La Predicación Fiel del Cristiano

Mensaje predicado originalmente en la Catacumba 24 de Guayama, PR.

Si alguien te pregunta qué es una predicación, ¿qué contestarías? Según el diccionario de la lengua española, predicación es 1:

  • Pronunciación de un sermón.
  • Divulgación de una doctrina o idea.

Ninguna de esas definiciones habla de estar en una tarima, necesitar un micrófono o ser pastor en una iglesia. Para el Cristiano, la predicación es la acción de llevar la Palabra de Dios. Eso le corresponde a todos los cristianos. Todos somos heraldos del Rey. Cuando Jesús dio la gran comisión dijo:

Mateo 28:20 (NTV)
Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos».

Esto se lo dijo a sus discípulos, quienes debían enseñar a otros discípulos todo lo que Jesús mandó. Esto es un mandato de Jesús, por lo tanto, está incluido en lo que los nuevos discípulos debían hacer también.

Es importante tener ese trasfondo claro cuando leemos lo que se conoce como las cartas pastorales en el Nuevo Testamento. La 1era y 2da carta a Timoteo son de esas cartas. Pablo se las escribió a Timoteo, su hijo espiritual, para prepararlo en la importante labor de pastorear una congregación local.

Si estamos comprometidos con Cristo, todos Pastorearemos a alguien, ya sea a nuestras esposas, hijos, familiares o amigos. Esto sin alguna vez agarrar un micrófono o pararnos en una plataforma. En ese sentido, esto es de gran importancia para todo cristiano. Por eso nuestras Biblias tienen estas cartas y Dios no inspiró a que se hiciera un manual para pastores aparte del resto de los libros de la Biblia o algo así.

2 Timoteo 2:24-26 (NTV)
24 Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles. 25 Instruye con ternura a los que se oponen a la verdad. Tal vez Dios les cambie el corazón, y aprendan la verdad. 26 Entonces entrarán en razón y escaparán de la trampa del diablo. Pues él los ha tenido cautivos, para que hagan lo que él quiere.

El Cristiano es un siervo

Timoteo debía recordar su estatus: él era un “siervo del Señor”. Era un pastor a su gente, pero bajo la autoridad absoluta de Cristo. Era un esclavo de Cristo. Por lo tanto cuando abriera su boca para enseñarles la verdad del evangelio en medio de sus controversias contínuas, les estaba demostrando amor con gentileza pues era un siervo del Señor quien nos sirvió con amor y gentileza. El carácter de Timoteo debía ser un reflejo del carácter de Cristo mismo. Las palabras que salen de la boca del siervo/esclavo de Cristo tienen que ser como las de su amo. La enseñanza que lleva ese siervo/esclavo tiene que representar la fidelidad de su amo, porque ese es Cristo. Él es fiel.

Mateo 10:24-25 (NTV)
“24 »Los alumnos no son superiores a su maestro, y los esclavos no son superiores a su amo. 25 Los alumnos deben parecerse a su maestro, y los esclavos deben parecerse a su amo. Si a mí, el amo de la casa, me han llamado príncipe de los demonios, a los miembros de mi casa los llamarán con nombres todavía peores.”

Nosotros, ¿nos comportamos como siervos del Señor?

Son muchas las veces que nos comportamos con prepotencia. Incluso son muchas las veces que no deseamos que se enteren que somos cristianos, porque nos hemos comportado muy diferente a lo que Cristo solía hacer. Pero, ¿a quién engañamos?

Gloria a Dios que en Cristo tenemos perdón de pecados, pero necesitamos hacer memoria constante de algo: Si somos siervos de Cristo, somos su representación 24/7.

Como siervos, imitamos a Jesús (como vimos en Mateo 10:24-25) y por lo tanto, procuramos el bienestar ajeno porque Cristo mismo vino a servir a otros.

El Cristiano busca el bienestar ajeno

“Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles.

El texto señala a (1) la bondad, (2) capacidad de enseñar (no está hablando del don de enseñanza) y (3) paciencia con las personas difíciles. Estas tres cosas son hechas a otros. Son para el beneficio de otro. El enfoque es el prójimo. Incluso, se trata de sacrificio. ¿Recuerdas los requisitos para seguir a Jesús?

Mateo 16:24 (NTV)
“…«Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz y seguirme.

Nuestra identidad en Cristo es una de sacrificio. Nos negamos a nosotros mismos y a nuestros derechos por el bien de otros. Pablo vivió así y por eso se lo enseña a Timoteo. Mientras estuvo con la iglesia en Corintios, no permitió que le pagaran por su labor, para que sus conciencias débiles no pensaran de Pablo como su empleado que les debía algo o que tenía que predicar lo que ellos quisieran (1 Corintios 9: 14-16).

Es cierto que hay momentos en que debemos reclamar nuestros derechos, como cuando Pablo se identificó como ciudadano romano para que no lo mataran a golpes y poder apelar al César. Pero en esa ocasión, reclamó sus derechos para llevar adelante el evangelio. No fue para su beneficio personal, sino para el Reino de los Cielos. Timoteo debía imitarlo, mientras Pablo imitaba a Cristo mismo. Jesús no reclamó sus derechos. Prefirió ir a la cruz a morir por sus enemigos (nosotros). Se suponía que Timoteo amara a sus oponentes en medio de una congregación que parecía estar dividiéndose por algunas controversias (2 Timoteo 2:23 (NTV): “Te repito: no te metas en discusiones necias y sin sentido que solo inician pleitos.”). Por lo que Pablo quería que su hijo espiritual proclamara correctamente y enseñara la Palabra de Dios (2 Timoteo 2:14-15).

¿Estamos listos para dejar a un lado nuestros derechos por el beneficio de otros?

El ser humano se goza en reclamar lo que legítimamente es suyo. Hasta en lo más sencillo. Si estamos haciendo una fila, ¡más vale que ninguno trate de colarse! Pero la Biblia nos desafía a dejar de ser de nosotros mismos para que otros reciban el evangelio. Llevar el mensaje de salvación en Cristo a donde sea que vayamos es nuestra tarea contínua. Cristo nunca dejaba de representar al Reino de los Cielos. Incluso si significaba posponer sus propias necesidades, servía a los demás porque tenía compasión (Marcos 6). Eso es lo que Pablo también enseñaba:

1 Corintios 9:22 (NTV)
22 Cuando estoy con los que son débiles, me hago débil con ellos, porque deseo llevar a los débiles a Cristo. Sí, con todos trato de encontrar algo que tengamos en común, y hago todo lo posible para salvar a algunos.

Ser bondadoso y paciente con la gente difícil parecería ser una debilidad de carácter, pero la táctica es ser “débil” con los que son débiles para poder salvar a algunos.

El evangelio requiere de nuestro sacrificio por el bien ajeno, si es que mostraremos una imagen clara de Cristo con nuestra vida. Esa es nuestra predicación fiel.

Al enseñarle a Timoteo que buscara el bienestar ajeno, Pablo le estaba diciendo a Timoteo que fuera tolerante.

La Tolerancia Cristiana cambia el corazón

La instrucción de Pablo sobre la tolerancia fue así:

“Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles. 25 Instruye con ternura a los que se oponen a la verdad.” 2 Timoteo 2:24-25

Ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles, es la clave de la tolerancia. Recordemos que esta congregación estaba teniendo dificultades por divisiones internas (controversias por palabras). Pero Timoteo debía escuchar y entender a sus oponentes. Luego, con paciencia, debía revelarles la verdad de la Palabra con gracia. Se suponía que Timoteo no afirmara su derecho como maestro de la ortodoxia, sino que permitiera a los demás expresarse para luego de entenderles, poder enseñarles lo correcto con ternura. Ese tipo de tolerancia es la que tocaría el corazón de la congregación a la que Timoteo le enseñaría. Porque respetaría y escucharía para luego presentar la verdad con amabilidad ganaría los corazones de algunos para Cristo.

Es demasiado común ver que nosotros los cristianos exigimos tolerancia, pero no mostramos este calibre de tolerancia con los demás. Ser cristiano significa no exigir nuestros derechos si la salvación de alguien está en juego.

“¿Cómo puede un Cristiano colocarse al lado de la cruz de Cristo e insistir en sus propios derechos?” 2 ~D.A. Carson

El deseo de Pablo era que los oponentes de Timoteo se arrepintieran y regresaran a los brazos de Cristo. La predicación fiel de Timoteo debía ayudarles a entrar en razón. El Espíritu Santo movería sus corazones por medio de la Palabra predicada fielmente (en palabra y obra). La voluntad de Dios no es que las personas sigan alejándose de él y por eso les ofrece la oportunidad de volver a sus brazos por medio de la predicación fidedigna de su Palabra.

1 Timoteo 2:3-4 (NTV)
“3 Esto es bueno y le agrada a Dios nuestro Salvador, 4 quien quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad.”

¿Tu predicación está siendo ofrecida a todos de la manera más fidedigna posible, en palabra y obra?

Debemos notar que Pablo aconseja a Timoteo (y a nosotros) que hagamos todo lo que está a nuestro alcance por medio del Espíritu para ganar la mayor cantidad de almas posibles. El compartir de manera fiel la Palabra de Dios, era para ayudar a quienes pastoreaba a estar en paz con Cristo. Esto señala algo que Cristo enseñó. Procurar la paz es una cualidad de los redimidos:

Mateo 5:9 (NTV)
“9 Dios bendice a los que procuran la paz, porque serán llamados hijos de Dios.”

Pero es importante recordar que esto se logra si manejamos correctamente la Palabra de Dios en palabra y obra:

2 Timoteo 2:15 (NTV)
“15 Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación. Sé un buen obrero, alguien que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad.”

No podemos olvidarnos de las verdades bíblicas con tal de acomodar a la gente. Debemos permanecer fieles a la Palabra, porque si no, ¿a dónde estamos encaminando a la gente?

Pablo estaba discipulando a un pastor. De la misma manera en que un pastor hoy día en la iglesia discipula a su congregación para que pueda pastorear a su familia o a quienes Dios ha puesto a su encargo. Todos hemos sido enviados a hacer discípulos, como dije al principio. En ese sentido, lo que Pablo escribió a Timoteo, se aplica a todo cristiano.

¿Cómo nos preparamos para este deber?

Lo que voy a decirles ahora podrá sonar repetitivo, pero lamentablemente por experiencia, sé que es algo que muchos cristianos no practican. Si vamos a ser fieles con nuestra predicación en palabra y obra, necesitamos:

  • Estudiar más la Biblia
  • Más tiempo para orar
  • Aprender a adorar a Dios en todo y no sólo cantando los domingos

La Palabra de Dios nos da la convicción por medio del Espíritu Santo de buscar y proveer para el bienestar ajeno. La Palabra produce fe, y la fe bíblica es la manera por la cual confiamos en Cristo y él nos persuade a obedecerle. La Palabra obra milagros, literalmente, en el corazón del creyente. Cuando oramos por aquellos a quienes servimos o debemos servir, Cristo pone amor por ellos en nosotros. Nos llenamos de compasión para poder servirles. La adoración práctica, que no es otra cosa que creer en las promesas de Dios y vivir con esa convicción, me llevará a pensar en los demás y servir a Cristo para que muchos le conozcan.

Finalmente, el estudio de la Palabra junto a la oración y adoración irán afirmando el corazón para que tengamos una convicción valiente. Es esa convicción valiente que nos permite ser tolerantes. La tolerancia ocurre cuando sabemos que hemos creído la verdad. No nos moverán, pues la Palabra nos pone a pisar sobre piedra. Podemos escuchar con atención a las personas y sin temor a lo que nos digan porque estaremos firmes sobre el fundamento correcto: La Palabra de Dios.

Son muchos los cristianos que cuando les preguntas, confiesan que no leen, mucho menos estudian la Biblia. Entonces son los mismos que no logran cumplir con sus deberes cristianos. No porque no quieran, necesariamente, sino porque no conocen las expectativas de Dios para su vida. Su compás moral son sus propias ideas sobre lo que la Biblia debería decir conforme a su marco de referencia de cuando estaban en el mundo o lo que han escuchado de otros en la iglesia, pero eso no es sabio pues la “biblia” que siguen es realmente su propio entendimiento.

Pero si vamos a cumplir con lo que Pablo le enseñó a Timoteo para lograr buscar el bienestar ajeno, actuar como siervos de Cristo y ser tolerantes con aquellos que necesitan encontrar al Señor, tenemos que alimentarnos de Jesús.

El Cristiano tiene que conocer la Palabra de Dios, tiene que tener una relación activa con Dios, que se ve en la oración genuina y adora a Dios con su vida obediente.

La Palabra nos muestra que esto es posible. Pablo lo hizo imitando a Jesús y nosotros también lo podemos hacer. El mismo Espíritu Santo que moraba en Pablo, es el que mora en cada creyente. Por lo tanto nosotros también podemos llevar una predicación fiel con nuestras palabras y con nuestras vidas. Tú, ¿estás dispuesto a esto?


Fuentes:
1 – Definición de predicación: https://www.wordreference.com/definicion/predicaci%C3%B3n
2 – Carson, D.A., The Cross and Christian Ministry (Michigan, Baker Books, 1993) p.125

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About Rick Lipsett

(@ricklipsett) director y portavoz de verdadyfe.com. Ha escrito numerosos artículos relacionados a la apologética Cristiana. Sirve como pastor en la Iglesia Cristiana Catacumba 9 de Cayey, Puerto Rico. Actualmente cursa una maestría en Teología de Southern Baptist Theological Seminary (SBTS).
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