de Dios fue que nosotros, los judíos—que fuimos los primeros en confiar en Cristo—, diéramos gloria y alabanza a Dios. 13 Y ahora ustedes, los gentiles, también han oído la verdad, la Buena Noticia de que Dios los salva. Además, cuando creyeron en Cristo, Dios los identificó como suyos al darles el Espíritu Santo, el cual había prometido tiempo atrás. 14 El Espíritu es la garantía que tenemos de parte de Dios de que nos dará la herencia que nos prometió y de que nos ha comprado para que seamos su pueblo. Dios hizo todo esto para que nosotros le diéramos gloria y alabanza.”
La idea detrás de la misión de Dios es poner todo bajo la autoridad de Cristo. Dios quiso que los Judíos dieran gloria y alabanza a Dios y que los gentiles también supieran que Dios los salva.
Esto es muy importante. Dios elige o salva, no para destacar una elite sino para una labor. La bomba teológica de hoy es que Dios escoge personas para llevar a cabo su misión. A través de las personas escogidas, Dios se glorifica y su grandeza y amor atrae a más personas a entrar en una relación con él. Dios elige a su Iglesia para rescatar a los perdidos.
Permíteme esta ilustración para explicarlo mejor:
Imagina que vas a la tienda de calzado deportivo. En el cuarto de atrás de la tienda, ves los tenis más llamativos que venden. De entre la gran variedad, escoges un par para pagar por ellos y vestirlos. Cuando te los pones, el diseño y la hermosura del calzado debe resaltar tu persona. Lo importante no son los tenis, es quien los lleva puestos. Por supuesto, la ilustración se rompe aquí pues Dios no nos elige para su vanagloria y nosotros muchas veces nos vestimos para la nuestra. Recordemos que cuando Dios se glorifica, los beneficiados somos nosotros.
Significa que cuando Dios elige y paga por el rescate de una persona, lo hace para mostrar su grandeza y que otros quieran también conocerle. Dios escoge a su Iglesia para alcanzar a los perdidos. Nuestro título de Hijos adoptados por Dios viene con una descripción de labores. El mundo espera por la Palabra de salvación que Dios nos ha dado a sus hijos. Necesitamos cumplir con esta, la misión de Dios.
Fuentes:
1. Definición de discriminar: https://www.wordreference.com/definicion/discriminar
2. Wright, Christopher, La Misión de Dios: Descubriendo el Gran Mensaje de la Biblia (Buenos Aires, Ediciones Certeza Unida, 2009) 4813.
3. Livingston, David, Ur Connects Babel to Today (answersingenesis.org, 13 de febrero de 2008) https://answersingenesis.org/archaeology/ur-connects-babel-to-today/



