Nos enviaron esta pregunta a nuestro email. Recuerda que tu también puedes enviarnos tus preguntas a: preguntas@verdadyfe.com. La pregunta lee así: “Si la Biblia habla de que Dios no castiga, ¿por qué castigó a Caín y a toda su descendencia? ¿Dios es severo y castigador a pesar de que la Biblia habla de su perdón y misericordia?
Hay mucho para desempacar en esta pregunta.
De niño, recuerdo que me hicieron tachar una página del libro de mi clase de religión. La página decía “Dios castiga” y la maestra nos pidió que escribiéramos mejor: “Dios corrige”. Pensemos en esto un momento. Si un malhechor le quita la vida a uno de nuestros hijos, ¿vamos a querer que el Estado castigue al asesino con el peso de la ley, o preferimos que se le corrija? Pienso que estaríamos muy de acuerdo en la corrección, siempre y cuando se le de mientras paga el castigo de la sentencia por su maldad, ¿no? Pues curiosamente, algo similar vemos en las Escrituras con relación a Dios. Dios corrige al que ama, pero también castiga. Específicamente, castiga a quién no se arrepiente de sus pecados y acude al propio Dios para salvación. El castigo es muy severo, pues es un castigo eterno: el infierno. La severidad del castigo corresponde a contra quién se cometió la ofensa. Todo pecado se comete contra la santidad de Dios.
Severo, me parece, no es la palabra adecuada para describir a Dios. Creo que la palabra correcta es Santo. Escucha lo que dice Números 14:18a (NTV):
“El Señor es lento para enojarse y está lleno de amor inagotable y perdona toda clase de pecado y rebelión; pero no absuelve al culpable.”
La Biblia nos enseña que de la misma manera en que Dios es amor y como emana de su ser, el amor de Dios es inagotable. Esto hace de Dios uno misericordioso que está listo para perdonar. Pero el mismo texto nos dice que Dios no absuelve al culpable. Esto significa que la falta tiene que pagarse. Si Dios perdona, la fechoría todavía tiene una consecuencia. Piénsalo un poco, esto debería darnos terror. Significa que los pecadores tienen que pagar por sus crímenes morales contra Dios. ¿Conoces a alguien que no sea pecador? Así mismo, todos estamos en esas. Romanos 3:10 nos dice que no existe gente justa. Entonces eso significa que todos estamos destinados al infierno, donde pagaremos sin descanso y para siempre por nuestros pecados. En su santidad, Dios no tolera el pecado y esto es bien fuerte. Piensa en eso un momento.
Esa es la mala noticia, pero como Dios es amor, él mismo ha provisto una escapatoria, un chivo expiatorio, para que podamos estar con él. Su hijo Jesús cargó el castigo que merecíamos cuando murió en la cruz, para así ofrecer el rescate por todo el que recibe su regalo en Fe. Esa es la evidencia del amor de Dios.
La realidad es que la Biblia no enseña que Dios no castiga. De hecho, castiga al pecador que no se arrepiente con un castigo justo.
De regreso a la pregunta, veo que la discusión se centraba en la figura de Caín y cómo Dios lo castigó a él y a sus descendientes. Luego que Caín asesinó a Abel, vemos que Dios habla con Caín y lo destierra. Caín se queja de su castigo, pero nunca presenta arrepentimiento por matar a su hermano. El castigo de Dios fue sobre Caín solamente. Nadie pagó por el pecado suyo.
Génesis 4:11-15 (NTV)
11 Ahora eres maldito y serás expulsado de la tierra que se ha tragado la sangre de tu hermano. 12 La tierra ya no te dará buenas cosechas, ¡por mucho que la trabajes! De ahora en adelante, serás un vagabundo sin hogar sobre la tierra. 13 Caín respondió al Señor: —¡Mi castigo es demasiado grande para soportarlo! 14 Me has expulsado de la tierra y de tu presencia; me has hecho un vagabundo sin hogar. ¡Cualquiera que me encuentre me matará! 15 El Señor respondió: —No, porque yo castigaré siete veces a cualquiera que te mate. Entonces el Señor le puso una marca a Caín como advertencia para cualquiera que intentara matarlo.
Muy curioso, que la marca que le puso a Caín era para protegerlo. Dios no castigó a nadie más.
Ahora, cuando brincamos a tiempos de Noe, vemos que el pecado de los descendientes de Caín sí estaba rampante, junto con los de todos los demás seres humanos. Dios decidió hacer justicia perfecta con ellos. Eligió a Noé y su familia y a los demás los castigó con el diluvio. Dios eliminó a los malvados, aunque tuvieron la oportunidad de entrar en el arca también. Pero nadie lo quiso, excepto por Noé y su familia. Solo esta familia aceptó la oferta de salvación que les extendió Dios.
Así hace Dios todavía con nosotros. Somos pecadores y merecemos nuestro castigo justo. Pero Dios extiende la oferta de salvación en Jesús a toda la humanidad. Juan 3:16 enseña que todo el que crea en Cristo será salvo y puede entrar a la vida eterna, porque posee una amistad genuina con Dios. Esto, porque Cristo pagó ya por los pecados de toda la humanidad.
Como lo dice Greg Koukl: “El hombre tiene una deuda, y a largo plazo, el hombre, no las criaturas, deberá pagar. Sólo un hombre sin pecado–alguien que no tenga deuda propia–podría cubrir la deuda de otro. Sólo un hombre que sea mucho más que un mero hombre podría pagar por los pecados de multitudes.” 1
1: Koukl, Gregory, The Story of Reality (Michigan, Zondervan, 2017), 115



