¿La Justicia de Dios es Justa?

Episodio #192 de nuestro podcast.

Nos escribieron para preguntar sobre la justicia de Dios aplicada de manera práctica desde el punto de vista ateo y el de los cristianos. Es una pregunta que puede incomodar bastante a las personas. Daremos respuesta a cada punto utilizando la Biblia, pues es una queja en contra del Cristianismo mismo. La Biblia es la única que nos puede esclarecer el punto.

Desde el punto de vista ateo

Nuestro amigo nos escribe: He escuchado de los ateos que no pueden creer en un Dios que pueda perdonar a los malos segundos antes de morirse por sólo decir que se arrepienten.

Lo primero que debemos aclarar es que nadie es perdonado por Dios por sólo decir que se arrepienten. Dios perdona al arrepentido genuinamente y eso es diferente. Hay veces que incluso alguien puede llorar y pedir perdón y aún así no tener verdadero arrepentimiento en ellos. Puede que lo que temen es a las consecuencias de sus actos. Pero el arrepentimiento del que la Biblia habla, es metanoia, en griego, esta palabra significa un cambio abrupto de dirección. Significa que la persona malvada, los Hitlers de la vida, si se arrepienten (metanoia) cinco segundos antes de morir Dios les salvará. Así lo dijo Jesús:

Mateo 4:17 (NTV)

“A partir de entonces, Jesús comenzó a predicar: «Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios, porque el reino del cielo está cerca».”

Jesús les dice a los pecadores que su arrepentimiento se muestra con el regresar a Dios. Significa que la trayectoria que llevaban en su pecado era en dirección opuesta a Dios. Entonces, la metanoia/arrepentimiento no es sentirse culpable meramente. Es decidir por una dirección diferente para nuestras vidas, persiguiendo a Dios. Si eso sucede, la persona ha encontrado la salvación que Dios ofrece.

Pero creo que la incomodidad es con relación a los estragos que esa persona dejó atrás. El daño que hizo y todo lo demás. ¿Cómo Dios va a perdonar a un Hitler, por ejemplo?

Romanos 9:10-15 (NTV)

10 Ese hijo fue nuestro antepasado Isaac. Cuando se casó con Rebeca, ella dio a luz mellizos. 11 Sin embargo, antes de que nacieran, antes de que pudieran hacer algo bueno o malo, ella recibió un mensaje de Dios. (Este mensaje demuestra que Dios elige a la gente según sus propósitos; 12 él llama a las personas, pero no según las buenas o malas acciones que hayan hecho). Se le dijo: «Tu hijo mayor servirá a tu hijo menor». 13 Como dicen las Escrituras: «Amé a Jacob, pero rechacé a Esaú».

14 ¿Estamos diciendo, entonces, que Dios fue injusto? ¡Por supuesto que no! 15 Pues Dios le dijo a Moisés: «Tendré misericordia de quien yo quiera y mostraré compasión con quien yo quiera».

Dios muestra su misericordia a quien él quiere. Si él quiere perdonar a alguien, ¿quiénes somos nosotros para molestarnos? Este texto nos enseña que Dios elige rescatar según su voluntad. No nos debe molestar que algunos sean perdonados y otros no, porque es misericordia de Dios. Todos merecemos un justo castigo. La misericordia de Dios nos debe mover a alabar a Dios por ser tan bueno que ofrece su misericordia, sin tener que hacerlo. Sea misericordia para nosotros o para los demás. Pero entiendo que la molestia permanece porque nos preguntamos ¿quién pagará por los pecados del malvado arrepentido?

Este texto nos confronta con la realidad de quién es que tiene la autoridad para perdonar y a quién es que se le debe el precio del pecado. Es más, podríamos incluir aquí la pregunta: ¿De quién es el cielo? Porque la respuesta a las tres preguntas es la misma respuesta: Dios. Sólo Dios tiene autoridad para perdonar porque es contra él que pecamos. El cielo es el hogar de Dios, por lo que la entrada a él, depende de la voluntad de su dueño. El dueño del cielo ha dicho claramente que deja entrar a su casa sólo a aquellos que se han arrepentido (metanoia) de esta manera.

Aquí el ateo brincará porque no le parece justo que esta persona malvada termine bien, mientras los que quedamos vivos continuamos sufriendo por las acciones del que murió salvo. Pero si volvemos un poco atrás, recordemos que el pecado siempre es contra Dios y todos hemos pecado en alguna manera u otra. Significa que toda la humanidad está en la misma situación precaria de no poder entrar al hogar de Dios. Todos necesitamos el arrepentimiento/metanoia.

A lo mejor, el ateo no ve la justicia en esto porque piensa en términos humanos únicamente. Hay personas que siguen sufriendo por las acciones del malvado arrepentido, pero no recibió el castigo debido. Esta inquietud la visitaremos más adelante.

Desde el punto de vista Cristiano

Nuestro amigo continúa sus preguntas. Dice: ¿podemos alegrarnos cuando los que nos hieren la pasan mal? ¿Es esa la justicia de Dios? ¿El malvado que se arrepiente a último momento no va a tener consecuencias? ¿Cómo conciliamos el perdón con la promesa de recibir la justicia que algunos con franca razón esperan? ¿Cómo debemos ver y explicar el concepto de la justicia de Dios siendo cristianos?

Inmediatamente que leí la pregunta nuestro amigo cita aquí, me incomodó que dijera que la persona se alegrara del pecador que sufre. Esto no me parece en nada la actitud que un embajador de Jesús en la Tierra debe tener. No podemos alegrarnos del sufrimiento del malvado porque son malvados. Recordemos que todos somos malvados y en necesidad de la misericordia de Dios. En realidad lo que debemos hacer es amar a nuestros enemigos. El malvado por el que deseamos que se nos haga justicia, es una persona que se encuentra lejos de Dios y el mandato de Jesús para nosotros es que amemos a estas personas:

Mateo 5:43-48 (NVI)

43 »Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”. 44 Pero yo digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, 45 para que sean hijos de su Padre que está en los cielos. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. 46 Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? 47 Y si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué de más hacen ustedes? ¿Acaso no hacen esto hasta los gentiles? 48 Por tanto, sean perfectos como su Padre celestial es perfecto.

Dios ama a sus enemigos. Por esto es que estamos hablando de este tema hoy. Como ama a sus enemigos, los rescata y los salva. Dios desea que todos se salven. Así lo explica el apóstol Pedro:

2 Pedro 3:9 (NTV)

9 En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan.

Los elegidos que son persuadidos por Dios al arrepentimiento son rescatados y como Cristianos, tenemos el deber de hacer accesible el mensaje de salvación a todos para que muchos pongan su fe en Jesús.

La Biblia enseña que Dios es perfectamente justo. Pero ante la salvación de un malvado nos cuestionamos dónde está la justicia. La respuesta la encontramos en Jesús.

Romanos 3:24-26 (NTV)

24 Sin embargo, en su gracia, Dios gratuitamente nos hace justos a sus ojos por medio de Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados. 25 Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado, 26 porque miraba hacia el futuro y de ese modo los incluiría en lo que llevaría a cabo en el tiempo presente. Dios hizo todo eso para demostrar su justicia, porque él mismo es justo e imparcial, y a los pecadores los hace justos a sus ojos cuando creen en Jesús.

Este texto enseña que la paga del pecado de todos los transgresores contra Dios, fue puesta sobre Jesús en la cruz. Significa que cuando alguno de nosotros es persuadido por Dios a poner su fe en Cristo para la salvación, la cuenta de nuestros pecados es pasada a Jesús, quien ya hizo provisión para pagar cuando se entregó en la cruz. Ahí está la justicia. Como decimos: “Dios no se queda con nada de nadie.” Es cierto, Jesús pagó nuestras cuentas en la cruz. Ahora los Hitlers de la vida son vistos como justos a los ojos de Dios cuando se arrepienten de sus pecados por fe en Cristo.

Cuando alguien se ofenda por la salvación gratuita que Dios ofrece al malvado, recuérdale a esa persona que la definición de malvado es haber pecado contra Dios. Todos somos malvados, pero Dios abre sus brazos para recibirnos si nos arrepentimos genuinamente y optamos por regresar a sus brazos, como siempre ha decidido Papá, desde que creó a la humanidad.

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About Rick Lipsett

(@ricklipsett) director y portavoz de verdadyfe.com. Ha escrito numerosos artículos relacionados a la apologética Cristiana. Sirve como pastor en la Iglesia Cristiana Catacumba 9 de Cayey, Puerto Rico. Actualmente cursa una maestría en Teología de Southern Baptist Theological Seminary (SBTS).
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